El Renault 21 es uno de esos coches que todo el mundo recuerda, o al menos, una gran cantidad de gente. Se puso en el mercado para reemplazar al Renault 18 y tras dos generaciones, fue sustituido por el Renault Laguna, otro modelo que, junto al R-18, fue todo un éxito. Sin embargo, la segunda generación del R-21 fue, quizá, la que ofreció la gama más completa al contar con versiones de todo y además, tres carrocerías que cubrían todas las necesidades del conductor europeo de aquellos años.
Durante algún tiempo, los fabricantes diversificaban la gama de sus productos con diferentes carrocerías para cada modelo. Hoy ni siquiera se ofrecen carrocerías con menos de cinco puertas, pero por los años que estuvo el Renault 21 a la venta, había casi de todo donde elegir. Sin ir más lejos, el 21 contó con una carrocería tipo sedán, una familiar –denominada Nevada– y una berlina –o hatchback– de cinco puertas.
Es curioso que la carrocería de cinco puertas, en realidad, no aportaba ventajas especiales con respecto al sedán o al familiar –un interior más aprovechable al poder plegar los asientos traseros–, pero hay una parte del público que no quería ni sedán ni familiar y con el Renault 21 cinco puertas se les ofrecía una oportunidad de acceder a un modelo más grande que un Renault 19 –la marca pensaba en su propio catálogo, obviamente–, y eso que la propia marca afirmaba que el 70% de los vehículos del segmento al que pertenecía el 21, eran de tres volúmenes, es decir, sedán. No obstante, la marca esperaba que las ventas del Renault 21 en España se repartieran al 50% entre el sedán y el hatchback.
Por lo demás, el Renault 21 hatchback era, básicamente, un Renault 21 más corto. La mayor diferencia era toda la parte trasera. Se acortaba el voladizo trasero en 69 milímetros –de 4,52 a 4,46 metros– y la altura crecía ligeramente al tener un techo distinto al del sedán. El peso del 21 cinco puertas aumentaba en 25 kilos debido, fundamentalmente, al portón trasero. La aerodinámica también era algo peor pues la parte trasera provocaba mayores turbulencias detrás del coche, y, por tanto, una mayor resistencia al avance –el Cx pasaba de 0,29 a 0,34–.
El espacio del habitáculo permanecía inalterado, como cabe esperar, pero el maletero era algo más pequeño, 420 litros frente a los 490 con los que contaba el sedán. Tampoco había diferencias en cuanto a puesta a punto o equipamiento. Sí había cambios en la gama, pues la versión Turbo nunca estuvo disponible con carrocería hatchback, al iguala que tampoco estuvo disponible en la gama de la carrocería familiar.
La carrocería hatchback solo estuvo disponible en la segunda generación del Renault 21 y lejos de ser una rareza, fue un estilo que se impuso durante algunos años. El Renault Laguna, por ejemplo, siempre fue un cinco puertas y hubo modelos de marcas rivales que también se unieron a la idea de ofrecer tres carrocerías en su sedán de tamaño medio –el Ford Mondeo, por ejemplo, fue uno de ellos–.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".Buenas, me ha gustado la review, ¿Podrías hacer una del Renault 21 nevada gtd? una de las curiosidades que tenía era que tenía el cambio más corto que el sedan y algunos eran 4×4
Hola, Fran. Sí, claro, preparo un Coche del día sobre el 21 Nevada GTD.
¿Dos generaciones del Renault 21? En todo caso hablaríamos de una fase 1 y una fase 2 (esto de separar los distintos restyling como fases es algo muy francés) dentro de una misma generación.
Saludos.
Francisco, ¿qué tal? ¿Era un “fase”, es decir, un restyling? Siempre he tenido entendido que era una auténtica nueva generación por la gran cantidad de cambios que se introdujo. De todas formas, cada marca trata a sus coches de formas muy diversas, mientras que los aficionados vamos a nuestro aire.