Las tendencias actuales priman la eficiencia casi por encima de cualquier otra variable, aunque desde diversas perspectivas. La mayoría de fabricantes se han rendido a los gasolina en detrimento de los diésel, aunque Audi no cesa en su empeño por seguir apostando por sus TDI para sus versiones con apellido ‘S’. Otros van cediendo a la electrificación, como PSA, y la oleada de novedades que nos traen en forma de 208, 2008, Corsa… Y luego está Toyota aún convencida de que los híbridos son el presente y buena parte del futuro. Tal vez lo mismo que pensarían hace 20 años cuando comenzamos a familiarizarnos con su Toyota Prius (XW10).
Ahora el Prius es casi un modelo testimonial por la política comercial vigente, pero triunfan sus CH-R o RAV4, el pequeño Yaris y probablemente el recién llegado Corolla que solo se vende con ese sistema bajo su capó. Cuando el Prius fue lanzado en Europa, ya en el 2000, se trataba de un modelo residual que servía más como escaparate para la marca que una alternativa de transporte real en un periodo que comenzaba a ser dominado por los diésel de inyección directa y sus promesas de bajos costes de mantenimiento.
Y el precio tenía también mucho que ver, pues su tarifa de cerca de 24.000 euros de entonces (unos 35.000 de hoy tras ajustar la inflación) le alejaban de lo que costaba buena parte de las berlinas medias incluso con motores mucho más potentes, incluyendo el propio Avensis más grande, más amplio y con mejores prestaciones. En Japón se había comercializado desde 1997. Prius viene del latín, “pionero”, fue el primer híbrido en venderse en masa.

Disponible con una única versión, el equipamiento del Prius contemplaba todo lo esperable en una berlina media, pero sin lujos
No obstante, el Prius se colocaba a caballo entre los compactos y berlinas del segmento D. Medía 4,32 metros de longitud y 1,7 de ancho, si bien su altura resultaba inusual a tenor de sus 1,48 metros. Sin duda sus formas jugaban un gran papel en el diseño pese a su concepción de tres volúmenes y cuatro puertas.
Un capó muy inclinado y corto que respondía al concepto del «cab-forward» o cabina adelantada, zaga elevada y baja línea de cintura marcaban sus trazos para distinguirse del resto de sedanes más tradicionales, con un coeficiente aerodinámico particularmente bajo, cifrado en 0,29.
Pero lo realmente diferenciador se encontraba oculto. El sistema híbrido que empleaba, Toyota Hybrid System, abría una puerta al futuro como alternativa a las cada vez más exigentes normativas anticontaminantes. Aquel primer Prius montaba un motor de gasolina de 1.497 centímetros cúbicos que entregaba 72 caballos y 115 Nm de par. Junto a él se ofrecía un motor eléctrico alimentado por baterías de níquel-hidruro capaz de sumar 45 CV adicionales y un par que llegaba a los 350 Nm en momentos puntuales.

El conjunto permitía una velocidad máxima de 160 km/h y un 0 a 100 km/h en 13,4 segundos. Su fuerza se apreciaba más a la hora de recuperar velocidad, con un paso de 80 a 120 km/h en 11,8 segundos. Todo ello con un consumo homologado de 5,9 y 5,1 litros en ciclo urbano y extraurbano, respectivamente. En conducción normal, la media se quedaba en menos de 6 litros cada 100 kilómetros, lo que suponía casi un récord en motores de gasolina.
En cuanto al interior, su diseño moderno nos indicaba también que nos encontrábamos ante un vehículo especial. La disposición del salpicadero jugaba con la simetría. La instrumentación se desplazó hacia el centro, justo encima de la pantalla multifunción integrada que mostraba información sobre el funcionamiento de las baterías.
El freno de estacionamiento era de pie, al estilo Mercedes, mientras que la palanca del cambio automático se situaba junto al volante, así que la zona entre los asientos delanteros quedaba muy despejada. Su habitabilidad delante era excelente, mientras que las plazas traseras pecaban de poco espacio para las piernas y una anchura que limitaba su uso para únicamente dos ocupantes. Por su parte, el maletero cubicaba 400 litros de capacidad.

Su éxito en Japón fue inmediato, aunque en Europa le costó más arrancar cuando decidieron traerlo al Viejo Continente dos años después de su debut. Al parecer, los posibles compradores dudaban de la fiabilidad y durabilidad de las baterías, así que los japoneses decidieron ofrecer una garantía de cinco años para persuadirles. Se rumoreó que Toyota perdió dinero con cada unidad que vendió, ya que la tecnología híbrida era muy cara a finales de los 90.
La producción de la primera generación del Prius cesó en 2003 con unas cifras de ventas que superaban las 123.000 unidades, nada que ver con las más de un millón de matriculaciones que acumuló su sucesor. En la actualidad aún se pueden ver circulando las primeras unidades. Se da la circunstancia que es de los pocos híbridos que no tienen derecho al distintivo ECO de la DGT, ya que se homologó como Euro 3. Llevan la “B” como cualquier diésel Euro 4 o Euro 5.
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Ángel Martínez
Soy uno de esos bichos raros a los que les apasiona hablar de coches y se pasaría horas comentando modelos o repasando la historia de la automoción. Pienso que la mayoría de ellos tienen su encanto, desde el deportivo con el que soñamos hasta el utilitario que te encuentras en cualquier esquina.No le podían haber puesto mejor el nombre, pionero, aunque a decir verdad su tecnología es fruto en cierto modo de aquella normativa anti contaminación que hubo en California a finales de los 90 y que provocó la aparición del malogrado GM EV1 y también del RAV4 EV. Aquella normativa se derogó, pero Toyota supo como ninguna otra marca sacar partido a la tecnología que había desarrollado, amortizando su coste de desarrollo antes que nadie a base de vender híbridos desde entonces de forma ininterrumpida.
Toyota llevaba tiempo haciendo experimentos en ese campo, el prototipo Sports 800 Gas Turbine Hybrid data de 1979. Además, el prototipo del Prius se mostró en el Salón de Tokio de 1995. No fue hasta 1996 cuando en General Motors EV-1 pisó las calles de California. El RAV4 EV es de 1997, año en el que el Prius se empieza a vender en Japón. Si hubo un aprovechamiento de tecnología o piecerío debería ser al revés, ¿no?
No conocía tan detallada la historia de Toyota, por fechas es lógico que como dices el aprovechamiento fue al contrario.
Gracias por el apunte Javier, así amplio conocimiento
En general, bien entrados los 70 se empezó a experimentar con las alternativas al petróleo después de que el mundo árabe diese el primer aviso en 1973, y el segundo toque vino en el 79. Muchos prototipos eléctricos, híbridos o con energías alternativas se empezaron a desarrollar entonces.
En los 90 el Zero Emission Mandate de California animó mucho la apuesta por los eléctricos, pero la tecnología híbrida ya había ganado impulso previamente.
Un saludo.