El 1938 Phantom Corsair no pasó de mero prototipo, ya que solo se construyó una sola unidad. Este enorme sedán de dos puertas fue obra de Rust Heinz y Maurice Schwartz, que pertenecían a la empresa de construcción de automóviles Bohman & Schwartz, con sede en la ciudad de Pasadena (California), mostrándose al público en 1938.
Como unos modelos que salieron a la luz y otros que se quedaron en el camino nuestro protagonista triunfó con sus líneas futuristas y personal estilo, como su perfil bajo y afilado de excelente aerodinámica o sus ruedas carenadas por unos guardabarros que ocultaban más de la mitad de sus ruedas, pero que permitían un ángulo de giro suficiente.
Este coupé fasback no estaba copiado de ningún diseño anterior, era totalmente original. Parecía estar hecho de una sola pieza, sin aristas, ni parrilla perceptible, sin elementos cromados ni ningún elemento sobrediseñado, sino todo lo contrario a la corriente imperante de art decó.
Sus dimensiones denotan el aspecto grandioso del que se le quiso dotar, con 6.020 mm de largo, 1.943 mm de ancho y 1.448 mm de alto (en esa cota, como un compacto actual). Su enorme batalla -3.175 mm- le otorgaba un gran espacio interior. Las dimensiones de sus vías le daban un aspecto extraño, pues la delantera tenía 1.422 mm y la trasera 1.549 mm. Su altura libre al suelo era de 171 mm. El peso superaba las dos toneladas (2.070 kg).
Su original diseño extremadamente aerodinámico quedaba patente en detalles como la ausencia de manillas de apertura de puertas, de la parrilla delantera o las ruedas carenadas de forma parcial
La obsesión por conseguir una buena aerodinámica estaba presente en detalles como los guardabarros carenados o la ausencia de manillas para la apertura de las puertas, acción que se realizaba mediante unos pulsadores que actuaban sobre unos mecanismos eléctricos. Esta función se podía realizar también a través de un botón situado en el salpicadero.
Otros elementos de equipamiento curiosos que encontrábamos en su cuadro de instrumentos eran una brújula y un altímetro, o testigos que informaban de las puertas abiertas o las luces encendidas. Se llegó a plantear incluso la instalación de una radio de onda corta y un equipo de aire acondicionado de control termostático, pero ambos elementos de equipamiento se quedaron en el tintero.
Su interior era también de lo más atípico que podíamos encontrar, pues podían acomodarse hasta seis personas, cuatro en la fila delantera -sí, has leído bien- quedando el asiento del conductor en segunda posición empezando por la izquierda. En la fila trasera sólo se podían sentar dos pasajeros enfrentados entre sí a causa de la existencia de unos espacios destinados a guardar bebidas para que sus usuarios se sintiesen como en el salón de su casa al lado de su mueble bar.
El habitáculo llevaba un curioso sistema de aislamiento, forrado con láminas de corcho de hasta 1,5 pulgadas de grosor (38 mm) que a su vez estaban cubiertas con una capa de goma. El corcho es un excelente aislante térmico y acústico, lo que da una idea de lo confortable y silencioso que podía resultar su interior.
Este enorme vehículo con una configuración de 4+2, es decir, cuatro plazas delante y dos detrás, estas últimas enfrentadas entre sí, y propulsado por un 4.7 V8 de 190 CV que mandaba la potencia a las ruedas delanteras
La carrocería estaba construida en acero y aluminio, mientras que el bastidor empleado era el más avanzado que existía en ese momento en Estados Unidos, concretamente el Cord 810, al que se sometió a una serie de modificaciones, fundamentalmente para aumentar su batalla. Los paragolpes estaban unidos al subchasis delantero a través de unos topes telescópicos que minimizaban los daños de los pequeños golpes.
El chasis principal estaba construido con dos largueros paralelos de sección rectangular unidos por una estructura en X en una aleación de acero al cromo-molibeno. El subchasis delantero, fabricado a medida, iba soldado al chasis principal, mientras que el subchasis trasero -que llevaba anclado el eje trasero- iba atornillado al chasis principal mediante unas placas de acero.
El motor, un Lycoming con arquitectura V8 transmitía la potencia a las ruedas delanteras a través de una caja de cambios automática con preselección eléctrica de sus cuatro velocidades. Este V8 de 4,7 litros atmosférico y dos válvulas por cilindro ofrecía una potencia inicial de 125 CV, aumentando posteriormente hasta los 190 CV a 4.200 RPM y 369 Nm a 3.000 RPM de par máximo.
Gracias a su excelente aerodinámica podía alcanzar una velocidad máxima de 185 km/h, nada mal para una mole que superaba las dos toneladas de peso y especialmente para la época. Sus 80 litros de depósito de combustible le aseguraban una buena autonomía. Apareció en una película de la época, “The Young in Heart” (1938), de la que os dejamos unos fragmentos:
Rust Heinz tenía la intención de sacarlo a la venta por el equivalente aproximado de 190.000 dólares (unos 170.000 euros) de 2010, cuando sus costes de producción eran casi el doble, 370.000 dólares (unos 340.000 euros). Su inesperada muerte en un accidente de automóvil en julio de 1939 supuso dejar en la cuneta el proyecto del Phantom Corsair, quedando como única unidad el prototipo realizado.
Ginés de los Reyes
Desde que tengo conciencia me llamó la atención cualquier cosa con ruedas. Aprendí a montar en bicicleta al mismo tiempo que a andar, y creo que la genética tiene algo que ver: mi padre adoraba los coches, les ponía nombres, mi abuelo conducía y participaba en el diseño de camiones, y le privaban los coches...COMENTARIOS