Que el Pininfarina Battista corre y es uno de esos sueños de todo amante de los hipercoches que aspira a volar en largas rectas, de eso no hay ninguna duda. Pero este modelo limitado a 150 unidades es más que eso. Además de que sea prueba de que no todos los coches eléctricos aburren, esta bestia de 1.900 caballos lleva de nacimiento la elegancia del diseño turinés.
Alguna vez, el fabricante italiano elevó la vara de su hypercar al decirle sí al pedido de one-off de Michael Jordan, y entonces se nos apareció con una propuesta superadora: el Battista Targamerica, que, como su nombre lo indica, es una versión con carrocería targa, sobre la cual debo decir que deja en ridículo al cupé original. Siempre, claro está, en el contexto de un modelo para elegidos. ¡¿Ridículo un Battista?!
Entonces, este referente de los eléctricos más veloces del mundo vuelve a la escena con una versión especial del cerrado, como si quisiera elevar aun más la vara. Emblemas aquí y allá, entonces se revela un Battista diferente. Es el Pininfarina Battista Novantacinque y es el regalo de cumpleaños. La vela número 95 para la firma.
Un Battista diferente… ¿y también el último? Desde la propia marca no dejaron lugar a dudas: “encargo único y el último Battista a medida en ser presentado”, informaron, confirmando que, de aquí al final de su producción, no habrá más one-offs de este hiperdeportivo. Respecto de su producción, Pininfarina ha dejado en claro, entonces, que no es este Novantacinque el último Battista, su unidad de despedida, dado que ésta saldrá a finales del 2025.

El Pininfarina Battista Novantacinque: “El punto culminante”
Dicho esto, sí lo presentaron como el Pininfarina Battista definitivo. “Simboliza el punto culminante de la producción”, indicaron. No sé si definirlo como lo mejor, pero sí como la expresión final del Battista. Más evolución que la que refleja el Novantacinque no habrá. Ahora bien, ¿adoptarán las unidades finales del modelo estándar aspectos de esta edición especial final? Su rareza queda patente en su particular encargo y en la finalización de la producción del Battista a finales de este año”, agregaron.
Pasión, velocidad y emoción. Esos tres pilares, según lo ha documentado la firma, quiso Pininfarina expresar cuando se decidió por el “Rosso Gloss” para su carrocería. Quizás, su principal peculiaridad, ya que la pintura no se aplica sobre paneles de aluminio, sino sobre una carrocería que es completamente de fibra de carbono. El ligero y resistente material se ve, pero en este caso no en su color natural. Ese tono es, en palabras del fabricante, “un color profundamente arraigado en la cultura italiana que simboliza” esos tres valores.
Dichosos quienes paseaban por Turín entre el jueves 22 y el sábado 24 de mayo. Dichosos ellos, quienes tal vez, casualmente, se encontraban en los alrededores del Museo Nacional del Automóvil de Turín, el MAUTO, y fueron testigos de cómo este one-off final para el Pininfarina Battista se revelaba ante los presentes durante esas tres jornadas.

Mauro Blanco
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