A principios de 2014 Audi nos hacia una propuesta interesante: 231 CV, tracción total y cambio manual. Todo ese cóctel iba embutido en un pequeño utilitario que no llegaba a los 4 metros. De entrada, esa era la carta de presentación del coche que nos ocupa hoy aquí, el Audi S1.
Este pequeño, que más allá de su nombre poco tiene que ver con el mítico Audi Sport Quattro S1, también tiene su historia. Viene para aprovechar el camino marcado por el A1 quattro, una versión especial limitada a 333 unidades que tenía mucho en común con el S1 normal, aunque estaba un par de peldaños por encima en lo que a radicalidad se refiere.
Dicho esto, puede parecer, en un principio, que se trata de un producto más de la gama “S”, pero esta pelotilla trata de ir un paso más allá. Su comportamiento no es tan “dócil” como, por ejemplo, el de su hermano mayor, el S3. En este aspecto, Audi ha trabajado para conferirle un comportamiento más deportivo, más vivo, más diferenciado. Trata de huir del adjetivo “facilón” y cambiarlo por algo así como “un poquito más intenso”.
Esta puesta a punto viene acompañada de dos elementos clave: una suspensión adaptativa y la tracción total. Esa última te soluciona los problemas de motricidad y se traduce en un salir más rápido de las curvas.
La magia de su tracción a las cuatro ruedas no es permanente, sino que viene dada por un sistema Haldex. En términos rápidos, se trata de un embrague multidisco que transmite el par motor a las ruedas posteriores cuando se detecta un deslizamiento de estas.
A causa de su condición 4×4, goza de una suspensión trasera independiente, a diferencia del resto de A1, que equipan eje torsional detrás. Cabe destacar también, que es el único de los que utiliza la plataforma A0/PQ25 de VW (compartida entre Polo e Ibiza de pasada generación, y actual Fabia), que equipa Haldex.
El tema del cambio manual es un punto a favor, al menos mirado desde la perspectiva de quien disfrute con este tipo de cajas. La no opción del cambio S tronic, se debe a que contar con ella significaba aumentar 25 kg a un peso ya de por sí bastante alto. En concreto, este A1 se va a los 1.390 kg, una cifra que empieza a alejarse de lo sano. En cualquier caso, estaréis de acuerdo conmigo en que el hecho de que esté solo disponible en manual, lo hace un poquito más especial.
En cuanto a su corazón, nos topamos con el popular 2.0 TFSI de Volkswagen entregando unos capaces 231 CV a 6.000 RPM y cortando 800 RPM más arriba. El par es de 370 Nm entre 1.600 y 3.000 RPM. Si nos ponemos un poquito más técnicos, podemos entrar en que tiene distribución variable en fase y alzada. Incorpora turbo twin scroll (de doble entrada, para aprovechar mejor los gases de escape) y, para darle más brillo al asunto, combina inyección directa e indirecta. La indirecta suele emplearse en bajas cargas, para limitar las emisiones.
Para hablar de su estética, y aunque los alemanes suelen seguir la estela de la discreción, en el exterior sí que hay varias pistas que nos pueden llevar a intuir que no se trata de un A1 normalito. La insignia S1, unas defensas delanteras, un difusor trasero y las cuatro colas de escape delatan que estamos ante un bicho de armas tomar. ¿Quieres más? Añádale el paquete estético opcional quattro -visible en las fotos- y dejarás las cosas claras.
Otra cosa a destacar, es que se ofrece en tres y cinco puertas (Sportback). Es algo que se agradece, pues nos permite elegirlo con un plus de practicidad, ya que, en términos de maletero, con sus 210 litros se queda bastante corto; la tracción total le resta 60 litros.
En el interior ya es otra historia, poco lo diferenciamos de una versión más básica. Vale, el volante es específico, hay una chapita con el emblema quattro y también lleva unos bonitos pedales, pero no mucho más. Los asientos, para ser el coche que es, son… insuficientes. Y, otra vez, tienes que tirar del catálogo de opciones para darle una atmosfera más deportiva. Entonces ya te vas a un pomo metálico, unos asientos más envolventes… con el aumento de tarifa que esto supone.
El tema que tampoco gustará a muchos, es su precio. Parte de 36.350 euros, “casi nah”. Y si te entretienes a configurarlo verás que la cifra se engorda rápido, que como suele ser habitual en la marca, no regalan nada.
Eso sí, junta unos ingredientes que lo hacen único y muy interesante. De alternativas (parecidas), más bien pocas, por no decir ninguna, el Focus RS juega en otra liga en cuanto dimensiones y potencia. Piden mucho dinero y creo que hay cacharros mucho más interesantes por el precio en que se mueve, no obstante, si tuviera que elegir un Audi (nuevo), me quedaba con este sin dudarlo.
Ignasi Puig
Es curioso que me entusiasme cualquier actividad relacionada con los coches ¿El escribir? Para trasmitir. Trasmitir conocimiento, pasión y sensaciones; hacerte llegar aquello por lo que me vuelvo loco. Súmale que aprendes y ya es una terrible adicción.Sí debe ser una gozada transportarse con este serio aparato desde un punto A preestablecido a un Punto B indeterminado, surcando los más enrevesados caminos y retorciendo aún más revirado tramo, con todo el tiempo del mundo y todo el mundo del tiempo en las manos.