Nos encontramos con un bonito ejercicio de diseño, una creación de Volvo que se convirtió en objeto de culto en los años 60. Este deportivo sueco se gestó en 1959 y se presentó en el Salón de Bruselas de 1960, pero el inicio de la producción se retrasó hasta 1962 porque la marca sueca tenía ocupadas las líneas de montaje en la producción de otros modelos más comerciales. La nueva criatura se bautizó como Volvo P1800, teniendo posteriormente otras versiones.
Su carrocería salió del lápiz del joven sueco Pelle Pettersson, que trabajaba para Pietro Frúa, diseñador italiano que ya en la década de los 60 era sinónimo de buen gusto, ya que conducía personalmente el desarrollo de sus diseños hasta su misma presentación; como es fácil intuir, este P1800 tenía una línea elegante, original, fina y… latina.
Por entonces Volvo no tenía capacidad para construir este vehículo y durante los primeros años externalizó su producción en una compañía británica llamada Pressed Steel (fabricó las carrocerías) y el montaje final a la también británica Jensen. Después de la entrega de 6.000 unidades la compañía sueca tomó las riendas de todo el proceso debido a la pésima calidad de los acabados, y la producción se trasladó a la planta de Olofström (Suecia), mientras que el montaje se realizó en la planta de Lundby, en Göteborg (Suecia).
Se benefició mucho debido a la mítica serie televisiva “El Santo” , de la cual se emitieron un centenar de episodios y en la que compartía el protagonismo con el actor Roger Moore en el papel de Simon Templar, lo cual unido a una escasa producción y un elevado precio (como un Jaguar E de la época) elevó su estatus a objeto de culto
Se fabricaron cuatro versiones diferentes: P1800 (1961-1962), 1800S (1963-1969), 1800E (1970-1972) y 1800ES (1972-1973), esta última un Fastback. Sus corazones eran dos bloques con diferentes rangos de potencia; el primer bloque poseía una cilindrada de 1.780 cc con alimentación por carburador y tres niveles de potencia (100, 108 y 115 CV). El segundo bloque cubicaba 1.986 cc. con inyección electrónica y contaba hasta con cinco niveles de potencia (115, 118, 124, 130 y 135 CV). Resulta curioso que en su origen era una berlina animada por medio motor… ¡de camión!
Se movía gracias a una caja de cuatro marchas manuales, otra versión igual pero con superdirecta y una con tres marchas automáticas. Sus frenos eran de disco en el eje delantero y de tambores en el trasero pero posteriormente todos los modelos incluyeron discos en ambos ejes.
Su diseño va evolucionando pero conservó lo esencial de su encanto: un capó alargado terminado en una generosa calandra en forma de boca, un pequeño habitáculo en forma de cápsula y dos tímidos intentos de alerones sobre las aletas traseras con unos pequeños pilotos traseros y un tapón de gasolina cromados que le daban un toque de elegancia.
¿Quieres saber más? No te pierdas el completo artículo que hizo Pablo sobre el Volvo P1800.
Ginés de los Reyes
Desde que tengo conciencia me llamó la atención cualquier cosa con ruedas. Aprendí a montar en bicicleta al mismo tiempo que a andar, y creo que la genética tiene algo que ver: mi padre adoraba los coches, les ponía nombres, mi abuelo conducía y participaba en el diseño de camiones, y le privaban los coches...COMENTARIOS