El otro día hablé del Nissan Almera GTi refiriéndome a él como una especie de lobo (un tanto manso) con piel de cordero; un compacto rápido y fácil de conducir sin problemas en ocultar su sencillez en todos los aspectos. Trasladando este concepto de apostar por lo simple al segmento de las berlinas, de nuevo viajo a Japón para encontrar un coche que cuadra a la perfección con la idea de una berlina redonda sin estridencias.
Así era el primer Toyota Avensis de 1997 (denominado T220 internamente), aunque no fue el único que a finales de los 90 apostó por crear un modelo que no despertaba pasiones, pero que cumplía en todos los aspectos de forma más que satisfactoria. Me refiero al Mazda 626 lanzado de manera casi simultánea.
El Avensis venía a sustituir al exitoso Carina E, una berlina media que en España gozó de cierta popularidad. Se fabricó en la factoría que Toyota tiene en el Reino Unido (TMUK o Burnaston) como un ambicioso proyecto para conquistar el Viejo Continente en uno de los segmentos más competitivos por aquella época, en el que la presencia de las marcas japonesas era más notable que en otras categorías.
Se ofreció con tres carrocerías distintas (sedán, cinco puertas y familiar) y con tres motores de gasolina 1.6, 1.8 de mezcla pobre y 2.0, así como un diésel de inyección por precámara con 90 CV que más tarde se sustituiría por un moderno D-4D de inyección directa.
En gasolina, Toyota coqueteó también con la inyección directa en la versión D-4 2.0 con 150 CV que sustituiría al que hoy nos ocupa, aunque sin grandes avances en términos de prestación o consumos
El 2.0 entraba de lleno con la vieja fórmula 2-4-16 que tanto se estilaba en las berlinas medias que un día coparon gran parte del parque automovilístico de la clase media. Es decir, motor de 2 litros, cuatro cilindros y 16 válvulas. Con sus 128 CV no estaba entre los más potentes, pero el excelente rendimiento y la ligereza del conjunto sí que le hacían brillar por prestaciones frente a los imbatibles de la categoría, el Vectra y el Primera GT.
Su comportamiento no tenía el tacto deportivo de este último, pero el aplomo y la efectividad del bastidor satisfacían con buena nota al conductor medio. El Avensis se enfocaba más hacia el confort, y aunque no llegaba al grado que ofrecía un Peugeot 406 o un Citroën Xantia con suspensión Activa, de nuevo el equilibrio entre ambos factores se erigía en un destacable término medio.
Dentro del habitáculo del Avensis se respiraba un ambiente sobrio suavizado por las inserciones de madera o los tonos claros de la tapicería. Transmitía la solidez esperable en la marca japonesa, que ya se había ganado la fama de vender coches fiables y bien acabados.
Para sus 4,49 metros de longitud, el espacio en las dos filas de asientos estaba bien aprovechado, pecando de una anchura insuficiente para tres debido en parte al diseño del respaldo posterior. El maletero de 500 litros superaba en capacidad a los franceses o al Passat, mientras que varios huecos repartidos por el interior aumentaban su practicidad acentuando el enfoque familiar de esta berlina. Aún más en la versión con portón posterior o con la carrocería familiar.
Desde el punto de vista económico, el Avensis 2.0 Sol quedaba en un buen término medio en su relación precio equipamiento, si bien entre su dotación no contaba con grandes lujos ni elementos que le distinguieran de sus competidores. En definitiva, uno de esos coches que no destacaba en nada, pero que tampoco tenía grandes defectos.
Ángel Martínez
Soy uno de esos bichos raros a los que les apasiona hablar de coches y se pasaría horas comentando modelos o repasando la historia de la automoción. Pienso que la mayoría de ellos tienen su encanto, desde el deportivo con el que soñamos hasta el utilitario que te encuentras en cualquier esquina.Para empezar, son irrompibles. Están enterrando a todos sus coetáneos (Laguna, 406, Vectra, etc). Y aunque el aumento de pesos está justificado por temas de seguridad, emisiones, etc…tengo cierta nostalgia de cuando una berlina media se movia magníficamente (en torno a os 10″ en el 0-100 y 31″ en los 1000m) con un motorcete atmosférico de 130CV.
Y sobre todo…cuando una berlina de 5 plazas y 500L de maletero medía en el entorno de los 4,50m de largo y 1,70 de ancho, por lo que CABÍA EN UNA PLAZA DE GARAJE ANTIGUA