El Hyundai Pony de primera y segunda generación (1975-1990), ancestro del i30 de nuestros días, fue el primer Hyundai exportado fuera de las fronteras de su país de origen, Corea del Sur, además de ser el primer coche fabricado en masa en este país. La primera generación se comercializó hasta 1982 y la segunda desde ese año hasta 1990.
Con un diseño poco oriental y hasta cierto punto “conocido”, su razón de ser era que, además de intervenir en su desarrollo ingenieros y personal de origen británico -principalmente de la British Leyland, de donde provenía quien fuera fichado como director de desarrollo del Pony-, su diseño era obra de la Italdesign de Giorgetto Giugiaro.
Presentado en el Salón del Automóvil de Turín de 1974 como versión hatchback de cinco puertas, un año después se comercializaría también como sedán -aunque visualmente pareciera un hatchback, tenía una pequeña portezuela para el maletero, elemento que pasaría a abrirse junto al cristal trasero ya para 1981 y desapareciendo como sedán-.
A estas carrocerías típicas en 1976 se les uniría un tres puertas y en 1977 hasta una versión pick-up. También estuvo disponible en versión familiar. Variedad de elección, sin duda
Aunque fuera el primer Hyundai exportado fuera de las fronteras coreanas, no llegaría a todo el mundo. Lo hizo a países sudamericanos como Chile, Argentina, Ecuador y Colombia, además de llegar al continente africano -concretamente a Egipto- en 1976.
La llegada al continente europeo -con cuentagotas, eso sí-, sucedería en 1979. Territorios como Países Bajos, Bélgica o Grecia recibirían sus primeros Pony entonces, cosa que no ocurriría en España pese a la apertura comercial post dictadura. Hyundai no llegó a nuestro país de manera oficial hasta 1991, aunque llegaron unidades importadas a Canarias antes.
Conocida su historia, hablemos de sus mecánicas. Los motores de esta primera y segunda generación del Pony eran originarios de Mitsubishi, matrimonio motorístico que continuaría durante bastantes años después. No era por tanto 100 % coreano, pero a fin de cuentas casi el 90 % de las piezas eran de producción nacional.
Todos los motores eran de cuatro cilindros, iban colocados en posición longitudinal delantera y enviaban su potencia al eje trasero a través de una caja de cambios manual de cuatro velocidades o una automática de tres.
Sí, potencia al eje trasero, no es una errata. El concepto de “todo delante” no llegaría hasta el Pony/Excel basado en el Mitubishi Mirage, que empezaría su andadura compartiendo listado de precios con nuestro protagonista desde 1985 hasta 1990, perdurando hasta 1999.
Con cilindradas de 1,2, 1,4 y 1,6 litros, las potencias iban desde los 55 hasta los 75 CV. Su carrocería tenía unas dimensiones de 3.970 milímetros (menos el familiar o wagon, que crecía hasta los 3.998 mm), 1.558 mm de anchura y 1.360 mm de altura. Su peso en vacío oscilaba entre los 870 y 935 kg.
En enero de 1982 llegaría la segunda generación del Pony. Lo englobamos en el mismo artículo junto a la primera generación, porque, aunque técnicamente fuera idéntico al de primera, el restyling fue tan profundo que se le considera una generación distinta.
Se abandonaba la doble óptica delantera, se dejaba de lado la ya anticuada profusión de cromados por toda la carrocería y se incorporaban nuevos paragolpes plásticos más envolventes, además del crecimiento considerable de los pilotos traseros. En su interior se implementaron también ciertas modificaciones, como en el caso de la instrumentación.
Esta vez solo estaba disponible como hatchback de cinco puertas y pick-up. Sería este el Pony que llegaría por primera vez al Reino Unido, siendo además con ello el primer vehículo coreano importado de manera oficial a este país. Llegaría también a Canadá, pero no a EEUU, ya que no pasaría la normativa de emisiones de aquel país -sí que llegaría sin embargo el nuevo Pony/Excel de 1985-.
Con el restyling exterior esta generación crecería hasta los 4.029 milímetros de longitud, 1.566 mm de anchura y 1.355 mm de altura. El peso continuaba siendo bajo, pero menos que antes, oscilando entre los 920 y 1.015 kg en vacío.
Las motorizaciones eran las mismas que para la primera generación, y respecto a las cajas de cambios, más de lo mismo, aunque se presentaba como novedad la posibilidad de equipar como elemento opcional el aire acondicionado para el motor 1.6.
Los niveles de equipamiento en ambas generaciones eran los siguientes: L, que incluía asientos de vinilo y asiento trasero abatible en una pieza. El GL añadía al anterior un reloj interior, limpiaparabrisas trasero, cristales tintados, tapa de combustible con llave, retrovisor en el lado del copiloto, asientos traseros abatibles en proporción 50/50 y unas molduras interiores “más vistosas”. El tope de gama o GLS añadía elementos únicamente en aras de darle una apariencia más lujosa tanto en el interior como en el exterior.
La revista Velocidad (nº 918) dijo de él: “Un coreano con corazón japonés y vestido a la europea”
El Pony de primera y segunda generación iniciaría por lo que se conocería a Hyundai poco después y hasta hace pocos años: un vehículo barato, de calidad aceptable, y fiable. Lo que le hizo tener un buen nivel de ventas fue la percepción para el público, que, por un precio similar, era sustancialmente mejor que los coches llegados de Europa del Este, los lowcost de entonces.
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Adrián Iniesta
Ingeniero electrónico industrial de profesión y amante de los coches por vocación. Dicen que aprendí a leer con las matrículas de los coches y que con 2 años me conocía todas las marcas y modelos. Cualquier cosa que me discutas sobre coches, te la intentaré rebatir ;)COMENTARIOS