El Plymouth Belmont Concept era un espectacular prototipo de 1954. La década de los 50 del siglo pasado supuso una época dorada del diseño automovilístico en Estados Unidos. Se presentó en los salones del automóvil de Chicago y de Nueva York de 1954, y fue un diseño de Briggs Manufacturing, poco después de que Chrysler tomase posesión de Plymouth después de una lenta y dolorosa desaparición.
El objetivo con este modelo era anticipar un coupé de producción que se convertirse en el competidor de los futuros Chevrolet Corvette o el Ford Thunderbird, pero no pasó de la fase de prototipo debido a la situación financiera de Chrysler. A nivel estético, destacaba por unos rasgos de época muy marcados por la temática aeroespacial, especialmente visible en los faros y la cola posterior. Asimismo, contaba con las proporciones clásicas de un coupé-roadster: un capó largo y un habitáculo de dos plazas montado, prácticamente, sobre el eje trasero.
Este convertible de diseño elegante y limpio de dos puertas se dio a conocer gracias a una intensa campaña de publicidad. Se ganó rápidamente la admiración del público que visitó los salones. Y no sólo por diseño, sino también por su corazón mecánico. Bajo su capó se encontraba un bloque V8 de 3,9 litros (3.949 cm3) de desplazamiento que desarrollaba 160 CV, asociado a una caja de cambios semiautomática Hy-drive de tres marchas que transmitían la potencia al eje trasero.
Sus dimensiones eran 4.864 milímetros de largo, 1.854 mm de ancho y 1.244 mm de alto, con 2.895 mm de batalla. Se fabricó partiendo de un chasis convencional de un modelo de Plymouth, utilizando la fibra de vidrio para la construcción de la carrocería o el plexiglás para la luna delantera. Algunos detalles delataban su condición de prototipo, como la ausencia de manecillas exteriores en las puertas, lo que obligaba a sus usuarios a abrirlas utilizando los tiradores interiores.
Este convertible de dos puertas de diseño elegante y limpio con un motor V8 de 3,9 litros y 160 CV era un automóvil ideal para disfrutarlo conduciendo. Fue una pena que por problemas financieros no pasase de la fase de coche conceptual
Aunque no llegase nunca como un vehículo de producción, el Plymouth Belmont Concept se consideró como un banco de pruebas para los primeros modelos de Plymouth con motor V8, que finalmente saldrían al mercado en 1955. Existe cierta polémica del verdadero autor de su diseño, identificando originariamente al vicepresidente de de diseño de la firma estadounidense coetáneo, Virgil Exner. En una biografía publicada del propio Exner en 2007 la autoría se atribuyó a William “Bill” Robinson.
Robinson dio instrucciones al diseñador Al Prance, que pertenecía a Briggs Manufacturing, un fabricante estadounidense de carrocerías de automóviles con sede en Detroit para Ford Motor Company, Chrysler Corporation y otros fabricantes de automóviles estadounidenses y europeos. Prance modificó el proyecto inicial de un coche conceptual puro y duro hacia un deportivo real.
Parece ser que Exner quiso atribuirse el mérito del diseño del Plymouth Belmont Concept, según contó Robinson poco después de su lanzamiento: “Exner entró en el estudio de Plymouth donde estaba trabajando en ese momento, Exner se me acercó y me dijo, Bill, ¿te importaría si me atribuyo el mérito del Plymouth Belmont?” Él fue muy amable al respecto, y le respondí: ‘Hombre, puedes tener crédito por eso si lo quieres’ porque durante años ni siquiera admitiría que yo era responsable de ello, pero supongo que resistió la prueba del tiempo. y me siento orgulloso de ello “.
En 2014 la casa de subastas Barrett-Jackson lo sacó a subasta y se vendió por 1,32 millones de dólares, unos euros. Esta única unidad perteneció a Virgil Exner, quien lo rescató de su inminente desguace después de la confirmación de no pasar a producción, añadiéndolo a su garaje privado. En 2018 se volvió a subastar, no antes de pasar por una minuciosa restauración. La carrocería se pintó de un sugerente color rojo -inicialmente era de color azul metálico claro-, con un interior en cuero de color blanco. El motor se conserva intacto.
Como curiosidad, también hizo sus pinitos cinematográficos, apareciendo en dos largometrajes: “Bundle of Joy” y “Mister Corey”.
Ginés de los Reyes
Desde que tengo conciencia me llamó la atención cualquier cosa con ruedas. Aprendí a montar en bicicleta al mismo tiempo que a andar, y creo que la genética tiene algo que ver: mi padre adoraba los coches, les ponía nombres, mi abuelo conducía y participaba en el diseño de camiones, y le privaban los coches...COMENTARIOS