Hoy os vamos a hablar de un modelo que ha servido como coche “halo” en Japón para la marca de Hiroshima pero que, por otro lado, es un verdadero desconocido para el público de occidente -quizás algo te pueda sonar el modelo, sobre todo si te has tirado las horas muertas jugando al Gran Turismo-. Este coche, el Eunos/Mazda Cosmo, fue comercializado en diversas generaciones desde que se presentara la primera allá por 1967, hasta la última unidad que salió de la fábrica en el otoño de 1995. Hoy nos centraremos en la última serie (JC, de 1990 a 1995), única generación vendida bajo el paraguas de Eunos, la marca de lujo de Mazda en Japón; que existió entre los años 1989 y 1996.
El Cosmo (JC) era un GT de lujo con una batalla de casi 2,8 metros y más de 4,8 metros de longitud. Un coupé orientado al confort y a unas elevadas prestaciones en autopista, mimando para ello a sus pasajeros en una atmósfera de cuero y madera fake. Incluso los dos pasajeros de las plazas traseras se sentirían cómodos, con unas plazas relativamente amplias -penalizadas por la cota al techo como en cualquier coupé-, y, con unos reposacabezas que se escamoteaban sobre la bandeja del portaequipajes.
Con una estética discreta, elegante y aerodinámica; podría parecer rival de modelos más asequibles como el Honda Prelude, pero no; el Cosmo estaba un escalón -o varios-, por encima. En los siguientes párrafos os desgranaremos el porqué.
Para empezar, hay que destacar uno de los hitos atribuibles al Cosmo, si no su principal: fue el que lanzó los motores Wankel de tecnología rotativa con Mazda -aunque todos podríamos pensar que fuera el RX7 de 1978-. Pues no, lo fue el Cosmo 11 años antes, en su primera generación, conocida como Cosmo Sport (L10A/B).
El uso de la palabra “Cosmo” para su designación no fue baladí. Se utilizó desde el principio para darle un toque de coche moderno, que miraba al futuro, de ahí el otorgarle un nombre que casaba mucho con la vertiginosa carrera espacial que se estaba viviendo en la década de 1960. Precisamente, una forma de asociar la tecnología de motores Wankel, como símbolo del mañana.
Otro hito, pero este ya exclusivo del JC: fue el primer coche en equipar una pantalla táctil en la consola central para controlar la climatización -automática, por cierto-, y el equipo multimedia, sí, multimedia, ya que en opción podía equipar televisión, teléfono e incluso ¡sistema de navegación por satélite! Algo verdaderamente alucinante, tecnológico y adelantado a su tiempo, para un coche de 1990. Esta consola central estaba presidida en su parte superior por un salpicadero curvado de color negro, que daba una gran sensación de amplitud y profundidad, y que, además, contenía una instrumentación muy legible y clara, de iluminación indirecta, muy similar a la del Lexus LS 400 de la época.
A la hora de hablar de su parte mecánica, cabe decir que el Cosmos fue el primer -y último- Mazda que montaba en sus tripas un motor de triple rotor con dos turbocompresores secuenciales para eliminar el retardo del turbo -el 20b de 2 litros, 280 CV y 380 Nm de par desde 1.800 vueltas; aunque las “malas lenguas” decían que realmente estaba cerca de los 300 CV reales-. Una opción más básica de “solo” dos rotores y los mismos dos turbos estaba disponible, el conocido como 13b, 1.3 de 230 CV.
Las prestaciones no desmerecían nada, y en cuanto a cifras, estaban más cerca de las de un deportivo que de las de un GT japonés
Una velocidad máxima de casi 255 km/h para el 20b -aunque en ambos, en teoría, estaba limitada a 180 km/h en Japón-, alcanzando los 100 km/h en poco más de 6 segundos, y esto contando con que equipaba una lenta caja automática de cuatro velocidades. Sin embargo, y como aspecto negativo, estaba su consumo, verdaderamente alto, al que contribuían el elevado peso del coche de casi 1.600 kg en vacío y la mencionada caja automática.
Como citamos arriba, su única posibilidad de transmisión era una caja automática que trasmitía la potencia a las ruedas traseras. Una caja que en cierto modo casaba con el carácter que se le quiso plasmar de GT de lujo, pero que era un verdadero sacrilegio para aprovechar bien las prestaciones, tanto del 13b como del 20b.
Mazda, que fabricó el Cosmo (JC), entre febrero de 1990 y septiembre de 1995, “colocó” un total de 8.875 unidades entre Japón, Reino Unido, Australia y Nueva Zelanda, todo mercados con volante a la derecha. No fue un éxito de ventas, entre otras cosas por su elevado precio, por lo que murió sin sucesor.
Adrián Iniesta
Ingeniero electrónico industrial de profesión y amante de los coches por vocación. Dicen que aprendí a leer con las matrículas de los coches y que con 2 años me conocía todas las marcas y modelos. Cualquier cosa que me discutas sobre coches, te la intentaré rebatir ;)En la primer foto, gris, 3/4 frente del izq, (sólo) en miniatura, no sé por qué veo como quedaría un Alfa 164 recortado y hecho coupé.