El Aston Martin DB1, conocido en un principio como Two-Liter Sports, fue el primer modelo de la era Brown. David Brown se considera una figura legendaria de la casa Aston Martin, con un liderazgo y capacidad de gestión incuestionable. Falleció en 1993. Aunque no llevaba las siglas oficiales DB, se consideró el primer modelo de la familia.
Antes de la Segunda Guerra Mundial, Aston Martin fabricaba coches deportivos de gran calidad, pero con un volumen muy pequeño, unas 170 unidades anuales. En 1947 David Brown compró la fábrica de Aston Martin y al año siguiente Lagonda. El Two-Liter Sports se presentó en el Salón del Automóvil de Londres de 1948, finalizando su producción de menos de 20 unidades y sustituido en 1950 por el DB2.
Estaba basado en el coche conceptual Atom, también de Aston Martin. El DB1 tiene algunas curiosidades, como la que acabamos de comentar, no se conoció oficialmente como DB1 hasta dos años después, cuando fue sustituido por el DB2. La carrocería fue diseñada por Frank Feely, un estilista y experimentado diseñador de automóviles, que trabajó con el equipo de diseño de Lagonda para David Brown cuando este último compró Aston Martin.
Antes de sacarlo al mercado se decidió probar a fondo chasis y motor participando en las 24 horas de Spa (Bélgica) en 1948, y curiosamente ganó la prueba. Su chasis solo se construyó en una serie limitada, pues resultaba muy caro de fabricar. Después de la prueba se reconstruyó por Aston Martin y se mostró en el Salón de Londres de 1948. Nadie se interesó por él y permaneció en el Museo Holandés del Motor hasta 2006, fecha en la que se devolvió al Reino Unido para otra restauración.
Se consideró el primer miembro de la saga DB, aunque no fue hasta la presentación de su sucesor, el DB2, cuando se le concedió su nombre oficial de Aston Martin DB1. Durante esos dos años se le conoció como Aston Martin Two-liter Sports. Solo se fabricaron 15 unidades
Su motor era poco potente, pues con 2 litros solo entregaba 90 CV a 4.750 RPM y 183 Nm a 3.000 RPM, cosa que no ayudaba a mover con soltura sus 1.143 kg. Tan solo alcanzaba una velocidad máxima de 150-155 km/h. A su disposición estaba también el motor de seis cilindros en línea, pero se optó por el cuatro cilindros procedentes del Atom.
Otra peculiaridad era la existencia de un compartimento situado en la aleta delantera izquierda, entre la puerta y el guardabarros, destinado a almacenar la rueda de repuesto. No se conocía ningún otro vehículo con este detalle.
No todo el mundo sabía que participó en las 24 Horas de Le Mans en 1949. El explorador inglés Robert Lawrie encargó un DB1 hecho a medida, al que se le reemplazó la carrocería por otra más ligera y el motor por una réplica de otro utilizado en competición. Lawrie llevaba como copiloto al Dr. Richard Parker, también piloto aficionado. Terminaron la carrera en undécima posición, todo un mérito teniendo en cuenta que solo llegaron a la meta 16 de los 46 coches que participaron.
Sus dimensiones eran las siguientes: 4.470 mm de largo, 1.715 de ancho, 1.410 de alto y 2.743 de batalla. La caja de cambios era manual de cuatro velocidades Borg@Becks. Contaba con cuatro tambores Girling como equipo de frenos, con accionamiento hidráulico. La suspensión delantera llevaba esquema independiente, muelles y amortiguadores hidráulicos, y la trasera era un eje rígido con muelles y amortiguadores hidráulicos. En cuanto a las ruedas, llevaba neumáticos de medidas 5,75×16 pulgadas.
En vez de elegir el motor más potente de seis cilindros en línea se optó por el de cuatro, procedente del también prototipo Atom. Tan solo rendía 90 CV y superaba por poco los 150 km/h. Antes de su lanzamiento oficial participó en las 24 Horas de Spa en 1948, y ganó la prueba
Resultaba tremendamente caro, pues el gobierno laborista de posguerra incluyó un doble impuesto a todos aquellos vehículos que superasen las 1.000 libras esterlinas. El Aston Martin DB1 tenía un precio inicial de 1.498 libras, a las que había que sumar más de 833 en concepto de impuesto, con lo que su precio final se encarecía hasta las más de 2.331 libras, un 55 % más.
Para entender la magnitud de la cifra hay que meter 70 años de inflación, 86.675 libras de 2020 o unos 101.700 euros al cambio, ¡menuda pasta! Posteriormente Brown confesó que el desarrollo y fabricación del coche lo hizo por diversión, no por afán de lucro.
Al haber tan pocas unidades apenas existen piezas de repuesto disponibles. Además, al llevar tanto tiempo construidos la mayoría han sufrido serios desperfectos. Restaurarlos en condiciones puede elevar su precio hasta los 400.000 euros, a lo que hay que añadir la importancia histórica de ser coches antiguos de serie superlimitada y el valor sentimental que supone para sus propietarios.
Y si el presupuesto no es ningún problema, la división Aston Martin Works estará encantada de asumir el reto de dejar el coche como cuando era nuevo.
Ginés de los Reyes
Desde que tengo conciencia me llamó la atención cualquier cosa con ruedas. Aprendí a montar en bicicleta al mismo tiempo que a andar, y creo que la genética tiene algo que ver: mi padre adoraba los coches, les ponía nombres, mi abuelo conducía y participaba en el diseño de camiones, y le privaban los coches...COMENTARIOS