Hay que reconocerlo, en España somos especiales. Eso de “Spain is different” es totalmente cierto, tanto para lo bueno como para lo malo. Pero cuando se trata de cosas de origen español, pasamos por encima de quien sea. ¿Quién no ha defendido la tortilla de patatas? ¿Y esos huevos fritos con chorizo… ? ¡¡Y no digamos de la siesta!! Pues con los coches pasa lo mismo –y con las motos también–, cuando se trata de hablar de coches fabricados aquí, en España, el debate puede ser apoteósico y a veces, incluso delicado.
Y por eso, porque nos gusta lo creado aquí, “lo nuestro”, queremos recordar al SEAT 1430, un coche que venía a presentar una evolución del más que mítico SEAT 124, pero tuvo tan buen resultado que acabó por convertirse en un modelo más de la gama y compartió exposición con su hermano. Sin embargo, aunque hay sobrada información sobre el “catorce treinta”, todavía hay quien no lo tiene del todo claro, sobre todo fuera de España, pues no es raro ver que lo consideran una versión española del FIAT 125.
No es, como seguramente muchos sabréis, un FIAT 125 “by SEAT”, aunque sí tiene componentes del mencionado modelo italiano, como el salpicadero. En realidad, el SEAT 1430 era la versión española, por así decirlo, del FIAT 124 S, aunque se le efectuaron algunas modificaciones y se le cambió la denominación. Por ejemplo, el frontal con cuatro faros no era igual, los del modelo italiano eran circulares y los del 1430 eran cuadrados –uno de los motivos por los que se le confunde con el FIAT 125–.
El motor tampoco tenía nada que ver con el FIAT 125, aunque sí con el SEAT 124 S. Se trataba del cuatro cilindros de 1.438 centímetros cúbicos, una evolución del bloque 1.2 –1.197 centímetros cúbicos– obra de Lampredi, cuyo cubicaje se obtuvo mediante el aumento del diámetro de los pistones de 73 a 80 milímetros. Con esto se logró, como cabe esperar, un aumento de las prestaciones, con una potencia de 70 CV, hoy en día un tanto escasa, pero todo un lujo en aquellos años. No olvidar que hablamos de finales de la década de los 60 y comienzos de los 70.
De hecho, el motor fue una de las cosas que más alabanzas obtuvo, pues tenía un funcionamiento muy agradable, era rápido y para la época, gastaba poco. Podía mantener cruceros de 120 km/h con mucha facilidad y si el conductor quería, podía ponerse a 150 km/h en unas autopistas que, hasta 1974, no tenían límite de velocidad. Además, logró el galardón “Coche del año en España 1969”, aunque también es verdad que por aquel entonces, lo español siempre llevaba algo de ventaja.
Eso de tener algo de ventaja le sirvió para poder superar, aunque fuera por poco, a los rivales de aquel momento, que no eran ni mucho menos hermanitas de la caridad. Hablamos del Renault 12, que se comenzó a fabricar en Valladolid, en las instalaciones de F.A.S.A., en 1970 y justo el mismo año que se dio a conocer el modelo de SEAT, también se comenzó a fabricar en Villaverde –por Barreiros– el Simca 1200.
Merece la pena mencionar las versiones con carrocería familiar, que aparecieron en 1970, o bien las mejores que se efectuaron en el motor en 1973 –nuevos árboles de levas, retoques en carburación y cámara de combustión… –, con las que se ganaron 5 CV adicionales y una mayor elasticidad. Y por supuesto, los deseados SEAT 1430 FU… auténticos unicornios que llegaron a unos nada despreciables 118 CV:
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS