A mediados de los años 90 apareció con fuerza en Europa un novedoso concepto de vehículos encuadrados en el segmento B. Los podríamos denominar como pequeños utilitarios de carrocería coupé o pequeños deportivos cerrados; este nicho de mercado fue inaugurado por el Opel Tigra y Ford quiso aprovechar este tirón lanzando en 1997 el modelo Ford Puma, solo para el mercado europeo.
Este modelo adoptó la plataforma del Ford Fiesta y el llamativo diseño de la tendencia “New Edge”, con ese característico diseño tan rompedor que inauguró el Ford KA y que continuó el Focus. Del Fiesta heredó su excelente dirección y suspensión, que junto con su pequeño tamaño lo convertían en un juguete ratonero y deportivo.
Su interior era casi idéntico al de un Fiesta, y como concesiones a un aspecto deportivo llevaba el mismo salpicadero con algunas inserciones de plástico imitando aluminio y unos relojes con fondo blanco; las plazas traseras eran muy pequeñas solo aptas para niños aunque a cambio gozaba de un maletero muy razonable.
En su lanzamiento ofrecieron dos versiones mecánicas; la más básica con el motor Zetec de 1.4 litros de 90 CV y fabricado en aluminio, el mismo que movía al Fiesta. Pero el motor que nos interesa es el superior, un bloque de 1.7 litros construido por Yamaha, al cual le añadió distribución variable y unas camisas secas con un tratamiento denominado Nikasil –consistente en una aleación de níquel y silicio utilizada para el revestimiento de las camisas de los cilindros en algunos motores construidos en aluminio-. Rendía 125 CV y alcanzaba el 80% de par máximo a las 1.800 RPM gracias a la distribución variable.
En el año 2000 se sustituyó el motor 1.4 por el 1.6 que procedía del Focus y rendía 100 CV, acercándolo en prestaciones al 1.7; si a esto unimos una buena caja de cambios el resultado es un manejo delicioso, se le añadió una de cinco velocidades de relación cerrada que mejoraba sus prestaciones pero aumentaba sus consumos aunque a su favor destacaba su buen tacto y unos recorridos precisos y cortos.
También era un coche seguro para la época pues llevaba de serie ABS y Control de Tracción, doble airbag, cinturones con pretensores y barras laterales de protección e incluso una tercera luz de freno, medidas que se empezaron a generalizar en los 90. En 1999 sufrió una actualización, cambiaron el cuadro de instrumentos con un velocímetro digital y la regulación en altura de los asientos delanteros pasó de eléctrica a manual.
En Gran Bretaña y Alemania se comercializó una versión más deportiva, el Ford Racing Puma, que rendía entre 155 CV y los 166 CV -dependiendo de la fuente de información-, y se le dotó de unos desarrollos del cambio más largos, un interior con asientos Sparco, frenos traseros de disco y un mejor equipamiento.
Debido a su alto precio no fue nunca un superventas y su producción terminó en el año 2001. La puntilla se debió a la caída en desuso del concepto de pequeño coupé, aunque quienes lo condujeron no borrarán su grato recuerdo.Tiene su pequeño espíritu RACER, que es el tipo de vehículos que buscamos al fin y al cabo.
Ginés de los Reyes
Desde que tengo conciencia me llamó la atención cualquier cosa con ruedas. Aprendí a montar en bicicleta al mismo tiempo que a andar, y creo que la genética tiene algo que ver: mi padre adoraba los coches, les ponía nombres, mi abuelo conducía y participaba en el diseño de camiones, y le privaban los coches...Para mi aun es muy valido como maquina de juego a diario, estoy encantado.
Un toque distinto-deportivo para el dueño-chavalote de entonces; vaya, un no va más.
Aún continúan llamativas y atemporales las líneas de su rival Tigra. Le trata bien el pasar de las décadas, aunque no estoy muy seguro que puedan decir lo mismo sus motores y sus electrónicas eléctricas.
si alguien me encuentra uno de estos con el motor yamaha 1.7….Que me avise jeje
¿Qué les pasaba?
Exacto, ahora el máximo de azufre está regulado por ley. Mientras no te vayas a un país chungo donde no haya esa reglamentación…
Tal vez prometía más de lo que realmente daba.
Y es que por lo que costaba el 1.7, te hacías con un Clio II Sport Fase 1 de 170 cv. Y por lo del 1.4, con el 206 GTi de 130 cv. Y dinamicamente no creo que niguno estuviese por derás.
Pero pese a todo, estaba y sigue estando en mi lista de deseos.
Hola, Txesz;
cierto, carete el pumilla. El 206 casi casi similar en prestaciones eh. El Clio se nos va de la comparativa porque era un auténtico pepino (llegué a probar los tres).
Ninguno de ellos fueron, ni por asomo, tan atractivos (baza principal de aquellos coupés de bolsillo).
Saludos!