En noviembre de 2006 el modelo compacto de Nissan, el Almera (N16), cesaba su producción y la marca japonesa no ofrecía un claro sustituto dentro del mercado europeo en un segmento, el C, que era el más importante en cuanto a volumen de ventas. El hueco dejado por el Almera en la gama del fabricante parecía ocuparlo, desde principios del 2007, el Qashqai, un modelo un tanto atípico -por concepto y por imagen- ya que se trataba de un crossover compacto.
Hacia finales de 2007 el Nissan Qashqai contaba con unos niveles de ventas importantes -algo más de 100.000 unidades en Europa en apenas 10 meses-. A su vez, las cifras comerciales del pequeño monovolumen de la marca, el Note (E11), empezaban a aumentar, logrando arañar ventas a utilitarios y compactos de otras marcas gracias a su generoso espacio interior, su practicidad y a una más que interesante relación calidad/precio.
Aún con todo esto, aquellos conductores europeos con gustos más conservadores que no veían reflejadas sus preferencias en un todocamino o en un monovolumen, terminaban decantándose por la clásica berlina de cinco puertas de otras marcas. Conscientes de este hecho, el fabricante japonés, decidiría comercializar en Europa el Nissan Tiida, un compacto que se estaba vendiendo francamente bien desde 2004 en mercados como Asia, Australia, América o África.
“Tiida” significa “sol” en el dialecto del japonés que se habla en la región de Okinawa
Estaba desarrollado sobre la plataforma B de la alianza Renault-Nissan, utilizada por modelos como el Nissan Micra (K12), el Renault Clio (III) o el Nissan Note (E11). Medía 4.303 mm de largo, 1.695 mm de ancho, 1.533 mm de alto, con una batalla de 2.600 mm y un peso que oscilaba, según equipamiento y motorización, entre 1.278 y 1.389 kilogramos.
Con respecto a su línea exterior, los diseñadores de la marca crearon una carrocería cinco puertas alta y estrecha, con un aspecto algo anodino donde lo más destacable era la parrilla enmarcada mediante dos finas tiras cromadas, un capó de formas muy similares al utilizado en el Nissan Murano, un discreto spoiler situado en la parte superior del portón, las gruesas bandas negras del cristal de la luneta trasera y una zaga muy similar a la del Peugeot 308 (T7).
Al acceder al interior nos encontrábamos en un habitáculo más bien sobrio, de aspecto cuidado, con todo perfectamente ordenado y bien distribuido. Destacaba un volante de tres brazos, el salpicadero de trazos rectos -bitono en algunos acabados- y una original instrumentación formada por tres esferas con la información de velocímetro, tacómetro y nivel de combustible, pero con la ausencia de un termómetro para el refrigerante.
En otros países se ofrecía también con carrocería sedán de cuatro puertas y con las denominaciones Tiida Sedan, Versa o Latio
Se notaba cierto aire de familia en el uso de algunos elementos que podíamos encontrar en otros modelos de la marca, como los botones de la climatización procedentes del Micra o la radio del Qashqai. Los acabados del Nissan Tiida eran correctos tirando a buenos, utilizando plásticos blandos al tacto en gran parte del salpicadero. A nivel practico contaba con varios huecos portaobjetos, como una guantera central situada en la zona superior del salpicadero o un cofre ubicado entre los asientos delanteros.
Su cota de anchura era más bien escasa para lo habitual en el segmento C, pero disponía de mucho espacio longitudinal y altura. La banqueta trasera se podía desplazar longitudinalmente unos 24 cm, dejando un sobresaliente espacio para las piernas en su posición más retrasada (ver fotos) a cambio de un volumen total del maletero de 272 litros. Por otra parte, con la banqueta situada en la posición más adelantada, la zona para las piernas sólo era aprovechable por niños y el maletero llegaba hasta los 463 litros.
El Nissan Tiida e comercializó con tres niveles de acabado denominados Visia, Acenta y Tekna. El primero de ellos, el Visia, era el más básico y contaba con volante regulable en altura, elevalunas eléctricos delanteros, retrovisores eléctricos, asiento trasero deslizante y abatible, radio CD, Bluetooth, A/C (solo con el motor Diesel), cierre centralizado con mando a distancia, dirección asistida, cuatro airbags, ABS, BAS y EBD.
El nivel intermedio, Acenta, añadía climatizador, sensor de lluvia y luces, ordenador de viaje, mandos en el volante, asiento del conductor regulable en altura y airbags de cabeza. Por su parte, el nivel Tekna añadía a lo anterior ESP, faros antiniebla, programador de velocidad, cargador de seis discos y llantas de aleación de 15″. Como opcionales ofrecía el navegador, techo solar eléctrico, faros de xenón y tapicería de piel y algunos paquetes con combinaciones de elementos como faros antiniebla o llantas de aleación.
La gama estaba disponible con tres motores tetracilíndricos con culata de aluminio colocados en posición transversal delantera. Uno de ellos era de ciclo diésel; un 1.5 dCi de 106 CV (K9K), y los otros dos de gasolina; un 1.6 con 110 CV (HR16DE) y un 1.8 con 126 CV (HR18DE). En el dCi el bloque era de hierro, y tenía un árbol de levas, ocho válvulas, inyección directa common-rail, turbo de geometría variable e intercooler. Los de gasolina -con el bloque de alumino- contaban con dos árboles de levas, dieciséis válvulas e inyección electrónica secuencial multipunto.
Tratándose de un vehículo con tracción delantera, Nissan ofrecía varias cajas de cambio para el Tiida según la motorización. Los bloques 1.5 dCi y 1.8 iban acoplados a una caja manual de seis marchas, mientras que el motor 1.6 podía montar una caja manual de cinco relaciones o bien una automática de cuatro. Los consumos medios oscilaban entre los 5,2 l/100 km del 1.5 dCi y los 7,8 l/100 km del 1.8.
Con respecto al chasis, la suspensión delantera era independiente de tipo McPherson y la trasera semiindependiente con ruedas tiradas por un eje torsional. En ambos ejes montaba muelles helicoidales y barra estabilizadora. La dirección disponía de asistencia eléctrica, los neumáticos tenían unas medidas de 195/65 y montaba unas llantas de 15″. Los frenos eran de disco, ventilados solos los del eje delantero, macizos los traseros.
En cuanto al comportamiento de los propulsores, el motor 1.5 dCi era progresivo, silencioso y refinado para tratarse de un diésel. Empujaba con nitidez desde 1.800 revoluciones, pero por debajo le faltaba algo de fuerza. No en vano, movía con soltura un conjunto que superaba, con este bloque, los 1.350 kilos, logrando además unos consumos contenidos.
Con respecto al motor 1.6, daba un buen resultado, subiendo de vueltas con facilidad y suavidad, con un consumo relativamente bajo para tratarse de un gasolina. Al ralentí vibraba poco, pero era algo ruidoso a altas revoluciones. Finalmente, el bloque 1.8 destacaba también por su suavidad, siendo un poco perezoso a bajas revoluciones, aunque su respuesta mejoraba a partir de las 3.000 vueltas, resultando por tanto ideal para una conducción tranquila y dinámica.
En carretera tenía buen comportamiento, con una suspensión más confortable que deportiva, pero bastante segura. Al tratarse de un chasis de urbano metido en un compacto, se notaba mayor sensibilidad al estado de la carretera o al viento lateral. Sin embargo, el tren delantero obedecía fielmente al volante, aunque la dirección tenía un tacto raro y demasiada asistencia a baja velocidad. El manejo de la palanca de cambio era rápido y preciso y los frenos simplemente cumplían.
Con una horquilla de precios, en diciembre de 2007, entre 15.200 y 20.650 euros -17.228 y 23.406 actuales-, cualquier modelo compacto de otra marca generalista suponía un digno rival para el Tiida. Entre ellos, podemos resaltar al Renault Megane (II) o al Peugeot 308 (T7), ambos mejor equipados, con mejor comportamiento dinámico, una gama de motores más amplia y con ESP de serie; para equiparlo en el Tiida teníamos que elegir el acabado más alto y caro.
Debido a la baja demanda en el mercado español, el Nissan Tiida sólo se comercializó entre noviembre de 2007 y octubre del 2009. No obstante, se siguió vendiendo en otros mercados, recibió un restyling e incluso tuvo una segunda generación (C12) -aún vigente hoy en día-. Por otra parte, en 2014 llegaría a Europa el Pulsar, su sucesor, aunque tampoco tuvo mucho éxito comercial, cesando su producción en Barcelona en septiembre de 2018.
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Miguel A. Ager
Enfermo crónico del motor desde que era pequeño y lector compulsivo de cualquier texto que hable del automóvil. Se rumorea que la primera palabra que aprendió fue "coche".Entre los defectos de este auto está la falla de fabrica que hace que su bocina deje de funcionar debido al corte de un banda flexible que se desgasta con el movimiento del volante (deberia recibir un recall por esta falla funcional).
Crei yo que esta era la razon por la que habia sido dejado de comercializar en el mercado chileno y pensaba que en el mundo tambien.