El Lamborghini Miura vino al mundo tan desnudo que no tenía ni nombre ni carrocería. Así lo presentó Ferruccio Lamborghini en persona en el Salón del Automóvil de Turín de 1965. Aquel chasis con un poderoso motor de 12 cilindros montado en posición central transversal generó una gran expectación. Cuando un año después, en el Salón del Automóvil de Ginebra, se le vio por primera vez terminado, el sentimiento se convirtió en admiración. Marcello Gandini, de la firma Bertone, había creado un diseño sobresaliente que posteriormente se incluiría en la lista de iconos del motor del Museo de Arte Moderno de Nueva York.
La información sobre el mundo del motor a finales de los sesenta no fluía con la velocidad actual y para muchos jóvenes de mi generación, la presentación mundial del Miura se plasmó en esos preciosos primeros cuatro minutos de la película original “The Italian Job” (1969). Qué líneas, qué sonido… ¡Cuánta belleza! Entre 1968 y 1971 salieron de la fábrica italiana tres modelos base, con distintas potencias a medida que se perfeccionó el propulsor de 3.929 cc: P400 (1967) con 350 CV, P400S (1968) con 370 CV y P400 SV (1971) con 385 CV. Si hoy en día esa potencia es respetable, a finales de los sesenta era sencillamente descomunal.
Delco
Más que la Historia, me gustan las viejas historias que huelen a asfalto, carreras y gasolina.COMENTARIOS