El coche que os traemos podemos decir que es único, no solamente porque de él tan solo hay una sola unidad. El Bizzarrini BZ-2001 Concept -también conocido como 5300 GT- lo es además por una estética totalmente diferente a deportivos de su época y usar un chasis y motor de Ferrari Testarossa para poder propulsarse. Concretamente, usó el primer chasis de Testarossa, el número 1.
Pero la historia de este automóvil se remonta a finales de los años 80, cuando un acaudalado ingeniero estadounidense llamado Barry Watkins se levantó una mañana con ganas de crear su propio deportivo. Este debía estar compuesto por una ligera carrocería y un potente motor. Dicho y hecho.
El siguiente paso fue ponerse en contacto con Giotto Bizzarrini, fundador de la marca desaparecida que acuñaba su propio apellido. La misma había sido en varias ocasiones intento de reflote por parte de diferentes empresas y personas, aunque ninguna de ellas llegó a buen puerto.
El Bizzarrini BZ-2001 era el inicio de lo que debería haber sido una serie limitada a 25 unidades, aunque esto nunca llegó a materializarse por la falta de interés por parte de inversores con el capital suficiente para afrontar el proyecto
Pero Watkins quería llegar más lejos, y con un planteamiento que no desagradó a Giotto, comenzó con la creación del BZ-2001 Concept a principios de 1990 a base de crear pequeños modelos a escala para dar con un diseño que fuera lo más acertado posible. Para ello contrata a Luis Romo, un ingeniero y diseñador que conoció casualmente muy cerca de su casa y al que le había contado el proyecto que tenía en mente.
Con varios moldes ya realizados ambos empiezan a pensar en la carrocería que usarían, tanto en el material a usar para su construcción, como las formas definitivas. Había que tener en cuenta que debía ser lo más liviana posible. Además, se decidió que su forma final sería la de un roadster. Para la fabricación definitivamente se decide el uso de la fibra de carbono en todas las piezas de esta.
La nueva carrocería debía de disponer de las tomas de aire necesarias para poder refrigerar el motor que se iba a instalar. El propulsor elegido fue el de un Ferrari Testarossa que había comprado Watkins unos meses atrás procedente de un accidente. El V12 de la marca italiana iría en la misma ubicación que en el deportivo italiano, por lo que debían crearse unas entradas de aire en sus aletas traseras para poder refrigerar sendos radiadores laterales. También heredó la caja de cambios con su característica rejilla en H y primera hacia abajo (dog leg).
Los siguientes pasos se ciñeron a elementos mecánicos como el embrague, fabricado en fibra de carbono, o el conjunto de frenos encargado a la prestigiosa empresa Alcon. El coche estaba casi listo y al proyecto se le había bautizado como “World Super Cars, Designo di Bizzarrini”, no sin antes pedir permiso al diseñador italiano y obtener su beneplácito.
Con un motor procedente de un Ferrari Testarossa y el empleo de materiales nobles, como la fibra de carbono para la fabricación de su estilizada silueta, el BZ-2001 Concept tenía todo lo necesario para convertirse en uno de los deportivos más eficaces en su época
A partir de ese momento Watkins se dedica a buscar inversores para su proyecto soñado y durante tres largos años solo recibe portazos en la cara que lo hacen ir decayendo en sus expectativas. De hecho, para poder seguir financiando el proyecto, vende su colección personal de 28 coches casi en su totalidad, de un modo desesperado. Veintiocho coches.
Con el paso del tiempo Barry Watkins sigue en su incesante intento de buscar nuevos patrocinadores, presentando el coche en diferentes eventos que se producen en EEUU e Italia. A pesar de que llega incluso a ganar varios festivales del motor, no consigue la financiación para el proyecto. En un momento determinado Lamborghini se interesa por el diseño del coche, pero finalmente la marca cae en manos de Volkswagen y estos desestiman la opción de crear un Bizzarrini BZ-2001 en serie.
Para el año 1994 se hizo el último intento de poner al BZ-2001 en el mercado. Incluso el mismo Giotto Bizzarrini se ofrece para ayudar a Watkins en la creación de un nuevo prototipo, con un motor modificado de 7 litros y ocho cilindros en V más eficiente y eficaz que el del Ferrari Testarossa usado en el primer concept. Un chasis de nueva factura integro en aluminio sería el encargado de completarlo y aligerarlo aún más.
El problema es que en plena crisis económica y la falta de interés de marcas potentes hicieron que diese por finalizado el sueño de Barry Watkins. Años más tarde, en una entrevista que le realizaron al propio Watkins, admitía que volvería a hacerlo, pero no desperdiciaría la energía y los recursos que usó en intentar llevarlo a la producción en pequeña serie.
Hace unas semanas salió a la venta el único Bizzarrini BZ-2001 Concept que existe, con un precio inicial de 750.000 euros. Con apenas 2.400 kilómetros en su odómetro ha esperado sigiloso en un compraventa de deportivos de lujo en Bélgica a que alguien se decidiera a comprarlo y darle cariño y por lo que parece lo han logrado ya que desde hace unos días ya no se encuentra a la venta.
Esperamos que su nuevo propietario lo disfrute, ya que finalmente se gastó 1.475.000 euros en adquirirlo. Si revisáis el catálogo de ese compraventa, veréis por qué nunca seréis suficientemente ricos. Nos despedimos con un vídeo muy retro, suponemos que viene de VHS, subido a Internet -supuestamente- por el mismo Barry Watkins, donde podréis verlo rodar y escuchar sus 12 cilindros. No tendréis otra oportunidad igual.
J. Rubio
Soy un enamorado del motor en general y de los vehículos clásicos y motocicletas en particular. Dedicado al mundo de la automoción desde hace unos años, disfruto probando toda clase de vehículos y escribiendo mis impresiones y experiencias sobre ellos.COMENTARIOS