El Fiat Multipla, nieto del 600 Multipla “original” de los años 50, era un monovolumen del segmento C caracterizado por ser un coche de estética “difícil” para muchos -no en vano fue nombrado “Automóvil más feo de 1999” por Top Gear- y “diferente” para otros. Lo que sí está claro es que era un monovolumen innovador, práctico y con un espacio más que bien aprovechado bajo su pequeña carrocería.
Diseñado por Roberto Giolito, fue presentado el año 1998 tomando la plataforma del Fiat Bravo/Brava, pero con numerosas modificaciones. Con unas dimensiones más propias de un segmento B, estas eran de 3.995 milímetros de longitud y 1.690 de altura.
Pero lo que verdaderamente le hacía tener esas extrañas proporciones era su gigantesca batalla de 2.665 milímetros y su anchura de 1.870 mm, que le permitía acomodar a seis pasajeros sin estrecheces más su equipaje en un interior con dos filas de tres asientos. Obviando furgonetas, solo un modelo tan corto ha tenido esa disposición en Europa, el Honda FR-V.
Además de las extrañas proporciones y su gigantesca superficie acristalada, con unas ventanillas laterales que ocupaban una superficie superior al 50 % del lateral y una línea de cintura bien baja (para favorecer la visión al exterior de los pasajeros), la parte menos digerible era su frontal.
Para completar su aspecto innovador, tenía además soluciones verdaderamente ingeniosas, como los topes de goma en el final de las manetas de las puertas para evitar dañar la pintura de otro coche al golpear con la puerta de nuestro Multipla.
Volvamos a su frontal, la parte más controvertida del coche. Por encima de su capó delantero, común al de otros coches, en el que se ubicaban las mecánicas de las que hablaremos a continuación, se situaba una especie de “papada” en la que se encontraban unas ópticas redondas para las luces largas, mientras que en el capó, y a la altura normal de cualquier otro coche, iban las intermitencias y las luces de posición y cruce. En el paragolpes, las antiniebla.
La gama mecánica era muy escueta: en gasolina una única motorización de cuatro cilindros, un 1.6 de 16 válvulas. Generaba 103 CV a 5.750 vueltas y un par de 145 Nm a 5.000 RPM. Sus prestaciones eran discretas, alcanzando una velocidad máxima de 170 km/h y los 100 km/h en casi 13 segundos. Su consumo real rondaba los 9 litros a los 100 km, algo elevado. En algunos países estuvo disponible para funcionar con GLP o Gas Natural.
En diésel, y la motorización más recomendable para este Multipla, un 1.9 JTD que empezó entregando 105 CV -posteriores evoluciones hicieron que llegara a rendir 115 CV y 120 CV en 2006 con la nueva hornada de motores Multijet- a 4.000 vueltas y 200 Nm de par a 1.500 RPM.
Con esta motorización se mantenía la misma velocidad máxima que para el gasolina, pero se mejoraba el sprint hasta los 100 km/h en casi un segundo y el consumo en casi un 30 %. Como era de esperar, ambos motores iban colocados en posición delantera transversal y enviaban su fuerza a las ruedas delanteras.
Si nos introducíamos en su interior, continuaba la “diferenciación”, para seguir la sintonía del exterior. El salpicadero contaba con una extraña cúpula esférica en la que iban situadas unas salidas de aireación orientables para los tres pasajeros delanteros. A la izquierda de esta, una segunda cúpula en la que se situaba la instrumentación en posición central y orientada hacia el conductor. Debajo de esta, los mandos de la climatización manual.
Para liberar espacio para el pasajero de la plaza central delantera, la palanca del cambio de cinco velocidades se situaba sobre el salpicadero, a menos de un palmo de distancia del volante. Numerosos controles -como el de los retrovisores-, se colocaban en el techo junto al retrovisor central para intentar liberar lo máximo posible el salpicadero y que no fuera intrusivo para este pasajero.
La cota de altura para las cabezas era extraordinaria, así como la luminosidad, acrecentada si se optaba por equipar el doble techo solar practicable. Su carácter práctico se mostraba con numerosos receptáculos para depositar objetos, además de seis asientos individuales y de dimensiones idénticas -dato importante-, que permitían pasar de un generoso maletero de 430 a casi 1.300 litros si abatíamos los posteriores. Ningún SUV o crossover actual da más, ni siquiera lo mismo, con dimensiones semejantes.
Uno de los puntos más flacos del Multipla era la baja calidad de los plásticos de su interior, unos plásticos que literalmente se derretían y pelaban con el paso del tiempo. Tampoco ayudaba a dar una mejor sensación de calidad que siempre fueran en colores poco discretos como el azul o gris, al igual que las tapicerías de su interior.
También adoleció de diversos problemas eléctricos y en sus ventanillas, culpa del gran tamaño de estas, que hacían difícil su accionamiento a altas velocidades y provocaban que se pudieran salir de sus guías. Pero quitando esto, era un coche bastante fiable. No hay más que ver que de la gran cantidad de unidades vendidas a nivel mundial en su día, un gran número de ellas todavía siguen en circulación.
A nivel dinámico, destacaba con creces. Tampoco podemos decir que fuera un deportivo y no fue pensado para ello. Pero sí que es cierto que, gracias a su generosa batalla, a la que se unía su corta carrocería con las ruedas en las esquinas, hacían que fuera un coche extremadamente ágil para ser un monovolumen.
En 2004, y para intentar hacer frente a las numerosas críticas por su estética exterior, experimentaría un restyling que cambiaba completamente su frontal. Se eliminaba la “papada” superior, y se integraban todas las luces en una única óptica que seguía la línea estilística de las nuevas creaciones de Fiat, así como su parrilla -su frontal era muy parecido al del nuevo Fiat Idea-. Este cambio conllevó un incremento de casi 10 cm en su carrocería, pero sin repercutir ni uno solo de ellos el en espacio para los pasajeros.
En 2010, y tras casi 2,7 millones de unidades vendidas -un éxito rotundo para la firma turinesa-, se ponía fin al Multipla sin sucesor, aunque sus ventas continuaron durante algunos meses y de manera exclusiva en el mercado chino.
Si quieres hacerte con uno deberías pagar entre 1.500 euros por una de las primeras unidades con un porrón de kilómetros, hasta unos 5.000 euros por una de las últimas de 2010 y en torno a 100.000 kilómetros en su odómetro. Si no te “incomoda” su estética diferente, imposible lo vas a tener para encontrar un coche que con su tamaño derroche semejante practicidad, acomode a seis pasajeros y sus bártulos, y que vaya tan bien en carretera.
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Adrián Iniesta
Ingeniero electrónico industrial de profesión y amante de los coches por vocación. Dicen que aprendí a leer con las matrículas de los coches y que con 2 años me conocía todas las marcas y modelos. Cualquier cosa que me discutas sobre coches, te la intentaré rebatir ;)COMENTARIOS