El espíritu de carrera va dentro del Renault 5 de nacimiento. La huella que ha dejado el R5 Turbo en el campeonato de rallye de los años ochenta es imborrable y hoy aquellos pergaminos se restauran con los homenajes eléctricos. A saber, a través de la edición limitada 3E. Pero aunque a este último no parezca faltarle absolutamente nada para aprobar el examen de lo bestial, el sonido de un motor de combustión es el sonido de un motor de combustión.
Por tal motivo, el Renault 5 con el alma más racer es el que estás por conocer. Y no me refiero a una futura versión, sino a una que, por años de vida, va camino a convertirse en un clásico. Tal vez nunca has escuchado del Renault 5 GT Turbo “Dimma”. De ser así, lo más probable es que se deba a que hablamos de un espécimen bien raro, bien exótico y con dos unidades existentes en la actualidad, según informa la empresa que lo anuncia a la venta, tras su merecida restauración.
En la segunda mitad de la década de 1980, Dimma demostró que un hatchback deportivo podía ser aun más hot-hatch cuando se posicionó definitivamente como una casa de tuning a respetar al presentar su interpretación del Peugeot 205 hace ya 40 años, pero el pequeño compacto del rombo debió esperar una década para ser parte de la visión del preparador de origen belga.

Al mejor estilo Liberty Walk, por nombrar un caso actual, Dimma incursionó en los kit de carrocería ensanchada que llevaron a coches como el R5 a un estado de metamorfosis hacia la robustez pretendida, perseguida como una razón de ser. El GT Turbo, cuando le llegó la hora de la conversión en 1996, no estuvo exento de los pasos de rueda redimensionados, de la instalación de un parachoques trasero, de unos faldones más profundos, de un alerón de techo y de unas tomas de aire estilo NACA.
Pero estos rasgos por aquel entonces novedosos para su fisonomía representaban apenas un porcentaje del total del paquete exterior de la empresa. El kit de Dimma fue algo más complejo para el supermini francés, ya que le agregó sus propios faros antiniebla amarillos, sus propias ventanillas traseras extraíbles, unas llantas Compomotive de 16 pulgadas, una suspensión ajustable, unos pedales Momo, un sistema de escape nuevo y unos asientos de la casa tapizados en cuero negro.
El “Sports Blue” luce radiante en este ejemplar modelo 1987, goza de un segundo aire de fama dado el artículo que la revista Octane le dedicó, y además parece estar listo para que lo lleven al circuito, porque la puesta a punto incluyó una revisión integral de los frenos. Nuevas pinzas delanteras y discos y pastillas a tono en las cuatro ruedas. Un completo Renault 5 GT Turbo de colección. Tal condición se refleja en el precio al que Fast Classics lo anuncia: más de 50.000 euros si quieres convertirte en su tercer dueño.
Mauro Blanco
Veo arte en los coches y en sus diseños una potencia que va más allá de las cifras. Ex conductor de Renault 12 rojo modelo 1995 de épicos e imprevisibles episodios, al que recuerdo por la hostilidad de su volante, pero, sobre todo, por nunca haberme dejado en el camino.COMENTARIOS