A partir de la segunda mitad de los años 90, los fabricantes comenzaron a renovar su gama de compactos. En 1997, por ejemplo, apareció el Volkswagen Golf IV; poco después, el Citroën Xsara reemplazaba al ZX y el SEAT León sorprendía a todo. Sin embargo, el FIAT Bravo llegó para sustituir al Tipo un poco antes, en 1995. En ese momento todavía estaban en liza coches como el Peugeot 306 o el Golf MK3, a los que FIAT superó desde el primer momento.
El FIAT Bravo era un coche que a simple vista parecía sencillo, no daba la impresión de que los diseñadores se hubieran esforzado demasiado, pero ahí estaba su secreto, porque el resultado general era muy acertado. El Bravo lucía formas equilibradas y deportivas, pero con sencillez, comparado con el FIAT Tipo era un producto fresco y juvenil, pero por desgracia, en España no tuvo el éxito que se merecía, aunque en Italia arrasó y se convirtió en uno de los coches más vendidos de su segmento. FIAT siempre ha tenido en su país natal uno de sus mejores mercados y con el Bravo lo dejaron claro.
La gama del FIAT Bravo solo se ofrecía con una carrocería de tres puertas, que mostraba una línea, como decíamos, deportiva y muy juvenil –obra de Peter Fassbender–. La carrocería de cinco puertas se denominaba FIAT Brava y desde el pilar B hacia atrás, contaba con un diseño específico –que destacaba por sus pilotos–. La opción sedán era el FIAT Marea, que además, contaba con una carrocería familiar, el FIAT Marea Weekend. Era muy similar a lo que ofrecía Alfa Romeo con los 145 y 146, aunque también es cierto que compartía con ellos plataforma y algunos sistemas.
Dicha plataforma era la última evolución de la que estrenó el Tipo, la misma que se podía encontrar en una enorme cantidad de modelos del grupo FIAT: Alfa Romeo GTV, FIAT Coupé, Lancia Delta y Lancia Dedra… sin embargo, como cabe esperar, los motores no tenían nada que ver con los del Tipo, aunque pecaron por ofrecer pocas prestaciones comparados con sus rivales más directos. El más potente fue el FIAT Bravo HGT, que contaba con un propulsor 2.0 16v que alcanzaba los 147 CV a 6.100 revoluciones, y 155 CV a partir de 1998.
Los más populares de la gama fueron los gasolina 1.6 de 100 CV, y el JTD de 105 CV, un propulsor que a pesar de quedarse ligeramente por debajo de la competencia en cuanto a cifras, representó una de las mejores opciones dentro del catálogo. Es cierto que ya ofrecía un diésel –Bravo TD 100–, pero la llegada de la tecnología common-rail trajo consigo un funcionamiento más suave, unos consumos más contenidos y una mayor finura general, cosas imprescindibles para poder plantar cara al Golf IV TDI de 90 CV.
El FIAT Bravo, además de diseño también destacó por un habitáculo muy amplio y un comportamiento al nivel de los mejores. Lástima esa falta de garra en la gama de motores.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS