Coche del día: Citroën Xanae Concept

Coche del día: Citroën Xanae Concept

El origen de una familia superventas


Tiempo de lectura: 4 min.

Hace unas semanas Citroën anunciaba el cese de la denominación Picasso en sus vehículos de vocación más familiar para dar paso al apellido Space Tourer, si bien los que “molan” ahora son los Aircross. De todos los Picasso que ha habido, sin duda el que quedará en la memoria será el Xsara Picasso, ineludiblemente ligado a la historia de nuestro parque automovilístico durante una década. El Citroën Xanae Concept lo precedió.

El origen de este controvertido vehículo se remonta al año 1994 en un escenario tan prometedor como el Salón de París, donde se presentó este prototipo, para muchos la estrella de aquella cita francesa. No se podía esperar menos de una marca que nos tenía más o menos mal acostumbrados debido al lanzamiento de coches tan peculiares como los CX o XM sin remontarme demasiado en su historia menos reciente. Y es que el Xanae fue un concepto totalmente rompedor en muchos sentidos. Sus proporciones ya eran de por sí inusuales, con una longitud de 4,23 metros, 1,55 de altura y una anchura que llegaba hasta el metro ochenta. Sus formas adelantaban lo que sería el Picasso un lustro después, pero sus rasgos servirían también como base para los Xsara tanto en versiones de tres como de cinco puertas.

El Citroën Xanae tenía la particularidad de contar con tres accesos al habitáculo. Una sola puerta en el lado del conductor (de ahí su semejanza con el Xsara Coupé) y dos en el del copiloto (el Hyundai Veloster no inventó nada), siendo la trasera de apertura inversa con ausencia de montante central, lo cual proporcionaba un espacio enorme para acceder a sus cinco plazas. La modularidad era otra de sus bazas, con asientos delanteros pivotantes que podían dar forma a un pequeño y luminoso saloncito.

El diseño del salpicadero era demasiado futurista incluso para Citroën, que dejaba un espacio limpio desprovisto de botones, agrupados todos muy cerca del conductor. No había tampoco palanca para el cambio automático, accionándose a través de un botón cerca del conductor. Lo más desconcertante resultaba de las formas de su volante con un diseño de tres brazos incomprensible y a mi juicio de lo más turbador. En el fondo otra extravagancia más para huir de la simetría.

Citroën Xanae Concept

La base del Xanae era el Xantia Activa, divulgando así la suspensión Hidractiva II con control automático de curvas de la berlina. El motor elegido fue lo menos especial del coche, pero sirvió para que el Xanae contase con un grupo motriz de verdad que le sacase del Salón hacia las carreteras (existen videos promocionales con un uso real). Se trataba del 2.0 16 válvulas con 135 CV que también vimos en el propio Xantia o XM para sustituir a los veteranos 2.0 de 123 CV y 8 válvulas.

El Xanae evolucionó con notables cambios hacia un vehículo de serie alentado por la aparición del Renault Mégane Scénic como precursor de un segmento que se pondría de moda en cuestión de unos pocos años. Así, el Xsara Picasso replicó las líneas básicas del prototipo para convertirse en aquel “coche con forma de huevo” que consiguió arrebatarle el protagonismo al modelo del rombo como el coche práctico y funcional por excelencia.

Resultaba ser -a pesar de todo-, un modelo de concepción sencilla, pues al comienzo de su andadura comercial sólo había dos opciones mecánicas y un único nivel de acabado. En gasolina se ofreció un bondadoso 1.6 de 90 CV al que se sumó un 1.8 algo más prestacional, mientras que la alternativa de gasóleo pasaba por el fiable 2.0 HDi con 90 CV.

Puede que el Citroën Xanae no fuese el más bonito, ni el más espectacular, ni el más tecnológico, pero lo que sí es irrefutable es que se convirtió por derecho propio en uno de esos prototipos que se merece un hueco en el repaso de la historia de la marca de los dos chevrones, y eso que Citroën cuenta con un buen puñado de modelos capaces de levantar controversias.

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Sobre mí

Ángel Martínez

Soy uno de esos bichos raros a los que les apasiona hablar de coches y se pasaría horas comentando modelos o repasando la historia de la automoción. Pienso que la mayoría de ellos tienen su encanto, desde el deportivo con el que soñamos hasta el utilitario que te encuentras en cualquier esquina.

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