Nos tenemos que remontar al año 1963, que fue cuando apareció en escena la furgoneta DKW F1000 en territorio español de la mano de la empresa española IMOSA, el germen de la factoría de Vitoria de Mercedes-Benz en la actualidad. En un principio se motorizó con un propulsor de un litro de cilindrada y tres cilindros, aunque posteriormente se le instaló un motor diésel de origen Mercedes-Benz OM 636.
Este motor era conocido por su ruido al ralentí y por su carácter indestructible. Se dejó de producir en 1975, renombrándose como Mercedes-Benz N1000, pero conservando el motor OM 636, que se estuvo fabricando hasta mediados de los 90 bajo licencia en Barcelona.
Su eslogan comercial era “Todo son ventajas en la nueva DKW”
La furgoneta resultaba cómoda, con los dos asientos delanteros de dimensiones generosas, estando situado el motor entre ambos. Este se encontraba aislado del habitáculo por una tapa forrada decorada con unos rombos cosidos. Imaginaos lo que tenía que ser llevar el motor dentro del habitáculo en un tiempo en el que el uso de material aislante era un concepto que no era habitual en el catálogo de los fabricantes. Tenía que ser una opción recomendable llevar unos tapones o unos cascos aislantes para el ruido que se colaba en el interior.
Al ser una furgoneta no existía problema de visibilidad gracias a la mayor altura respecto a un turismo, tanto en el frente como en la visión lateral. Carecía de retrovisor interior, pero los dos exteriores estaban bien orientados y eran antideslumbrantes. En invierno tenías asegurada una buena calefacción al tener dentro semejante generador térmico.
La ventilación se realizaba mediante unas sencillas trampillas situadas a los pies de los pasajeros delanteros. Los veranos no tenían que ser muy agradables en su interior. La baja altura de la superficie de carga, junto a su naturaleza totalmente plana y el fácil acceso por el portón posterior de doble hoja facilitaba la carga, contando con dos puertas laterales.
También pensaban en el conductor, dotándola de un parasol en el lado izquierdo, lavaparabrisas o la colocación de las ráfagas en el mando de las luces en vez de en un botón, algo inédito en este tipo de vehículos. Uno de los aspectos que más gustaba era su grado de convertibilidad: podía ser furgón, ambulancia, microbús, capitoné, o dotarlo de plataformas de distintas alturas.
Este motor Mercedes-Benz OM 636 tenía un bloque de cuatro cilindros en línea, con una cilindrada de 1.767 cm3, y entregaba una potencia máxima de 45 CV SAE a 3.500 RPM, que equivalían más o menos a unos 41 CV DIN. Su par motor era de 100 Nm a 2.200 RPM.
La caja de cambios era de cuatro velocidades, de las cuales estaban sincronizadas la segunda, tercera y cuarta. La primera y la segunda eran muy cortas, adecuadas para un vehículo que tenía que mover un respetable peso cargado. La tercera era muy elástica, tirando con fuerza desde abajo y facilitando el paso a una cuarta marcha pensada para optimizar los consumos. En primera era capaz de superar pendientes del 26 %, eso sí, a velocidad de tractor.
Su velocidad máxima en las mejores condiciones era de 100 km/h; si iba a plena carga -hasta un máximo de 1.000 kg- bajaba a los 80 km/h de crucero
A ello había que sumar los 1.440-1.720 kg que pesaba en vacío según la versión. Lo cierto es que los consumos eran muy buenos, pues en ciudad no superaba los 8 l/100 km en una conducción tranquila, y por carretera rondaba los 6,5 l/100 km.
El equipo de frenos eran cuatro tambores controlados por un circuito hidráulico acompañados de servofreno, con un freno de mano que actuaba sobre las cuatro ruedas. La suspensión delantera contaba con un ballestón transversal y brazos de suspensión con amortiguadores telescópicos hidráulicos, mientras que en el eje trasero llevaba una barra de torsión, brazos oscilantes y amortiguadores telescópicos hidráulicos.
La furgoneta DKW F1000 estaba diseñada para ser un vehículo capaz de transportar todo tipo de cargas por cualquier firme, un animal todo terreno con una dureza inimaginable hoy en día gracias a un bastidor de acero de perfil rectangular cerrado. Era habitual verlos sobrecargados pero aguantaban sin inmutarse cualquier maltrato.
Estaban pensados para durar una eternidad, no descuidando el confort de los ocupantes para ser un vehículo industrial. No en vano la empresa fabricante -IMOSA- acaparaba el 54 % de ventas de este tipo de vehículos en España. Si os pica la curiosidad, el ejemplar para restauración (aquí encontraréis más fotos) fue subastado por 1.075 euros.
Ginés de los Reyes
Desde que tengo conciencia me llamó la atención cualquier cosa con ruedas. Aprendí a montar en bicicleta al mismo tiempo que a andar, y creo que la genética tiene algo que ver: mi padre adoraba los coches, les ponía nombres, mi abuelo conducía y participaba en el diseño de camiones, y le privaban los coches...Molaban mucho. De joven en una Auto Unión de faros redondeados-ovalados y con forma de boca caída. Más adelante en las SaVa, la DKW (evolución de los 4aros) y la MB1000. ¿Ruidosas? Sí, pero nos daba igual y no era para tanto; se hablaba con tranquilidad pues también se “rulaba” a baja velocidad. Para alcanzar los 90 echábamos una mañana, ya que lo normal eran los 60 y 70. Se iba muy bien, con el brazo y el codo en la puerta y el cenicero a rebosar de colillas. Cargaban cómo ninguna; una bestia. Ya fueran varios sacos de patatas,… Leer más »
Muchas gracias por compartir con nosotros historias como esa, son el complemento perfecto a los artículos
En gran parte de España esta furgoneta tenia un monopolio, habia pueblos enteros donde todas las furgonetas eran esta o el modelo posterior ya con escudo Mercedes, que los lugareños seguian llamando DKW.
El ruido en el interior era bastante alto, y ademas, feo. Pero en la epoca se asumia como normal, teniendo en cuenta que los turismos eran bastante mas ruidosos que los actuales, y los tractores ensordecedores.
Sobre el ruido al ralentí, recuerdo que mi viejo siempre comentaba que la DKW de motor de 2 tiempos que tenían en la empresa era la risión a ese respecto, pues era totalmente “aleatorio”… tanto, que nunca sabías si se iba a llegar a parar y era un misterio si iba a seguir enseguida entre pistonada y ristra de pistonadas, jajajajaj. También decía que gastaba lo indecible, así que a los pocos años la cambiaron por la versión diésel, que efectivamente era ruidosa a tope…