Coche del día: Oldsmobile Aurora

Coche del día: Oldsmobile Aurora

Lujo y buen hacer, en el último suspiro de la marca de Michigan


Tiempo de lectura: 8 min.

Hoy en día está más de moda que nunca “couperizar” todo aquello que porte cuatro ruedas. Da igual que el automóvil en cuestión pertenezca al segmento SUV, berlina o incluso todoterreno. Todo vale en la industria actual de la automoción para intentar darle un aspecto deportivo a cualquier modelo, incluso, aunque finalmente, sea en detrimento de unas mejores cualidades, ya sean en habitabilidad, capacidad de carga o acceso.

Pero esta filosofía lleva muchos años en el mercado -la de intentar buscar un aura deportiva en un modelo que no lo es- y nuestro protagonista de hoy, el Oldsmobile Aurora, es uno de esos automóviles que en su día siguió este patrón. Corrían finales de los 80 cuando la marca de Lansing (Michigan, EEUU) presentaba -concretamente en 1987- su modelo Aerotech II de aspecto futurista y en forma de cuña, al más puro estilo de los deportivos setenteros.

Justo dos años más tarde llegaría el Oldsmobile Tube Car, germen inequívoco del Aurora y posteriormente inspiración para modelos dentro del grupo GM como el Chevrolet Camaro de cuarta generación, donde el morro de este muestra claras reminiscencias de aquel prototipo.

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1995-1999 Oldsmobile Aurora (I)

Cinco años después se presentaría el modelo definitivo conocido como Aurora, que tomaba muchos de los rasgos y soluciones técnicas del Tube Car. Prueba de ello es su banda trasera de iluminación, las cuatro puertas laterales sin marco -al más puro estilo coupé- o la luneta posterior envolvente. El objetivo con la llegada de este nuevo modelo dentro del seno de la marca norteamericana era claro.

El Oldsmobile Aurora aterrizaba en el mercado norteamericano en la década de los 90 con la intención de hacerse un hueco en el segmento de las berlinas de alto nivel, donde los japoneses se posicionaban como los rivales a batir

Por un lado había que remontar las ventas del modo que fuera, ya que en el transcurso de los últimos ocho años estas habían caído en un 60 % de manera global dentro de la marca. Por otra parte, era la manera en la que GM se plantaba delante de las marcas japonesas como Acura o Lexus, que se habían convertido en las dueñas del segmento de este género de berlinas tipo coupe de lujo.

Por último, se le daba la jubilación definitiva a varios modelos dentro de las filas de Oldsmobile, como eran el Toronado, con carrocería coupé o el 98. Posteriormente también desaparecerían de la gama otros como el LSS o el Regency.

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1995-1999 Oldsmobile Aurora (I)

Para enero de 1994 se daba el pistoletazo de salida en la fabricación del que debía ser el nuevo buque insignia de la marca. En la planta ubicada en Lake Orion (Michigan), donde además Buick ensamblaba sus modelos Le Sabre y Park Avenue, entre otros, Oldsmobile daba forma a las primeras unidades del Aurora. Aquel automóvil destacaba por una terminación de acabado notable, además de portar nuevos sistemas de seguridad que le convertian en uno de los mejores de la categoría.

El propulsor elegido para darle vida era un bloque tipo L47, V8 de 4 litros, derivado del empleado en los Cadillac del momento, aunque este originariamente llevaba su cilindrada hasta los 4,6 litros. Situado en modo transversal, el motor de origen GM disponía de culata de 32 válvulas, con unas cotas interiores de 87×84 mm, y quedaba sometido a una compresión de 10,3:1. A su vez era asociado a un cambio automático de cuatro relaciones, con dos modos de conducción seleccionables de modo manual.

El nuevo Aurora abría una nueva etapa dentro de la marca, dejando atrás a modelos como el LSS o el Regency, que durante un largo periodo formaron parte de la gama

Las cifras finales que arrojaba la mecánica del Aurora eran de 250 CV a 5.600 RPM, junto a un par máximo de 353 Nm a 4.400 RPM, logrando alcanzar una velocidad máxima de 225 km/h y acelerar de 0 a 100 km/h en 7,5 segundos, cifras nada desdeñables teniendo en cuenta que hablábamos de un automóvil con un peso en vacío de uno 1.800 kilogramos. Quizás parte de la culpa de estas buenas prestaciones la tenía su aerodinámica, que contaba con un Cx de 0,32 según datos oficiales.

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1995-1999 Oldsmobile Aurora (I)

En el plano dinámico el Aurora disponía en el eje delantero de suspensiones tipo McPherson, ayudadas por brazos y estabilizadora transversales. En la zaga, muelles, eje rígido y estabilizadora eran los designados en este apartado. En cuanto a la frenada, este quedaba dotado de discos tanto delante como detrás, embutidos en un equipo de llantas y neumáticos en medidas 235/60 R16.

Como ya hemos hecho mención, este automóvil llegaba para medirse con los más selectos orientales, por lo que la marca estadounidense tuvo que ponerse las pilas en cuanto a equipamiento y acabados, más cercanos a un coche de alta gama europeo que los que solían fabricarse en aquella época de manera estándar dentro del país norteamericano.

Buena cuenta de ello lo daban elementos como doble airbag delantero, climatizador bizona, asientos regulables eléctricamente con sendas memorias para diferentes conductores, así como un completo sistema de sonido o un ordenador de a bordo situado en la parte superior de la consola central -esta orientada hacia el conductor- que nos marcaría diferentes parámetros a modo de información.

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2001-2003 Oldsmobile Aurora (II)

No podían faltar por otro lado los acabados en piel, terminaciones en madera de la buena o un confort de rodadura digno de automóviles de mayor calibre. Todo en el Oldsmobile Aurora está diseñado, fabricado y ensamblado por y para la conducción, haciendo de esta una grata experiencia, gracias también a su portentoso V8 o la suavidad del cambio automático de cuatro relaciones.

De manera opcional se podia ampliar el equipamiento estándar con un equipo amplificado de sonido firmado por BOSE, techo solar o calefacción en los asientos. Poco más estaba disponible fuera de la dotación en serie, volviendo a poner de manifiesto lo elaborado del producto y el resultado final.

Si en algo destacaba el nuevo buque insignia de Oldsmobile era por su completo equipamiento y por la calidad imprimida en todos y cada uno de los componentes que en él se instalaron

Aquella primera generación del Aurora se mantendría en fabricación hasta junio de 1999, dejando el año 2000 como mero trámite para agotar las unidades en stock y presentar la nueva variante que se empezaría a comercializar a principios de ese mismo año. Para esta nueva generación la idea inicial era diseñar una nueva plataforma sobre el concept car Antares, presentado en 1995 en el Salón de Detroit, y aprovecharla para ensamblar también al Buick Riviera de nueva generación.

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2001-2003 Oldsmobile Aurora (II)

Pero para esas fechas Oldsmobile empezaba a flaquear económicamente hablando, y tuvo que improvisar una versión rápida con la que poner a su modelo Aurora nuevamente sobre el tablero. Los resultados a nivel estético no fueron todo lo buenos que se esperaban, ya que visualmente no presentaba el encanto de su antecesor, además de haber perdido 15 cm de longitud total por el camino.

Como novedad en esta nueva generación era la incorporación, además del propulsor V8, de una mecánica V6 de 215 CV de potencia heredada del recién eliminado Oldsmobile Intrigue. Sin embargo, esta mecánica se mantendría únicamente hasta el verano de 2002, siendo marzo de 2003 el momento en el que cesa la fabricación por completo del modelo.

Como curiosidad, los últimos 500 Aurora que salieron de las líneas de montaje de la marca fueron todos de color Dark Cherry Metallic, portando además una placa conmemorativa con la inscripción “Final 500” y poniendo punto final a prácticamente una década del modelo, además de ser la puntilla existencial en cuanto a la marca se refiere.

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2001-2003 Oldsmobile Aurora (II)

Atrás quedarían un total de 136.289 unidades fabricadas de la primera generación y 71.722 en lo que concierne a la segunda variante, cifras insuficientes en un mercado tan despiadado como el norteamericano, donde marcas como Mazda, Lexus, Infiniti o Acura, imponian su ley en el segmento de las berlinas de representación Premium, llevando a la extinción a otras como la que hoy nos acompaña. Este año, de estar aún en funcionamiento, hubiera cumplido su 124 aniversario.

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J. Rubio

Soy un enamorado del motor en general y de los vehículos clásicos y motocicletas en particular. Dedicado al mundo de la automoción desde hace unos años, disfruto probando toda clase de vehículos y escribiendo mis impresiones y experiencias sobre ellos.

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