Este monstruoso vehículo fue presentado en el Salón de Frankfurt de 2013 y tiene como punto de partida un modelo ya de por sí exclusivo, el G 63 AMG. Como sabemos, Brabus está especializado en hacer preparaciones extremas de los productos de Mercedes-Benz. El motor de origen es un 5.5 V8 biturbo con 544 CV y 760 Nm de par motor, pero tras pasar por las manos del preparador desarrolla 700 CV y 960 Nm de par. Este aumento de rendimiento -156 CV y 200 Nm extra- se ha conseguido cambiando los turbocompresores de serie por otros de mayores tamaño y un nuevo escape. Estas modificaciones permiten que este Brabus B63S acelere de 0 a 100 km/h en 7,4 segundos y alcance una velocidad máxima de 230 km/h, que nos puede parecer baja, pero limitada por unos enormes neumáticos offroad de 37 pulgadas y por un peso que ronda las cuatro toneladas -3.850 kg-.
La presencia del modelo se modifica con un spoiler frontal, una entrada de aire de fibra de carbono sobre el capó, extensiones de los pasos de rueda en este mismo material, protecciones en los bajos del vehículo, luces LED de marcha diurna y y faros de xenón tintados a juego. Tiene una nueva tapicería de cuero en color rojo con partes de Alcántara y los listones de metal de los umbrales de las puertas están retroiluminados. Su precio era de 456.900 euros en el mercado alemán con una tirada limitada de 100 unidades.
Podemos considerarlo como una tanqueta civilizada pues su origen radica en un contrato que el ejército australiano firmó con Daimler y realizó un pedido de 2.100 unidades de este depredador del desierto. Del modelo original conserva las seis ruedas motrices, los cinco bloqueos de diferencial que se pueden engranar en movimiento y la reductora, y si a esto añadimos una altura libre al suelo de 460 mm y una capacidad de vadeo de 1.000 mm podemos imaginarnos que no se amedrenta ante nada.
Se puede ajustar la presión de cada uno de sus enormes neumáticos desde la cabina usando una consola con conmutadores y unos sensores que se pueden monitorizar, y todo ello en marcha; para ello posee en compresor de aire y unos depósitos encima de las ruedas con lo que la operación se puede realizar en unos pocos segundos. Esto es muy interesante, pues puede pasar de circular por arena con una presión de 0,5 bar a 1,8 bar al cambiar a un terreno más firme en un instante, y, para completar a este león le acompañan unos neumáticos especiales que no se desllantan.
Este Mercedes no es tan grande como parece, lo es más: 5.875 mm de largo, 2.110 de ancho y 2.280 de alto
Posee tres ejes rígidos, pero independientes a su vez, capaces de adoptar ángulos imposibles para no perder tracción. Para pasar la potencia al suelo dispone de una caja de cambios de siete marchas con doble embrague con un reparto de par del 30%, 40% y 30% con un consumo medio de 17,5 l/100 km, pero sin miedo de quedarnos tirados en una duna, no en vano lleva un depósito de 159 litros.
Es un vehículo hecho al gusto y la medida de los jeques árabes para los cuales el dinero no es problema y para que vayan cómodos en su interior hay cuatro poltronas individuales tapizadas en cuero, con calefacción y ventilación, fibra de carbono, alcántara… Parece más confortable que un camello, ¿no?
Ginés de los Reyes
Desde que tengo conciencia me llamó la atención cualquier cosa con ruedas. Aprendí a montar en bicicleta al mismo tiempo que a andar, y creo que la genética tiene algo que ver: mi padre adoraba los coches, les ponía nombres, mi abuelo conducía y participaba en el diseño de camiones, y le privaban los coches...COMENTARIOS