Sin duda el Renault Morphoz es una de las propuestas más futuristas de entre todas las presentadas por los fabricantes europeos en los últimos años. Así las cosas, su diseño conceptual pretende dar las pautas que han de guiar a los próximos vehículos eléctricos de la casa del rombo, estableciendo una forma de hacer las cosas que, al menos en lo que se refiere a ciertos elementos, no deja de pertenecer a una tradición ampliamente asentada desde 1984. Justo el año en el que fue presentada la Renault Espace. Interpretación europea del monovolumen nacido en América bajo la égida de Lee Iacocca y su Chyrsler Voyager, a cuyo concepto el fabricante francés dio una interesante vuelta de tuerca gracias a la generosa modulabilidad de su habitáculo.
Llegados a este punto, lo cierto es que no pocos vehículos monovolumen producidos por la casa del rombo han hecho gala de un interior concebido a modo de salón con ruedas, con múltiples posibilidades respecto a la posición de unos asientos capaces de plegarse o girar sobre sí mismos. A partir de aquí, que un Renault familiar tenga modulabilidad no es sorprendente. No obstante, con el Renault Morphoz se ha ido varios pasos más allá al presentar un vehículo capaz de mutar en su forma. Sin duda una verdadera novedad mundial, a la que no conseguimos encontrar un procedente claro siquiera revisando todo lo relativo a carrocerías y diseños con posibilidad de ser transformados en vivo.
Y es que el Renault Morphoz puede variar en su longitud y distancia entre ejes. Es decir, se trata de un “ dos en uno “ donde el chasis es cambiante en sus volúmenes. Veamos, en el modo Ciudad las dimensiones se fijan en 4,40 metros de largo y 2,73 de batalla. Mientras tanto, al escoger la opción Viaje el Renault Morphoz crece hasta los 4,80 metros con 2,93 de distancia entre ejes. Todo ello gracias a la prolongación experimentada al contar con una delantera saliente respecto al punto donde arranca el parabrisas. Seguramente la opción modular más compleja a nivel de diseño, siendo completada por todo lo que la trasera del vehículo pasa a ganar en voladizo ampliando así el espacio habitable y de carga.
A nivel de diseño es una verdadera novedad de lo más sorprendente, ya que gracias a su plataforma modulable este vehículo puede hacerse hasta 40 centímetros más largo
Renault Morphoz, un futuro donde hay dos coches en uno
Tras comprobar cómo el Renault Morphoz es capaz de cambiar de tamaño gracias a la base móvil en torno a la cual se ensambla, resulta imposible no preguntarse cómo lo hace. Pues bien, la respuesta está en la plataforma CMF-EV desarrollada de forma conjunta entre Nissan, Mitsubishi y Renault. Punto de partida para sus próximo vehículos eléctricos, ésta ha tenido en la aparición del Renault Morphoz su particular puesta de largo, exhibiendo las posibilidades que, especialmente en materia de habitabilidad, puede llegar a ofrecer.
Pero hay más. Y es que, incluso para los coches eléctricos más modernos el peso de las baterías sigue siendo uno de sus principales problemas. De esta manera, el Renault Morphoz y su plataforma CMF-EV propone una solución que, no por presentar problemas de logística, deja de ser profundamente ingeniosa. Y es que, mientras se conduce en modo Ciudad, no sólo el vehículo es más corto sino que porta menos peso al necesitar de menos baterías.
Eso sí, cuando transitamos al modo Viaje se incorporan unas baterías extra en el hueco generado por la ampliación de la distancia entre ejes, prometiendo una autonomía de hasta 700 kilómetros en autovías. Ahora, respecto al problema logístico que anunciábamos éste se basa en que dicha operación debería hacerse en los talleres oficiales de la marca, lo cual no deja de plantear interrogantes obvios respecto a cómo prestar con eficiencia el servicio en fechas señaladas para los desplazamientos por carretera.
Se trata de un ejercicio de diseño que presenta las líneas maestras bajo las cuales habrán de moverse los vehículos eléctricos de la casa del rombo de aquí a un futuro no muy lejano, incluyendo la conducción autónoma
Y eso por no hablar de la enorme dependencia que el Renault Morphoz tendría respecto a la cercanía de un taller para poder dar rienda suelta a su doble carácter. No obstante, lo cierto es que éste es un vehículo conceptual. Es decir, no ha de ser tanto un modelo creíble para la gran serie como un revulsivo de ideas futuristas con las cuales ir intuyendo el futuro del automovilismo. Algo que nuestro protagonista cumple a la perfección, ya que aparte de su carrocería con tamaño variable cuenta con un alto nivel de conducción autónomo. En suma, aquello que hace décadas presentaba la Renault Espace, intuyendo cómo los viajes por autovía podían convertirse en un ir cómodamente instalados dentro de un salón rodante, parece cada vez más cercano. Estaremos atentos.
Miguel Sánchez
Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.COMENTARIOS