El Renault Koleos Concept era un adelanto por parte de la marca del rombo de cómo podían ir evolucionando los monovolúmenes hasta convertirse en crossovers, bastante tiempo antes de que se pusieran de moda los omnipresentes SUV. Este híbrido de berlina de gama alta, monovolumen/todo camino futurista se dio a conocer en 1999, avanzando tendencias de diseño que se verían años después.
Visualmente destacaba por su gran altura, su enorme e inclinada luna delantera y sus cortos voladizos, con las ruedas situadas prácticamente en las esquinas del vehículo. Los rasgos estilísticos de la parrilla delantera fueron adoptados posteriormente por el Renault Vel Satis, con forma alargada trapezoidal y dos grupos de lamas verticales separados por una pieza central que enmarcaba al logo romboidal de Renault. Lateralmente llamaba la atención por la adopción de unas grandes llantas de 21 pulgadas -adoptadas por la última generación del Scénic y Gran Scénic- con sus musculosos pasos de rueda.
Su elevada altura libre al suelo o su gran superficie acristalada que recorría todo el lateral, delimitado por una arco que comenzaba y terminaba a la altura de los ejes. El pilar C estaba compartido de forma bastante simétrica por cristal y una prolongación de la chapa del techo. Los retrovisores exteriores iban anclados directamente a las puertas.
La trasera resultaba más convencional, con un diseño adoptado posteriormente por los Scénic/Megane de la segunda generación. La luna ligeramente curvada estaba en posición totalmente vertical, flanqueada por unos grupos ópticos verticales que bajaban hasta la cintura.
Sus dimensiones eran las siguientes: 4.510 milímetros de longitud, 1.900 milímetros de anchura (sin retrovisores) y 1.600-1.700 milímetros de altura dependiendo de la posición berlina o 4×4. La plataforma tenía una batalla de 2.740 milímetros y unas vías idénticas de 1.695 milímetros. Su peso aproximado era de 2.000 kilogramos.
El Renault Koleos Concept iba bien servido a nivel mecánico. Era un híbrido en toda regla, con un motor térmico de gasolina de cuatro cilindros turboalimentado de 170 CV delante y uno eléctrico de 30 kW detrás, con la posibilidad de funcionar como un 4×4
El pilar A arrancaba muy desde delante, por lo que el arranque de la luna delantera quedaba muy lejos de los ocupantes delanteros. Esto ofrecía un espacio y una sensación de desahogo inigualables. El parabrisas se prolongaba en dos bandas de cristal a cada lado del techo, ofreciendo una mayor luminosidad al habitáculo. El interior resultaba minimalista, con una gran consola central que recorría todo el habitáculo, creando dos espacios diferenciados a izquierda y derecha. Las líneas de diseño predominantes eran las curvas, sin estridencia ni detalles superficiales innecesarios.
Detrás del volante de tres radios se situaba la consola con la instrumentación imprescindible, dotada de tres relojes. Se combinaban los colores grises del salpicadero, volante y consola con los marrones de los asientos y los paneles de las puertas. Sus cuatro asientos se fabricaron con láminas de fibra de carbono e iban envueltas en piel marrón, cosida a mano y procedente de la prestigiosa firma Connolly, que descansaban sobre cuatro soportes hidráulicos. Esta combinación de láminas de carbono, piel y soportes hidráulicos optimizaban el confort.
En cuanto al equipamiento de seguridad contaba con nuevos airbags adaptativos y pretensores dobles, control de estabilidad (ESP) y de tracción (ASR), y asistencia de frenado de emergencia. Tenía un sistema de reconocimiento por voz para controlar las funciones esenciales como la climatización, audio, sistema de navegación. A partir de un menú se podía seleccionar la función deseada para posteriormente operar dentro de la selección mediante un mando giratorio.
La iluminación también era innovadora. La tecnología de sus faros de diseño ojival corrieron a cuenta de la firma francesa Megalux, desarrollada a partir de la óptica fluida dióptrica: el flujo de luz entraba en esta óptica, siendo canalizada y dirigida hacia la semi-ojiva inferior para la luz de cruce o hacia la semi-ojiva superior para la luz de carretera.
El habitáculo del Renault Koleos Concept contaba con cuatro asientos realizados con láminas de fibra de carbono forrados en piel Connolly y apoyados en cuatro soportes hidráulicos. Incorporaba un sistema de reconocimiento por voz para controlar las funciones esenciales como la climatización, sistema de audio y navegación
A nivel mecánico no iba mal servido, y era de naturaleza híbrida. Contaba con dos motores, uno de combustión interna de gasolina de cuatro cilindros y dos litros de cilindrada y cuatro válvulas por cilindro, y otro eléctrico. El motor térmico generaba 170 CV e iba situado en el eje delantero, utilizable para circular por carretera abierta. El motor eléctrico se situaba en el eje trasero estaba alimentado por baterías de iones de litio y desarrollaba una potencia de 30 kW (41 CV), pensado para utilizarse en ciudad.
Existía la posibilidad de combinar la potencia de ambos motores, comportándose como un 4×4. De forma puntual el motor eléctrico apoyaba al térmico si queríamos disponer de toda la potencia por carretera, pasando a la tracción total fuera de ella. El tipo de propulsión elegida se realizaba por un ordenador dependiendo del estado del tráfico, el tipo de vía y de las características de la misma. La potencia se transmitía a través de una caja de cambios automática Pro-Activa DPO.
Para facilitar su conducción y comportamiento en terrenos complicados fuera del asfalto, el Renault Koleos Concept ofrecía una suspensión de altura variable. Esta variabilidad de distancia al suelo se realizaba de forma automática dependiendo del perfil del firme y de la velocidad, y utilizaba unos resortes hidráulicos y neumáticos. De esta forma la altura variaba desde los 1.600 milímetros por una carretera en buen estado hasta los 1.700 milímetros en firmes muy estropeados o por caminos. Además de disminuir la altura del vehículo al circular por firmes en buen estado la suspensión se endurecía, otorgando un comportamiento más deportivo. En modo 4×4 aumentaba la altura y la suspensión se suavizaba para mejorar el confort.
Como es habitual en los coches conceptuales se incorporaron todos los avances tecnológicos de Renault. Por ejemplo se utilizó la tecnología de doble cinemática empleada en el Avantime para la apertura de las puertas, implementada en el portón trasero en el caso del Renault Koleos Concept. Básicamente consistía en una combinación de dos movimientos, el de apertura tradicional y otro dotado de articulaciones de aluminio que separaba las puertas del resto del coche. Resultaba muy práctico en aparcamientos en paralelo cuando existía poco espacio para abrirlas.
Este portón trasero se deslizaba sobre el lateral izquierdo del coche haciendo el acceso al maletero más cómodo. Además este maletero era modulable, que lo hacía más versátil y aprovechable, y se encontraba separado del habitáculo por un cristal practicable. La luneta trasera se podía esconder en el portón y la parte del techo situada sobre el maletero se deslizaba bajo la parte delantera, dándole un aspecto de pick-up.
Como todos los prototipos de la marca del rombo, el Renault Koleos Concept presentaba importantes avances e innovaciones tecnológicas, así como de diseño, algunos de los cuales se adoptaron en modelos tan conocidos como el Megane, Scénic y los casi desconocidos Avantime y Vel Satis.
Ginés de los Reyes
Desde que tengo conciencia me llamó la atención cualquier cosa con ruedas. Aprendí a montar en bicicleta al mismo tiempo que a andar, y creo que la genética tiene algo que ver: mi padre adoraba los coches, les ponía nombres, mi abuelo conducía y participaba en el diseño de camiones, y le privaban los coches...COMENTARIOS