Lamborghini le debe mucho al Grupo Volkswagen. Desde que los alemanes se hicieron con el control de la firma italiana, no han dejado de crecer. Es cierto que son los culpables de que haya un SUV en el catálogo de la marca, pero al fin y al cabo, Porsche tiene otro, Maserati también, Aston Martin tiene el suyo… incluso Ferrari y Rolls-Royce tienen su propia propuesta –aunque desde Rolls hacen mucho hincapié en que su coche no es un SUV, porque no es deportivo, no es “sport”–.
El último toro salido del establo de Sant’Agata, el Lamborghini Revuelto, demuestra que el futuro de la marca está asegurado y que, como les ocurrirá a todos, pasa por la conversión a electricidad. ¿Se perderá la pasión que se presupone de un Lamborghini? ¿Estamos antes los últimos coches que podemos considerar como “auténticos Lamborghini”? Para los puristas, el simple hecho de entrar en la órbita de VAG ya dejó sin autenticidad a la marca, y lo remató la aparición del Audi R8 y su hermandad con el Gallardo primero, y con el Huracán después. La electricidad solo significará la muerte de un mito. Para los demás, pues veremos como avanzan las cosas y qué son capaces de hacer.
Mientras tanto, si te lo puedes permitir, obviamente, puedes disfrutar de viejas glorias con el astado en su escudo, coches como el Lamborghini Diablo, el último modelo desarrollado antes de pasar a formar parte de VAG y para muchos, uno de los más carismáticos. Fue el reemplazo del Countach, que estableció la línea en cuña que lucen todos los modelos de Lamborghini desde su aparición –inspirada, recordemos, en la famosa tendencia Wedge Design– y aunque no era tan descabellado como el Countach en sus formas, era cualquier cosa menos sutil y comedido.
Aunque si quieres ir un paso más allá con el Diablo –con el coche, claro, vaya usted a saber si el enorme V12 colocado detrás de los asientos no hace las veces de demonio en la oreja izquierda e incita a quien conduce a hacer el mal… –, puedes echar un vistazo al catálogo de RM Sotheby’s, que parece presentarse como uno de los más interesantes si te gustan los supercoches, pues a los ya vistos hasta ahora –Porsche 928 GT Slantnose, McLaren P1 “The Professor” y el Mercedes 500 SEC AMG 6.0, cada uno subastado en momento distinto–, se le une una de las dos únicas unidades del Lamborghini Diablo SV Roadster.
Las ediciones especiales y superlimitadas no son nuevas, ni mucho menos, vienen desde la misma invención del automóvil. En sus primeros años de vida, el coche era un producto exclusivamente reservado a gente muy pudiente, a la nobleza y a los dirigentes, quienes, por supuesto, no estaban dispuestos a ir en un coche que era igual al que tenía su vecino, así que invertían más dinero todavía en hacer que fuera único. Esa obsesión por tener algo diferente al resto del mundo se mantiene entre los más ricos, y sí, claro está, entre los coleccionistas, y este SV Roadster es una de las versiones más raras, y seguramente codiciadas, de la saga del Lamborghini Diablo.
Presentado en el salón de Ginebra de 1998 –justo cuando Volkswagen tomaba posesión de las riendas de la marca italiana–, el Lamborghini Diablo SV dejó a todo el mundo sin aliento. A la espectacularidad del Diablo se le unía la exclusividad y las prestaciones de los Super Veloce y una carrocería roadster –casi un targa– que le sentaba la mar de bien. El Diablo es uno de esos coches que son “todo motor”. Verlo desde un lateral es apreciar como la parte trasera, destinada al motor, es mayor que la delantera, o casi, y la ausencia de techo descarga mucho su imagen.
Sin embargo, aunque lo tenía todo para triunfar, el Lamborghini Diablo SV Roadster no entró en producción por problemas económicos. Solo se montó una unidad de color Pearl Orange, al menos en un primer momento, pues un cliente muy leal a la marca, con una buena relación con Emanuele Conforti, entusiasta de Lamborghini y propietario del principal distribuidor milanes de la marca, Touring Auto SrL, estaba decidido a tener uno de esos espectaculares Diablo SV Roadster.
Conforti tuvo una reunión con Vittorio Di Capua, director ejecutivo de la marca en aquel momento, y llegaron a un acuerdo para fabricar una segunda y última unidad, este que RM Sotheby’s pone en subasta. Ha tenido tres propietarios y ha recorrido 42.842 kilómetros.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS