El Opel Rekord 2.0E (E2) se encuadraba en la categoría de las berlinas medio-grandes con motor de gasolina de 2 litros. En otros países europeos se consideraba un familiar de tipo medio, pero en España era un vehículo importado y se consideraba un automóvil de representación y signo de prestigio de su propietario. Este modelo se fabricó en la planta de Opel en Rüsselheim desde 1977 hasta 1986. Salieron a la venta más de 1,4 millones de unidades. Se vendió en carrocerías de sedán de dos o cuatro puertas, además de familiar de tres o cinco puertas.
Por sus líneas clásicas de berlina de tres cuerpos estaba enfocado a un cliente tradicional y reunía una serie de características específicas. Estas eran básicamente ser un automóvil de cierta categoría para moverse de forma habitual por la ciudad y al mismo tiempo poder realizar con frecuencia desplazamientos largos fuera de la urbe, sin renunciar al confort y al espacio propio de su naturaleza familiar. Como vemos, son los rasgos más característicos de una buena berlina media.
De forma muy resumida del Opel Rekord 2.0E (E2) destacaba por su buen motor y por su gran amplitud, mientras que en el otro lado de la balanza estaba su delicado comportamiento a causa de los muchos años de su diseño y concepción, muy desfasado en estos aspectos. Pertenecía a la última generación del modelo, la E, subdividida cronológicamente en dos, E1 y E2. Nuestro protagonista pertenecía a la E2 (1982-1896). Anterior a esta generación existieron los D, C, B, A, P y Olimpia, la primera generación (1953-1957).
El conservadurismo en el nombre del modelo se reflejaba en su fidelidad al vetusto eje posterior rígido, elemento descartado en la mayoría de sus competidores. Al menos se mejoró la aerodinámica en pro de reducir los consumos, un elemento sensible para cualquier conductor a la hora de elegir un automóvil.
Sus líneas se suavizaron respecto a la generación anterior, sustituyendo aristas por curvas, más agradables a la vista. El frontal era inconfundible, común a todos los modelos de Opel, manteniendo los faros trapezoidales. En la zaga del sedán de cuatro puertas predominaban las rectas, con unos pilotos rectangulares y con un portón que daba acceso a un maletero considerable, aunque con una línea de carga algo alta.
Sus dimensiones eran 4.652 mm de largo, 1.726 mm de ancho, 1.420 mm de alto y 2.668 mm de batalla. Pesaba 1.145 kg y el maletero tenía una capacidad, 422 litros
El acceso a su interior no presentaba pegas, tanto delante como detrás. La banqueta del conductor era regulable en altura y contaba con reglaje lumbar, con una ergonomía aceptable. El resto de los asientos eran espaciosos y contaban con un mullido firme pero escaso de espuma, tal vez molesto en un principio pero que se agradecía después de un largo viaje. Algo que no ha cambiado a lo largo del tiempo es la dureza e incomodidad de la plaza central trasera, no recomendable a menos que sea imprescindible su uso.
Su cuadro de mandos era muy tradicional, presidido por los dos grandes relojes del velocímetro y del cuentarrevoluciones, complementado por el centro y los laterales por numerosos relojes y testigos. El volante era bastante grande y algo incómodo de manejar. Respecto al confort, el eje trasero rígido le pasaba factura, con molestos rebotes de dicho eje por carreteras bacheadas.
El nivel acústico era bueno, escuchándose el motor en el habitáculo en las fuertes aceleraciones, pero sin transmitir molestas vibraciones
El equipamiento era bastante completo, con los imprescindibles velocímetro y tacómetro, manómetro de temperatura del refrigerante y de nivel de combustible, de presión de aceite, voltímetro/amperímetro, reloj, faros halógenos y antiniebla, elevalunas eléctricos delanteros, cierre centralizado… Entre sus carencias podíamos destacar la ausencia del testigo de reserva de combustible, respaldo del asiento trasero indivisible o la falta de luz de lector de mapas.
El motor iba en posición delantera longitudinal, con cuatro cilindros en línea y 1.979 cm3. Llevaba un árbol de levas en cabeza y dos válvulas por cilindro, y se alimentaba mediante un sistema de inyección electrónica LE Jetronic. Entregaba una potencia máxima de 110 CV a 5.400 RPM y 162 Nm a 3.000 RPM de par máximo.
La inyección electrónica supuso un gran avance a la hora de contener los consumos, pues dejaba de suministrar carburante cuando el motor estaba en fase de retención, sin pisar el acelerador
Este motor de 2 litros era perezoso a bajo y medio régimen, pues hasta no superadas las 3.500-4.000 vueltas el empuje era mínimo y sin energía. La caja de cambios manual de cinco velocidades estaba bien escalonada y con ella no se buscaba una economía de consumo. El manejo de la palanca era muy cómodo por su suavidad de accionamiento y su excelente precisión. Los desarrollos del cambio a 1.000 RPM eran los siguientes, de primera a quinta: 7,26 km/h, 13,11 km/h, 20,58 km/h, 26,96 km/h y 33,7 km/h, respectivamente.
Se consiguió un elevado agrado de conducción por ciudad, unas buenas velocidades medias por vías rápidas y cierta agilidad y rapidez por carreteras de montaña, todo con unos buenos valores de consumo. Estos valores eran de 15,5 l/100 km en ciudad, 6,9 l/100 km a 90 km/h y 7,9 l/100 km a 120 km/h. El depósito de combustible albergaba 65 litros.
Su velocidad máxima era de 185 km/h, aceleraba de 0 a 100 km/h en 9,7 segundos y necesitaba 31,7 segundos para recorrer los 1.000 metros desde salida parada. En cuanto a sus recuperaciones, los 1.000 metros en cuarta desde 40 km/h los hacía en 36,1 segundos y los 1.000 metros en quinta desde 50 km/h en 39,4 segundos. Pasaba de 80 a 120 km/h en cuarta en 12,1 segundos, y 17,6 segundos para el mismo registro en quinta.
El equipo de frenos ofrecía discos ventilados delante y tambores detrás, incluyendo servofreno, con unas distancias de frenado de 32,3 metros a 100 km/h y de 54,3 metros a 120 km/h. El esquema de suspensiones era independiente en el eje delantero y el mencionado eje rígido atrás. Calzaba neumáticos de medidas 185/70 R14 para unas llantas de chapa y tapacubos.
Esta berlina media con pretensiones de alto vuelos destacaba por su espacio interior, su excelente transmisión, su contenido consumo en ciudad y su motor enérgico a medio y alto régimen. Lo que menos gustaba era su comportamiento a causa de su anticuado eje rígido trasero, el tacto del pedal de freno y la situación del mando de las luces, situado en la parte inferior izquierda del salpicadero. Es curioso que los coches del grupo VAG siguen llevando dicho mando en el mismo sitio.
No resultaba barato, pues valía 2.063.161 pesetas en 1983, unos 41.000 euros de hoy.
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Ginés de los Reyes
Desde que tengo conciencia me llamó la atención cualquier cosa con ruedas. Aprendí a montar en bicicleta al mismo tiempo que a andar, y creo que la genética tiene algo que ver: mi padre adoraba los coches, les ponía nombres, mi abuelo conducía y participaba en el diseño de camiones, y le privaban los coches...El opel Rekord de 110 cv aceleraba de 0 a 100 en 9,7 segundos con lo que pesaba ese coche. Muy optimistas las prestaciones.