Es una lástima que los fabricantes generalistas hayan dejado de intentar poner en circulación modelos para el segmento E, sedanes de cierta categoría que, en ocasiones, merecían mucho la pena. Curiosamente, siempre han sido los franceses quienes más vences han puesto ese tipo de coches en circulación, con especial atención de Peugeot, que ha tenido modelos como el Peugeot 605, todo un “cochazo” tanto por diseño como por prestaciones, o como el último en la saga, el Peugeot 607, un modelo con el que Peugeot demostró que podía estar muy arriba en la escala de calidad y acabados.

Uno de los principales problemas de estos coches, como siempre, es el emblema que llevan en el frontal. La marquitis influye mucho en las compras y era sencillo encontrar frases como “yo no gasto eso en un Peugeot”. Divertida es la situación actual, en la que se gastan “eso” y algo más en un Peugeot con tal de tener un SUV. Antes, los SUV brillaban por su ausencia y coches como el Peugeot 607 se tenían que ver las caras con modelos que, por lo general, ya tenían una trayectoria en el mercado notable y les superaban en muchas cosas –también en precio–.

No obstante, las marcas, aun así, tanteaban el terreno en busca de una fórmula para poder triunfar, el segmento E da beneficios más allá de los ingresos, pues si se logra triunfar en dicha parcela de mercado, la imagen de la marca mejora notablemente y con ello, las ventas en el resto de categorías. Y es ahí cuando llega el dinero. Peugeot no necesita mejorar demasiado su imagen, ya logra unas buenas ventas, tanto ahora en pleno Siglo XXI, como a finales del Siglo XX y comienzos del actual. De todas formas, esas tentativas de hacer algo “gordo” y que les permitiera llamar la atención y de paso, demostrar lo que saben hacer, no se dejaban de lado.

Una de las mejores locuras de la firma del león en el segmento E fue el Peugeot 607 Pescaloro, un prototipo que se presentó hace ya más de 20 años –en el año 2002– que muchos medios acabaron por definir como “el M5 francés”, de hecho, algunos medios afirmaron en su momento que la idea de Peugeot era, precisamente, poner en circulación un rival para el BMW M5, una idea que, en el fondo, no tiene ningún sentido más allá de la imagen que se lograría con ello.

El Peugeot 607 Pescaloro recibir su denominación para rendir homenaje al piloto Henri-Jacques Williams Pescaloro, alias Henri Pescarolo, que escogió a Peugeot para motorizar el coche con el que correría su escudería en Le Mans, el Courage C60. Es más, bajo el capó del 607 Pescarolo está el motor del Courage C60, un bloque V6 de 3,2 litros y dos turbos –uno por bancada–, capaz de rendir 400 CV. Era un motor desarrollado por la misma Peugeot, así que no había problemas de suministro, aunque en la firma dejaron claro que se trata de un “simple” concept car con un sencillo de talle: era tracción delantera. Hemos visto coches con hasta 350 CV al eje delantero, pero 400 CV es claramente excesivo, aunque el 607 Pescaloro era un coche totalmente funcional y no un coche “de salón”.

Pero no se quedó todo en montar el motor del Courage C60, la marca llevó a cabo bastantes más cambios. Por ejemplo, la carrocería se ensanchó 25 milímetros, se montaron llantas de 19 pulgadas, se cambió el frontal para poder montar el sistema de admisión que usaba el motor en competición y se retocó ligeramente la parte trasera. Llama la atención el habitáculo, todo cubierto de piel de color burdeos, con algunos elementos como la consola central rematada con piezas de aluminio. No acaba de ser feo, pero seguramente habrá quien se quiera sacar los ojos.

Desde Peugeot decían que podía acelerar de 0 a 100 km/h en cinco segundos, una cifra difícil de creer, pues no será sencillo poner esos 400 CV sobre el asfalto sobre con las ruedas delanteras. La velocidad máxima sí que resulta totalmente plausible: 290 km/h. Es vidente que nunca hubo nada similar en producción, lo más potente que tuvo el Peugeot 607 fue un V6 de poco más de 200 CV. Además, en caso de contar con más ventas de las esperadas, habrían sido por la rareza del modelo.