El SEAT 124 encarna a la perfección el concepto de vehículo generalista: este modelo se presentó hace 50 años en España como una de las primeras berlinas que la clase media podía permitirse, y el principio de algo más que un simple acceso a un vehículo de transporte; se necesitaba algo más de habitabilidad y espacio de carga como ya cumplían estos aspectos modelos como el SEAT 850 o el Citroën 2CV.
SEAT no disponía de tecnología propia para fabricar un coche de estas características y llegó a un acuerdo con la italiana FIAT para fabricar en España el 124 bajo licencia del constructor italiano; este se presentó en el Salón de Barcelona en 1968 -dos años después que el Fiat- y rápidamente se empezó a producirse en la factoría de SEAT en Barcelona. La versión familiar llegó en 1969, en 1971 la coupé y en 1975 se realizó un restyling (124 FL) con cambios en los faros, que pasaron de ser redondos a rectangulares, al igual que los pilotos traseros. En 1976 la producción se trasladó a Landaben (Navarra).
Sería muy arduo enumerar todas las versiones que salieron durante toda su fabricación, así que haremos un resumen de ellas. Todas sus mecánicas eran de gasolina y el propulsor básico era un 1.2 de 60 CV con un equipamiento elemental, pero que de forma sucesiva recibió distintos acabados -Lujo, L, D, D Lujo, LS, D LS…- que paulatinamente recibieron mejoras: sistema de frenos más sofisticados, suspensión más elaborada, lunas tintadas, luz de marcha atrás y un largo etcétera.
Las versiones Sport coupé se podían considerar como el sueño húmedo de muchos españolitos por sus líneas curvas, prestaciones elevadas y consumo moderado; invitaban a una conducción deportiva no al alcance de cualquier conductor de la época
A nivel mecánico también hubo cambios; el bloque 1.2 ganó fuerza hasta los 65 CV y surgieron nuevas mecánicas, como un 1.4 de 75 CV en 1975, un 1.6 de 90 CV en 1976, un 1.8 de 118 CV en 1976 y un 2.0 de 114 CV en 1978. En 1979 se presentó su sustituto, el SEAT Ritmo, más adelante conocido como SEAT Ronda.
Podríamos definirlo con tres palabras: deportivo, espacioso e incómodo. Deportivo sobre todo las versiones de 1.8 litros y la de 2.0 litros con superiores prestaciones a sus competidores de la época, espacioso porque podía dar espacio con relativa comodidad a cinco adultos y un maletero de 385 litros, en la línea de un segmento C actual, e incómodo porque sus asientos eran muy blandos y la insonorización mejorable.
Tenían una mecánica muy fiable y el espacio en el vano motor sobraba para trabajar en ella -no como ahora, que levantas el capó y… lo vuelves a cerrar-. Como resumen de sus defectos podríamos citar su elevado consumo y la calidad de sus materiales, que era mediocre, junto con una dirección no muy precisa. Para sus dimensiones exteriores su aprovechamiento era grande, sus medidas eran 4,04 m de largo por 1,61 de ancho por 1,42 de alto. Su peso partía desde los 950 kg, un peso pluma comparado con un compacto actual.
Resulta llamativo comparar estos coches con sus homólogos actuales y ver lo pequeños que eran pero que podían transportar a una familia de cinco miembros con su equipaje y llegar a su destino, realizando unos viajes que se convertían en aventuras auténticas teniendo en cuenta nuestra red de carreteras y la incertidumbre que ello suponía…
Ginés de los Reyes
Desde que tengo conciencia me llamó la atención cualquier cosa con ruedas. Aprendí a montar en bicicleta al mismo tiempo que a andar, y creo que la genética tiene algo que ver: mi padre adoraba los coches, les ponía nombres, mi abuelo conducía y participaba en el diseño de camiones, y le privaban los coches...Faros redondos. Color azul. Mecánica exacta, desconocida, pero manifiesta que funcionaba a menudo a tres cilindros. El testimonio revela un par de matices extras, incidiendo en su ávido consumo y terminando con su precio, 123.000 pts.
La guinda la pone los enormes Estopa con el remake de su fratello Fiat 125 (versión chachi del 124), denominado aquí Seat 1430.