Aunque a todos nos gusta soñar con vehículos que transmitan buenas sensaciones e intensas emociones, que tengan espíritu RACER, no podemos desdeñar aquellos vehículos que ofrecen un gran servicio al ciudadano de a pie, buscando la mejor calidad/precio, y que no exijan un gran desembolso a nuestra exigua economía. Aquí aparece nuestro protagonista, el Fiat Linea, aunque ello no significa que dejemos de soñar…
Quien necesitase una berlina de tres volúmenes, un espacio adecuado para cuatro personas, buen maletero, un ajustadísimo precio y una inmejorable relación calidad/precio, este Fiat Linea era una de las mejores opciones en su momento. Es un modelo que reemplazaba en cierto modo al Fiat Marea, un sedán de cuatro puertas derivado del modelo Bravo/Brava. Algunos lo consideraban como un Grande Punto con el tercer volumen añadido, con el que compartía plataforma, pero con una batalla 10 cm más larga.
Es uno de los últimos representantes del segmento B sedán, muy castigado en Europa
Se comercializó con dos motores de gasolina, uno atmosférico y otro turboalimentado, compartiendo el mismo bloque 1.4, con 77 y 120 CV, respectivamente. Como alternativa se ofreció una mecánica diésel, con un motor de 1.2 litros (1.248 cc) y 90 CV, denominado comercialmente como 1.3 Multijet. También llegó a usar el 1.6 MultiJet de 105 CV, más adecuado para su planteamiento. Aparte de la caja de cambios manual de cinco velocidades, se nos ofrecía con un cambio automático denominado Dual Logic. Se fabricaba en Turquía.
Se ofrecía con tres niveles de equipamiento: Active, Dynamic y Emotion. Las tres versiones llevaban de serie ordenador de viaje, regulación del volante en altura y profundidad y respaldo del asiento trasero abatible con proporciones 40/60. No entramos en detalle del equipamiento de cada nivel porque resultaría tedioso. Era destacable su respetable maletero -500 litros-. Su batalla era más bien cortita -2.603 mm-, por lo que su vista lateral quedaba algo desproporcionada, debido al gran tamaño del voladizo trasero.
Su interior destacaba por el gran espacio longitudinal, sobre todo en las plazas traseras; por el contrario, resultaba bastante estrecho, ya que sus dimensiones eran de 4.560 mm de largo, 1.730 mm de ancho y 1.494 mm de alto
Aunque se vendió en Europa en un principio, su mercado natural eran mercados emergentes como América Latina, China y Turquía, áreas donde este tipo de carrocería goza de gran aceptación. En Europa Occidental se vendió aceptablemente bien, dadas sus cualidades.
Como hemos visto antes, su relación calidad/precio era muy buena. El ajuste de las piezas no era muy fino, y los plásticos utilizados eran duros en su totalidad. Aparte de algunas uniones entre piezas con demasiado espacio entre ellas o algún tornillo a la vista, la terminación era correcta, sin filos ni rebabas molestas, ni ruidos parásitos. Cualquier persona que conozca los vehículos de Fiat observará el cumplimiento de esta máxima: calidad y precio muy ajustados.
Este coche era un claro ejemplo de inmejorable relación calidad / equipamiento/precio. Fiat era y es una especialista en estos productos
Tenía repartidos por el habitáculo algunos huecos para depositar objetos, aunque algo alejados para sus usuarios, y otros más prácticos, como un cajetín junto a la rodilla izquierda del conductor, o una repisita junto a los aireadores centrales. Ninguno de ellos estaba acolchado para amortiguar los ruidos. Las bolsas de las puertas tenían unos huecos poco profundos y por tanto poco prácticos.
La cota de habitabilidad más destacable era el espacio longitudinal, sobre todo en las plazas traseras, con hueco de sobra para las piernas y pies. En su contra, la altura y la anchura eran bastante limitadas. A modo de resumen, era un coche apto para cuatro personas no muy altas (hasta 1,80 metros). Aunque el volante era regulable en altura y profundidad, así como el asiento en altura, el primero quedaba demasiado alto aun en la posición más cercana entre ellos. Su salpicadero era prácticamente igual al del Grande Punto, tan solo lo diferenciaba una pequeña guantera en la consola central.
El acceso al maletero se realizaba a través de un portón de gran tamaño y gran anchura. Para abatir el respaldo trasero primero había que desplegar la banqueta, que quedaban en posición vertical, y abatir a continuación el respaldo, aunque este último quedaba a mayor altura que el piso del maletero. Como detalle importante, la rueda de repuesto era de medidas normales, alojada debajo del maletero.
Era un coche enfocado a una conducción económica y con un buen comportamiento general. El tacto de sus mandos, el volante, los pedales y la palanca de cambios –de cinco marchas- y su dirección asistida lo hacían muy cómodo por ciudad. El motor diésel que ofrecía se quedaba corto en prestaciones, el 1.3 Multijet, con unos discretos 90 CV. Era poco ruidoso, no vibraba y gastaba poquito, pero los adelantamientos con el coche cargado había que planificarlos con tiempo.
La versión atmosférica de gasolina, de 77 CV, no era recomendable, demasiado justa en prestaciones. También existió una versión 1.9 Flexfuel para Brasil, de 130 CV, que podía funcionar con gasolina o bioetanol, así como un tope de gama de 150 CV -que no vimos por estos lares-.
Si no te importaba pagar un poquito más por llenar el depósito la mejor opción era el motor de gasolina 1.4 (1.368 cc) 16v, un bloque de cuatro cilindros en línea, con inyección indirecta, turbo e intercooler. Rendía 120 CV a 5.000 RPM, siendo su par máximo de 206 Nm a 2.500 RPM. Su velocidad máxima era de 195 km/h, aceleraba de 0 a 100 km/h en 9,2 segundos, y su consumo medio de 6,7 l/100 km. Todas estas cifras eran las homologadas por el fabricante. La verdad es que eran unas prestaciones muy honestas, con una suavidad y confort de marcha bastante elevados.
Era un vehículo con un buen nivel base de equipamiento, tanto en confort como en seguridad (ABS, EBD, airbags frontales y laterales), salvo el control de estabilidad (ESP), que era opcional, por un precio de 470 euros. Podía llevar de serie Bluetooth, mandos del sistema de audio en el volante, elevalunas y eléctrico y cierre centralizado, ordenador de a bordo…
Se le podía añadir más equipamiento opcional por unos precios razonables, como asistente de arranque en pendiente, airbag de cortina y de cabeza…, consiguiendo un coche lo suficientemente cómodo y seguro para aquellos que no quisiesen pagar más por lo ofrecido, sacrificando el prestigio de otras marcas que te ofrecían casi lo mismo, pero con un mayor desembolso. No estaba nada mal para una berlina básica. Su sucesor en Europa fue el Tipo Sedán.
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Ginés de los Reyes
Desde que tengo conciencia me llamó la atención cualquier cosa con ruedas. Aprendí a montar en bicicleta al mismo tiempo que a andar, y creo que la genética tiene algo que ver: mi padre adoraba los coches, les ponía nombres, mi abuelo conducía y participaba en el diseño de camiones, y le privaban los coches...COMENTARIOS