Cuando la industria británica se encontraba en sus últimos años buenos, los 80, el remarcado era algo habitual, el MG Maestro también se comercializó como Austin Maestro. Guardo cierto cariño para este modelo, fue el primer coche bueno que tuvieron mis padres, escaldados tras la experiencia del SEAT Ronda 1.5 Diesel. El Maestro le doblaba en potencia, tenía un nuevo motor con inyección electrónica –2.0 EFi-, que le acercaba a los 120 CV.
Este propulsor fue un buen reemplazo del anterior 1.6 con carburación, ganaba prestaciones y hacía una buena pareja con la caja de cambios del Honda Prelude. El grandísimo Arturo de Andrés dijo de él que era difícil de clasificar, pero resaltando su comportamiento y mecánica. Con una mejor aerodinámica y leves cambios en el escalonado habría brillado un poco más.
Estuvo lastrado por la reputación del modelo anterior 1.6, por lo que no fue un éxito de ventas con este motor. En su tierra natal, Reino Unido, para 2006 prácticamente se había extinguido, y han sobrevivido poquísimos de todos los producidos. No fue un coche problemático, pero la caída en desgracia de lo que quedó de la mítica Leyland, ya bajo el paraguas Rover, terminó de reventar. Poca gente quiere mantener un coche viejo del que hay dudas sobre la capacidad de encontrar repuestos. Además, cuando empieza a aparecer el óxido, lo más razonable era jubilarlos.
Se produjeron 605.410 unidades entre 1983 y 1994
Llegó a tener una versión más marchosa, el MG Maestro Turbo, con 150 CV de potencia y una producción muy escasa, apenas 500 unidades. En la época de la que hablamos, era ya un asunto muy serio, ya que también era normal que estos coches fuesen con medidas de neumáticos ahora absurdas, véase 185/55 R15.
Del Maestro familiar recuerdo su color blanco, los testigos del tablero (como los de cualquier otro coche, pero me llamaron la atención de niño), que estuve a punto de precipitarlo por un barranco al aprender a quitar el freno de mano cuesta abajo con 5 años -mi padre, que estaba fuera, reaccionó rápido para evitar el fin de mi prematura carrera de periodista del motor- y que andaba bastante.
No duró mucho tiempo en la familia, fue reemplazado a principios de los 90 sin haber dado guerra, que yo recuerde. Hace tiempo que se habrá convertido en un cubo tras salir de una prensa hidráulica.
Javier Costas
Me gustan los coches desde que tengo uso de razón (o antes). Tras haber conducido más de 400 coches aquí sigo, divulgando y aprendiendo a partes iguales sobre las cuatro ruedas. Vosotros habéis hecho que se convierta en mi pasión.Solo en la versión con tablero digital, pero era todo un vacile en los 80, como ahora el Digital Cockpit.
Hola Javier, mi padre tuvo uno, la versión 1600, de color verde claro, que recuerdos… Cómo petardeaba al dejar de acelerar, y como andaba…y gastaba jeje algún día me haré con uno para disfrutarlo con mi padre otra vez todo lo que no pude en su momento.