Lo que ocurrió en Maranello después del Ferrari 250 GT Lusso y el Ferrari “Daytona” 365 GTB/4 fue un deportivo con agregados técnicos que llevaron a una evolución de la mecánica y la conducción. Es uno de esos deportivos clásicos italianos que despierta el interés de coleccionistas en subastas y, si achicamos el margen a la especie de la cual forma parte el ejemplar de esta entrega, reúne específicas condiciones que lo hacen deseable.
Al respecto, en su tiempo, la versión en cuestión era todo un objeto del deseo para personalidades del cine la música de los Estados Unidos, aunque, en el caso de Miles Davis, el que luce junto a él en fotos de la época corresponde al modelo sucesor con cuatro árboles de levas, el conocido como GTB/4 de 1967. Pero el punto es ese: el Ferrari 275 GTB, fabricado entre 1964 y 1966, es un coche por el que actualmente se pagan millones.
Hace cinco años, por ejemplo, un hermano gemelo de esta unidad se convirtió en la venta más cara de un automóvil hecha por internet cuando lo compraron en poco más de tres millones de dólares. Dado que al año siguiente de aquella venta el ejemplar que ven en imágenes recibió una capa de pintura con la que recuperó el color original, no tardé en sospechar de que, tal vez, se trataba del mismo coche.
No, son chasis diferentes, pero con algo en común: ambos son modelos 1966, es decir, de los últimos que salieron de la línea de montaje. Y como tales, además de contar con las novedades que el 275 GTB había incorporado al tren motriz –a saber: el transeje y la suspensión trasera independiente–, estas versiones pertenecen a la Serie II, la que se identificaba por el rediseño en el morro y que se limitó a menos de la mitad de la producción total. De las casi 450 unidades construidas –442 para ser exacto–, 205 se destinaron al Ferrari 275 GTB “Long Nose”, que extendía el morro, aplanaba el capó y le daba al coche mayor aerodinámica y estabilidad.
Sobre la influencia de este modelo italiano en el mercado americano, precisamente este ejemplar del ’66 salió de fábrica para ser importado a Estados Unidos a través del distribuidor oficial Luigi Chinetti Motors, ¿quién si no? Acerca de su historial, el dato de color definitivo indica que estuvo bajo propiedad del mismo dueño desde aquel año hasta el 2021. Durante esos 55 años acumuló poco más de 69.500 kilómetros. Hoy, su odómetro –en millas– confirma que ha superado los 70.000 km.
Acto seguido regresó a Europa y su primera escala fue el taller italiano Bacchelli & Villa. Recibió allí una puesta a punto integral que incluyó la actualización del V12, de la caja de cambios de cinco velocidades, los frenos, el embrague, la mencionada capa de pintura en el tono original Rosso Chiaro, un galvanizado para los cromados y un retapizado de la tela que acompaña en los asientos al cuero original en tono Pelle Rossa. Esto último, junto a su certificación Ferrari Classiche que posee desde el 2022, es un dato que todo aquel aspirante a quedárselo debe tener en cuenta.
Porque es un Ferrari en venta. Aunque no hace público el precio, la casa alemana Schaltkulisse, que define su presente como “conservación notable”, lo ha puesto a disposición en su sala de exposición de Múnich para que los interesados puedan comprobar su estado, cita previa mediante. Si partimos de un valor de mercado que ronda los dos millones para un 275 GTB Long Nose, se supone que, por su certificación de conservación y componentes originales, además de que ha sido distinguido como el mejor Ferrari de 12 cilindros en el Cavallino Classic 2022, su eventual venta debe concretarse por una cifra superior.
Mauro Blanco
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