Supongo que a la mayoría de vosotros nuestros lectores la marca Bufori os sonará a chino, aunque más concretamente a malayo. Su nombre es el acrónimo de “Beautiful”, “Unique”, “Fantastic”, “Original”, “Romantic”, e “Irresistible”. Toda una declaración de intenciones. El Bufori Geneva se dio a conocer previamente en el Salón de Ginebra (de ahí su nombre) en el 2010, siendo de nuevo presentado en el Salón de Pekín de 2012.
Esta marca del país del sudeste asiático, nacida en 1986, se caracteriza por ofrecer modelos con un diseño retro con inspiración en los grandes coupés norteamericanos de los años 30 y 40, tratándose en el caso del Geneva una gran berlina de representación con unos acabados y un equipamiento de lujo. Se la considera como un Rolls-Royce o Bentley de este área geográfica.
Si lo observamos con detalle, el vehículo es un pastiche de elementos de distintos modelos. De los coupés made in USA toma la caída del techo o sus enormes pasos de rueda. Lo que ya no está tan conseguido son la parrilla delantera (de metal pulido a mano), los seis faros agrupados de tres en tres, el sistema de apertura suicida de las puertas traseras -que son una copia de Rolls-Royce- o las llantas de dudoso gusto. Los pilotos traseros circulares parecen haberse tomado prestados de algún modelo de Ferrari.
El Bufori Geneva es el buque insignia de esta marca malaya y se considera como un Rolls-Royce o Bentley del sudeste asiático, pero con unos cánones de “belleza” diferentes a los occidentales
Para conseguir un aspecto dinámico se le ha dotado de una cintura alta, con mucha chapa a la vista, y una superficie acristalada bastante estrecha. Se ofrece en diversos colores a elegir, como el blanco, plata, dorado oro, rojo borgoña, negro y azul.
El Bufori Geneva está fabricado y ensamblado de forma artesanal siempre que sea posible, reduciendo el uso de máquinas a cuando sea imprescindible. El diseño de su interior resulta agradable a primera vista por los materiales empleados, con cuero del color deseado por su propietario e inserciones de madera de haya. Pero si miramos con detalle los remates y los ajustes de las distintas piezas ya no nos parece tan Premium como en la primera impresión, resultan más bien toscos y burdos según el concepto del lujo exquisito occidental.
Los pasajeros que se sientan en sus dos grandes butacones traseros encuentran frente a sus ojos dos grandes pantallas embutidas en la parte trasera de los reposacabezas delanteros. Si bajamos unas bandejas situadas en los respaldos de estas butacas delanteras descubriremos sendas tabletas iPad con sus correspondientes teclados para el uso y disfrute de sus pasajeros.
Estos asientos ofrecen varios ajustes y están separados por una elegante y práctica consola central. Espacio no falta para estos pasajeros, sin problemas para estirar las piernas. Como todos estos vehículos dirigidos a clientes exclusivos y elitistas, se puede solicitar un equipamiento a la carta, donde el límite lo pone la imaginación de su propietario. Si desea una cafetera automática o una cava de puros cubanos en madera de cedro, pídalo, y se le incluirá en su lujosa berlina.
Esta pequeña limusina pesa 2.450 kg a pesar de llevar un chasis de fibra de carbono y kevlar. Su V8 HEMI de origen Chrysler y 470 CV le pueden empujar hasta los 100 km/h desde parado en 5,4 segundos y alcanzar los 265 km/h de velocidad punta
En buena lógica tiene que llevar un buen equipamiento a nivel de seguridad. Ofrece aviso de salida de carril y asistencia de permanencia en el mismo, control de crucero adaptativo, asistente de colisión frontal con frenada de emergencia activa, detector de punto ciego en retrovisores, asistente de aparcamiento, siete airbags, cinturones de seguridad con pretensores, reposacabezas activos…
El equipo de frenos está encomendado a cuatro discos de 360 mm delante y 350 mm detrás con unas pinzas de cuatro pistones Brembo, complementados con sistema de control electrónico de estabilidad y ABS. Un curioso elemento de seguridad es un sistema automático de extinción de incendios en el compartimento del motor. Por lo que pueda pasar.
Para la fabricación del chasis del Bufori Geneva se han utilizado la fibra de carbono y el kevlar, lo que da idea de su pretendida ligereza y resistencia. Aun así, su valor en báscula es de 2.450 kg, excesivos a priori, pero no tantos si tenemos en cuenta sus 5.540 mm de largo, 1.910 mm de ancho y 3.570 mm de batalla.
Su mecánica procede del Grupo Chrysler, concretamente es un V8 HEMI de 6,4 litros. Este propulsor desarrolla 470 CV de potencia a 6.000 RPM y 630 Nm de par a 4.200 RPM, permitiéndole alcanzar los 100 km/h desde parado en 5,4 segundos y una velocidad máxima de 265 km/h. Esta caballería se transmite al eje trasero a través de una transmisión automática de ocho velocidades.
Orientado al mercado de lujo chino, esta marca malaya tenía previsto inaugurar su primer concesionario en el barrio más guay de Shanghai, para expandirse a medio plazo por el resto del país con tres concesionarios más, incluyendo uno en Pekín. La primera unidad fabricada se supone que encontró dueño, un multimillonario malayo llamado Tan Sri Yeoh Tiong Lay (vaya nombrecito), a modo de autohomenaje por su 80 cumpleaños.
Exclusivo si resulta, aunque tal vez de dudoso gusto para los cánones occidentales de la belleza. Su lista de espera se llegó a acrecentar hasta los 20 meses debido a su cadencia de fabricación, unos 300 vehículos al año, y su precio alcanzaba los 270.000 euros. Si tuviese pasta de sobra tendría mis dudas a la hora de comprarme uno, pues su diseño y estética es cuanto menos… hortera curiosa.
Ginés de los Reyes
Desde que tengo conciencia me llamó la atención cualquier cosa con ruedas. Aprendí a montar en bicicleta al mismo tiempo que a andar, y creo que la genética tiene algo que ver: mi padre adoraba los coches, les ponía nombres, mi abuelo conducía y participaba en el diseño de camiones, y le privaban los coches...Hortera, hortera era la palabra no tenias por q tacharla