Nos tenemos que remontar en el tiempo hasta 1967 para conocer el origen del BMW 1600ti, la mejor berlina de la marca en su momento. Sus líneas generales eran muy rectilíneas, sin hacer apenas confesiones a las curvas. Solo se produjo durante ese año y 1968.
En el frontal destacaban sus faros circulares -lástima que no llevase lámparas de yodo, más modernas- y una parrilla de tres lamas horizontales interrumpidas por su característico doble riñón de dimensiones muy contenidas, nada que ver con la monstruosidad que ofrecen los modelos actuales de la marca. Estaba rematado en las esquinas por dos faros circulares con los bordes cromados, al igual que las lamas y el doble riñón. Se remataba por su parte inferior con un parachoques de acero cromado con dos topes también de acero protegidos por caucho.
Lateralmente mostraba una sobria estampa con las rectas como elemento de diseño, elegantemente realzadas por una fina moldura cromada a la altura de la cintura que circunvalaba la carrocería en su totalidad. La superficie acristalada era generosa, con un marcado carácter vertical que le dotaba de una excelente luminosidad y visibilidad, a la par que una gran sensibilidad a los vientos laterales.
Los cromados estaban presentes en los marcos de las ventanillas de sus dos puertas, así como en las de las plazas traseras y las lunas delantera y trasera. La zaga era igual de sobria y elegante, con dos faros redondos con marco cromado unidos por su parte superior por otra fina moldura cromada, y su paragolpes de acero cromado por la parte inferior. En resumen, un diseño sobrio y elegante con predominio de las líneas rectas y unos cromados sabiamente empleados sin caer en excesos.
Los 105 CV de su motor de 1.6 litros le permitían acercarse a los 180 km/h, convirtiendo al 1600ti en la berlina más rápida de la marca en su momento
Tenía unas dimensiones bastante compactas, acorde con la media de los modelos de la época. Sus dimensiones eran 4.260 mm de largo, 1.590 de ancho y 1.410 de alto, con una batalla de 2.500 mm y unas vías de idénticas dimensiones de 1.330 mm. Su peso homologado en vacío rondaba la tonelada.
En cuanto al propulsor contaba con un bloque de cuatro cilindros en línea en posición delantera longitudinal y propulsión a las ruedas traseras, con 1.571 cm3 de cilindrada. Era una versión modificada de otro bloque de idéntica cilindrada y 85 CV, mientras que en nuestro protagonista rendía 105 CV a 6.000 a RPM de potencia máxima y 132 Nm a 4.500 RPM de par máximo. El corte de la alimentación se situaba a las 7.000 RPM. La distribución se realizaba por un árbol de levas en cabeza accionado por cadena, con dos válvulas por cilindro y la alimentación a través de dos carburadores horizontales de doble cuerpo de 40 mm.
Como ya hemos comentado la potencia se transmitía a las ruedas traseras, mediante una caja de cambios manual de cuatro velocidades.
Digería sin mayor problema el aumento de potencia y aprovechaba la elasticidad del motor, pudiendo circular a bajo régimen con total soltura
El esquema de las suspensiones era igual en ambos ejes, de ruedas independientes con brazos articulados y barras de torsión, con muelles helicoidales, amortiguadores hidráulicos y barras estabilizadoras. El equipo de frenos era sencillo, con discos macizos de 240 mm de diámetro delante y tambores de 200 mm de diámetro detrás, asistidos con servofreno, cuya potencia y dosificación eran suficientes para detener sus 1.000 kg escasos, bastando 46,5 metros para detenerse por completo desde 100 km/h.
Su eficacia en la conducción y la diversión al volante lo convertían en un vehículo realmente placentero, se disfrutaba simplemente por el simple hecho de acelerar, frenar o girar. El eslogan de BMW “¿Te gusta conducir?” era perfectamente aplicable para este 1600ti
En cuanto a sus prestaciones tiraba bastante bien, con una velocidad máxima real de 176 km/h, un 0 a 100 km/h en 10,6 segundos y 32,1 segundos para recorrer los 1.000 metros desde parado. Respecto a las recuperaciones necesitaba 6,5 segundos para pasar de 80 a 120 km/h en tercera y 10,3 segundos para el mismo registro en cuarta. Su consumo medio se situaba entre los 10-11 l/100 km, en conducción normal, subiendo hasta los más de 16 l/100 km en modo deportivo.
Sus suspensiones le permitían abordar las curvas a unos ritmos bastante elevados con un gran nivel de seguridad, y tan solo al límite el eje trasero se llegaba a deslizar ligeramente. A altas velocidades en línea recta la dirección se mostraba algo imprecisa, con ligeros movimientos, aunque la razón de este problema se debía a un exceso de presión de los neumáticos.
En su momento este BMW 1600ti era uno de los vehículos más eficaces que existían, y la berlina más rápida de la marca. Además, ya se caracterizaba por ser un coche con el que realmente se disfrutaba conducir por el mero placer de acelerar, girar o frenar. Es perfectamente aplicable el famoso eslogan de BMW “¿Te gusta conducir?”
Fotos: Oldenzaal Clasics
Ginés de los Reyes
Desde que tengo conciencia me llamó la atención cualquier cosa con ruedas. Aprendí a montar en bicicleta al mismo tiempo que a andar, y creo que la genética tiene algo que ver: mi padre adoraba los coches, les ponía nombres, mi abuelo conducía y participaba en el diseño de camiones, y le privaban los coches...COMENTARIOS