El Maserati Merak SS se considera uno de los mejores ejemplos de unión de dos culturas automovilísticas europeas, famosas por su dedicación y excelencia en el desarrollo de la industria del automóvil: un italiano -Maserati- con influencia francesa. El modelo que le precedió, Merak “a secas”, se presentó en el Salón de París de 1972, siendo la estrella del mismo. Uno de sus principales competidores fue el De Tomaso Pantera.
Nos remontamos a mediados de los años 60, cuando Lamborghini vendió su obra maestra, el Miura. Cundió el efecto llamada en el resto de las casas italianas, ofreciendo sus modelos tope de gama con motor central. En 1971 Maserati ofrecía el Bora, con un motor 4.7 V8, y Ferrari nos mostraba el 512 Berlinetta Boxer en 1973, con un V12 bajo sus entrañas, igual que Lamborghini.
Aprovechando las buenas relaciones que Citroën tenía con el inimitable diseñador italiano Giorgetto Giugaro -y de que el fabricante francés era el accionista mayoritario de Maserati por entonces-, quiso materializar la idea de producir un nuevo GT con esta mecánica. Es lo que se denomina sinergia compartida.
El objetivo de Maserati era doble: ofrecer un modelo que recuperase el nombre de la marca frente a Ferrari y Lamborghini y, por otro lado, ser una opción de compra más frente al “Lambo” Urraco y el Ferrari 308 GT4, ambos con propulsores V8
Del modelo Bora aprovechó la mayor parte del chasis, así como su diseño de Italdesign. Para optimizar costes, el costoso subchasis trasero del Bora -que servía como refuerzo estructural del motor- se sustituyó por un monocasco de acero menos complejo, más adecuado para el motor que iba a llevar, más ligero y pequeño. Precisamente la mayor novedad residía en la adopción del motor del Citroën SM, debidamente modificado. Este propulsor, originariamente un 2.6 V6, aumentó su cilindrada hasta los 3 litros.
Para el Merak el V6, de cuatro árboles de levas en cabeza, dos válvulas por cilindro y tres carburadores Weber, rendía 193 CV a 6.000 RPM y 255 Nm de par máximo a 4.000 RPM. Después surgirían otros motores, como el de la versión de nuestro coche, que introdujo en 1975 el SS, con unos carburadores más grandes y compresión 9:1, elevando su potencia hasta los 223 CV. En 1977 se ofreció una versión desinflada de 2 litros y 173 CV -el 2000 GT-, solo para Italia, por un asunto de impuestos, no es lo mismo pagar un 19 % de IVA que el 38 %.
El Merak SS no solo era más potente, también estaba aligerado en 50 kg respecto al Merak
Para el ojo no experimentado el diseño del Merak era casi una copia del Bora, pero lo cierto es que existían más diferencias que similitudes. La mitad delantera de su lateral era muy similar en ambos modelos, y era en el frontal donde encontrábamos diferencias. Los paneles frontales eran más pequeños, protegiendo a las dos tiras cromadas a modo de defensa separadas por el logo del tridente. El Bora no tenía estas defensas, en su lugar estaban situadas unas parrillas trapezoidales. Los faros eran escamoteables.
Era en la parte trasera donde se observaban los cambios más radicales. El Bora contaba con un portón de apertura inversa para acceder al motor. En el caso del Merak se diseñó a modo de cofre plano con unas branquias que servían para la ventilación del motor. Para suavizar estas líneas rectas y no parecer que la zaga la habían cortado con un hacha, Giugiaro añadió dos apoyos que iban desde el techo hasta el final de la misma. Al principio se fabricó en metal, posteriormente se utilizó fibra de vidrio para aligerar el peso.
Continuando con las sinergias de marca, su interior llevaba más componentes de Citroën que de Maserati. De esta forma el panel de instrumentos era el mismo que el del SM, incluyendo el volante monobrazo. También compartían los frenos con asistencia hidráulica a alta presión, parte de la suspensión y la transmisión de cinco velocidades.
La colaboración entre ambas marcas duró ocho años, desde 1968 hasta 1976
Las unidades posteriores del Merak sufrieron un restyling de su interior, con una instrumentación analógica (velocímetro, tacómetro, temperatura del aceite y del refrigerante, amperímetro y un reloj). En la consola central se situaban los botones que accionaban las ventanillas eléctricas y el climatizador. Su interior iba totalmente forrado en piel (puertas, salpicadero, asientos y consola). El espacio para el equipaje era mayor que que en otros deportivos, permitiendo llevar un par de maletas en el capó delantero. También adoptó cambios en la mecánica, incorporando aspectos del Bora.
Se fabricaron 1.830 unidades del Merak, correspondientes a 1.000 Merak SS, 630 Merak y 200 Merak 2000 GT. El Merak fue muy significativo en la historia de Maserati, al ser concebido en un curioso y raro momento que se dan de vez en cuando en la industria del automóvil, cuando el fabricante era más francés que italiano. A principios de los 80 estos dos modelos cerraron una página en la historia de los deportivos.
Ginés de los Reyes
Desde que tengo conciencia me llamó la atención cualquier cosa con ruedas. Aprendí a montar en bicicleta al mismo tiempo que a andar, y creo que la genética tiene algo que ver: mi padre adoraba los coches, les ponía nombres, mi abuelo conducía y participaba en el diseño de camiones, y le privaban los coches...Destaco cómo adhieren el frontal, compuesto de argumentos típicos de aquellos entonces deportivos, con la zaga, fuertemente cimientada en un rol tirando a racing.