El DS Nº8 nace con la intención de ser el buque insignia de la nueva era de DS Automóviles, una etapa donde pretenden lanzar coches eléctricos como si fuesen perfumes de alta gama. Ahora, la firma busca abrir un nuevo nicho de mercado en el que sus próximos coches se encuentren en terreno de nadie, mezclando diversos segmentos al mismo tiempo y sin formar parte de uno.

A simple vista vemos que es un coche que se mueve en terreno de nadie, especialmente al alejarse del segmento SUV, aunque cuenta con unas medidas y características propias de éste. Eso sí, se acerca hasta cierto punto a las berlinas, con unas proporciones alargadas y un tanto futurista.

Estéticamente, no es un coche feo, es más, es atractivo, aunque sigan trabajando en esas líneas rectas y un tanto dañinas a la vista de quien lo vea y es algo que los coches eléctricos padecen, especialmente en esa búsqueda por lo vanguardista. Al mismo tiempo, se observa que se ha trabajado en concreto en la propia aerodinámica del coche, siendo más agresivo que otros modelos con los que competirá directamente y eso que todavía se desconoce cuál es su segmento en cuestión, puesto que la marca indica una cosa que no termina de cumplirse.

El punto fuerte por lo que parece es la aerodinámica. Para ello, la firma sigue inspirándose en esos prototipos que lanzaron hace unos años y que nadie se acordaba de ellos. En este caso, hacen lo propio con el concept car DS Aero Sport Lounge, donde apuesta por integrar líneas afiladas con las que pretenden ser uno de los coches con una menor resistencia al aire, algo que consiguen con un Cx de 0,24, especialmente por su trabajo en el túnel del viento, lo que garantiza que a simple vista parezca que es un coche polivalente en sus 4,8 metros de largo.

La estética futurista está alimentada especialmente por su iluminación, la cual sigue apostando por los faros LED, pero no aporta nada del otro mundo. Esto se debe a que es lo mismo que vemos siempre solo que es una línea similar a la que sigue otros modelos. Eso sí, esta estética está muy influenciada por las tomas de aire en la parte frontal, lo que hace que tenga al mismo tiempo una mejora en la autonomía notoria, llegando a estimarse en unos 750 km, claro que eso es lo que nos venden la marca, otra cosa es lo que pase cuando lo pongamos en circulación, que siempre suele ser inferior. 

Lo que es evidente, es que en DS han querido que los usuarios se sientan como en casa y eso se nota en los asientos, que envuelven los laterales de los ocupantes, y se complementa con una instrumentación muy estándar, pero que cuenta con la intención de ser de alta gama. Cuero de Nappa, salpicadero de primera calidad, espuma de alta densidad, etc., ahora tocará ver hasta qué punto es así, puesto que suelen vender muchas veces algo que no es así. 

En DS han querido que su coche sea muy francés y que se note. Desde Stellantis han diseñado específicamente todas las baterías en la planta de Billy-Berclau de ACC, empresa del grupo. El DS Nº8 viene con tres motores completamente eléctricos, que pasa de una versión de acceso de 230 CV a una tope de gama de 350 CV. En cuanto a su equipación, no aporta nada del otro mundo que no esté en otros coches de este nivel y ese es el principal problema que vive ahora mismo la industria, en la que todo sigue igual que siempre, sin aportar nada revolucionario al mercado.

El DS Nº8 es un coche que nació con la intención de abrir un nuevo mercado y en el fondo, es el mismo de siempre. Solo cambia un poco la estética, siendo un coche un tanto trampantojo, lo que no quita que no sea atractivo. Eso sí, el resto de equipamiento es el mismo que puedes ver en cualquier otro modelo de sus características. Ahora, tocará ver que sucede con este coche que se lanzó recientemente, pero no es nada del otro mundo, siendo lo más relevante es su atractivo diseño, que es bonito, pero eso no salva que sea un coche básico de gama media.