La electrificación está pisando fuerte para ir retirando paulatinamente a los vehículos movidos por contaminantes motores de combustión interna. Está llegando a tantos lados que, incluso un veterano como el SEAT 600 se ha pasado a las baterías en detrimento de la gasolina. Es una salida para la supervivencia de algunos coches clásicos.
Estamos viviendo una época quizá un poco contradictoria. El rollo old school está más presente que nunca en nuestros días, pero también lo está la tecnología puntera. Queremos el aspecto de viejas glorias, pero las eficientes entrañas de un producto del siglo XXI. ¿La solución? A) Diseñar productos modernos con aspecto vintage. B) Modernizar lo entrado en años. Esta última opción es la que han escogido los estudiantes del colegio San Patricio en Madrid.
Concretamente han sido una docena de alumnos de Tecnología Industrial y su profesor, Manuel Amor, quienes han dado vida a este ejemplar único. Con el objetivo de motivar a los jóvenes zetas, les entregó una propuesta durante el curso 2017-2018: transformar en eléctrico un coche histórico. Para cumplir con tal menester, necesitaban un vehículo pequeño y ligero. ¿Hay algo con más patrimonio nacional, de dimensiones compactas y con el peso de una pluma que un SEAT 600?
El “Seiscientos” es un coche que apenas necesita presentación. Desde que se puso en venta en 1957, ha sido uno de los coches más queridos y emblemáticos de España. Para muchas familias fue su primer coche, y para otros tantos, un símbolo de libertad. Durante sus 16 años de vida y múltiples versiones (600 N, 600 D, 600 E, 600 L, 800, 600 Comercial, 600 Descapotable) se fabricaron 794.406 unidades, todo un éxito dadas las condiciones del país.
“El 600 era perfecto porque al pesar poco se necesita menos batería y un motor más pequeño”, afirma el profesor. El proceso de transformación no ha necesitado de muchas piezas, apenas una decena. Han tenido que crear todos los componentes de acople del motor desde cero para poder construir el nuevo propulsor eléctrico. “Gracias a la reutilización, la reparación y el reciclaje de piezas y materiales, el proyecto es un ejemplo de economía circular”.
Los alumnos trabajaron inicialmente con un 600 N (primeras series) que estaba abandonado y en un estado de conservación muy regular. Contaron con apoyo económico del propio colegio y de algunos patrocinadores. Después de haber tenido un coche funcional y darse a conocer, SEAT entregó un 600 en mejor estado para que las tripas del 600 N escogido para el proyecto pudiesen ser trasplantadas, de ahí que salgan dos unidades en el vídeo:
Su tren motriz tampoco nos sorprenderá por sus prestaciones, pero sí por lo que han sido capaces de conseguir estos jóvenes padawan. Se trata de un sistema de 72 voltios mediante el empleo de seis baterías de plomo de 12 voltios y 55 Ah (4 kWh en total) conectadas en serie, además de otra para las funciones auxiliares. La caja de cambios manual se ha mantenido inalterada.
Se puede ver en el vídeo que el 600 N lleva unas placas solares en el techo de 100 W, en condiciones ideales puede cargar las baterías en 40 horas -eso son varios días al sol-. En el vano trasero lleva un controlador de carga MPT-7210A que funciona hasta 72 voltios. También se observa un enchufe. Ojo al dato, tiene función de frenada regenerativa.
Aunque bajo su clásica apariencia no se pueda apenas percibir que estamos ante un SEAT 600 muy especial, lo cierto es que hay algunos detalles que lo delatan. Los pilotos delanteros han sido sustituidos por unos con tecnología LED, y ahora existe un control automático de las mismas. Para ello -y otras funciones no desarrolladas todavía-, se ha instalado una pantalla táctil “flotante” de generoso tamaño en el centro del salpicadero. Así se evita la instalación de más botones.
La transformación necesaria para tener un SEAT 600 eléctrico ha necesitado 150 horas de arduo trabajo
Sin embargo, no todo ha sido un paseo de rosas. Como cualquier proyecto, siempre hay dificultades que hay que sortear. Los estudiantes de San Patricio tuvieron que afrontar algún que otro reto, incluso hasta en el último momento. “Cuando teníamos que entregar el coche, empezó a salir humo. Pensamos que ya estaba todo perdido. Por suerte, decidimos no tirar la toalla. En ese momento revisamos las conexiones, vimos lo que estaba mal y sustituimos el fusible que se había quemado”, comenta Amor.
De todas formas, el coche no cuenta con homologación, por lo que legalmente no puede circular por vías públicas, y lograr dicha homologación sería una auténtica pesadilla económica. Si una conversión a eléctrico puede ser llevada a cabo por adolescentes -tutelados- no debería ser tan difícil poner en marcha esos vehículos si cumplen lo necesario para circular.
“Ha sido muy interesante ver cómo los estudiantes se imaginan el coche del futuro y cómo lo convierten en una realidad”, comenta el profesor. Bajo estas líneas, podemos ver a los jóvenes ingenieros haciendo un test ride en el circuito de pruebas de la escuela. Enhorabuena a todos los alumnos de Manuel.
Luis Blázquez
Aficionado al mundo del motor desde que fui concebido. Aprendí a leer con revistas de coches y, desde entonces, soy un completo enamorado de la gasolina. Como no se nace sabiendo todo, cada día es importante aprender algo nuevo y así ampliar los conocimientos. Este mundillo tiene mucho que ofrecer, al igual que un servidor a vosotros los lectores.COMENTARIOS