El Porsche 924 Carrera GTR fue un coche diseñado para circuito a principios de los 80, con una cortísima tirada de 17 unidades a disposición del público en 1981. Al final de la década lanzó una serie corta de menos de 40 unidades. Era una auténtica máquina de competición que no llegó a obtener los brillantes triunfos a los que nos tenía acostumbrados la marca de Stuttgart, pero que no por ello dejaba de ser digna de estudio.
Su diseño y realización se ajustaba a unos cánones precisos para conseguir el máximo rendimiento en competición. Si nos situamos en el impecable asfalto de un buen circuito su durísima suspensión, con unos tarados muy próximos a los de un monoplaza, y sus anchísimos neumáticos que se adherían como una lapa al asfalto, nos encontramos con un verdadero animal destinado al mundillo de las carreras.
De su espectacular diseño exterior podemos destacar el faldón delantero muy cercano al suelo con dos tomas de aire cuadradas, necesarias para ventilar en condiciones su inmenso intercooler, cuatro pequeñas rejillas de ventilación alineadas en la parte inferior central del capó y una más que generosa toma de aire situada en el centro del capó, ligeramente desplazada ligeramente a la izquierda vista de frente. Los faros no eran escamoteables e iban protegidos por una cubierta de plexiglás.
El Porsche 924 Carrera GTR era en realidad una evolución radical del Porsche 924 Carrera GTS orientada al circuito, con las debidas modificaciones como un motor potenciado hasta los 375 CV
De perfil llamaban mucho la atención sus musculosos pasos de rueda redimensionados y unas preciosas llantas de aleación BBS de 16 pulgadas con bloqueo central monotuerca, mostrando un diseño de turbina para mejorar la ventilación de los frenos. La zaga apenas se diferenciaba del 924 Carrera GTS del que derivaba (que, a su vez, se basaba en una gran evolución sobre el 924 Turbo).
Como buen vehículo orientado a la competición las ventanillas delanteras eran fijas, existiendo una pequeña parte de ellas practicable para mantener la comunicación con el exterior. Todos estos elementos no eran meros adornos, sino que estaban orientados a conseguir una aerodinámica más que notable. El habitáculo rezumaba competición por los cuatro costados, contando con asientos baquet y la pertinente jaula de seguridad. Iba desprovisto de todo equipamiento que no fuese indispensable para mantener a raya el peso, de tan solo 930 kilogramos.
Algunos consideran al Porsche 924 Carrera GTR como una evolución del Porsche 924 Carrera GTS, la versión más radical y definitiva del modelo, con un motor de 2,0 litros y cuatro cilindros turboalimentado que rendía la nada despreciable cifra de 375 CV (210 CV del 924 Carrera GT). Este bloque le permitía alcanzar los 290 km/h de velocidad punta y llegar a los 100 km/h desde parado en menos de cinco segundos.
El conductor podía regular de forma manual la presión de soplado del turbo mediante una ruedecilla situada junto a la palanca de cambios, pudiendo alcanzar una presión máxima de 1,45 bares. Para controlar bien el coche disponía de cuatro generosos discos de freno autoventilados de 310 milímetros de diámetro y unas suspensiones totalmente ajustables.
Dos de las premisas fundamentales de una buena participación de un coche en una carrera de resistencia son la fiabilidad y un consumo controlado. De hecho, se mostraba menos sediento que sus rivales de aspiración natural, por lo que las paradas en boxes eran menores que el resto de los participantes y todo quedaba más condicionado por el desgaste de las gomas.
Los 375 CV iban sobrados para empujar sus 930 kilogramos a 290 km/h, bien asegurados con su jaula de protección, estudiada aerodinámica y unos frenos, suspensiones y ruedas a la altura
El 924 Carrera GTR se basaba en el 924 de calle, un producto resultante del trabajo conjunto entre Volkswagen y Porsche. Llamado originariamente “Proyecto 425”, la idea original era que Porsche utilizara un motor de cuatro cilindros en línea procedente de Volkswagen/Audi para ser vendido posteriormente por las dos primeras citadas; Porsche lo utilizaría como sustituto del veterano 914.
Debido a la crisis del petróleo iniciada en 1973, Volkswagen se retiró del proyecto y Porsche compró todos los derechos de producción del 924 y continuar por su cuenta. De hecho, se convirtió en el primer automóvil de producción en serie de los fabricantes alemanes con motor delantero y tracción trasera. Algunos sugieren que en el diseño de este elegante modelo participaron componentes del equipo de diseño del Mazda RX-7 de primera generación, lanzado al mercado en 1978, con el que muestra algún que otro parecido.
Aunque a nivel de chasis seguía siendo un 924, Porsche aplicó para su desarrollo todo su know-how o saber hacer, además de su gran experiencia en competición que les permitió llegar a lo más alto en las carreras de resistencia en la década de los 90. Los ingenieros de Porsche tomaron una transmisión manual de cuatro velocidades utilizada por Audi en modelos de tracción delantera, modificándola para utilizarla como un transeje montado en la parte trasera (transaxle) para conseguir un reparto más equilibrado de pesos entre ambos ejes. Aquí puedes ver una exposición de Porsche dedicada a este tipo de disposición mecánica.
Este Porsche 924 Carrera GTR se tomó como base estilística para dar lugar al nacimiento del 944, un modelo que compartía en gran medida los mismos fundamentos que su predecesor. En España se dejó ver allá por 1982 y su adquisición era un puro capricho para bolsillos adinerados, unos 10 millones de pesetas sin impuestos, 255.000 euros de hoy, que se convertirían en 15 millones de pesetas (382.000 euros de ahora mismo) una vez puesto al día con Hacienda.
Uno de los afortunados probadores, que no dueño, fue un empresario industrial y piloto español aficionado llamado Juan Buenaventura. Solo lo utilizó una única vez en una subida de montaña y de dio cuenta de lo difícil y delicado que resultaba de conducir por la elevada potencia y la brutal forma de transmitirla al suelo. Una vez devuelto al concesionario oficial de Porsche en Madrid (Turbomotor) estuvo un año en venta sin encontrar comprador. En agosto de 1983 se devolvió a Alemania, donde ya había recibido dos ofertas formales de compra por parte de clientes afincados en Estados Unidos.
Ginés de los Reyes
Desde que tengo conciencia me llamó la atención cualquier cosa con ruedas. Aprendí a montar en bicicleta al mismo tiempo que a andar, y creo que la genética tiene algo que ver: mi padre adoraba los coches, les ponía nombres, mi abuelo conducía y participaba en el diseño de camiones, y le privaban los coches...COMENTARIOS