Cuando cierro los ojos y pienso en el sonido de un automóvil que me haga subir las revoluciones palpitaciones, en ocasiones se me viene a la cabeza la primera vez que pude escuchar la sinfonía proveniente de un Alfa Romeo 147 GTA. Aquel sonido era simplemente adictivo, emanando de su espectacular propulsor tanto mecánicamente como para la vista, con esos colectores cromados dentro del vano motor.
Pues bien, hoy os traemos la versión en forma de berlina que la marca transalpina puso a disposición de esos padres de familia de corazón caliente que necesitaban dos puertas atrás para poder llevar a la familia, el Alfa Romeo 156 GTA. Además, si aún precisaban de más espacio, podían optar por la versión 156 GTA SW o Sportwagon, un coche casi único en su especie, por configuración mecánica y formato.
Nos encontramos casi una década después de que Alfa Romeo dejara de fabricar aquel icónico 75 3.0 6V América. La marca del biscione volvía por sus fueros con una versión deportiva de la berlina Alfa Romeo 156, que ya llevaba unos años en el mercado, y que desde su presentación no hacía más que conseguir adeptos. Fue algo, por otro lado, gracias al buen rendimiento general en cualquiera de sus versiones. El 156 era un Alfa auténtico.
El Alfa Romeo 156 GTA venía a completar la gama deportiva de la marca italiana junto con su hermano menor, el 147 GTA, ambos con el portentoso Busso bajo su capó
Pero claro, una cosa es un 1.6 o un 2.0 de cuatro “perolos”, y otra bien distinta es tener al legendario Busso vu-sei debajo del capó. Si a eso le unimos el rescatar del baúl de los recuerdos las siglas GTA, de “Gran Turismo Alleggerita”, podemos hacernos una idea del resultado final y de como pocos automóviles en aquellas fechas, año 2002, podían transmitir tanto como el 156 en su versión tope de gama.
Estaba claro que Alfa Romeo iba a darlo todo en este 156 3.2 V6 y retomar las buenas costumbres de antaño, donde sus coches eran cualquier cosa menos típicos o comunes. Y en este GTA se confirmaba definitivamente que la marca turinesa había vuelto de la mejor manera posible.
Pero yendo al meollo del asunto, y centrándonos en el punto más importante de este coche, su motor, hay que decir que fue la última y más evolucionada versión del legendario propulsor creado por Giuseppe Busso en los años 70, y que tantas alegrías había dado a lo largo de su trayectoria en diferentes modelos y versiones de la firma italiana.
Para esta ocasión, el V6 de 3.179 cc quedaba como de costumbre en posición delantera transversal, con 24 válvulas en culata y una compresión de 10,5:1, capaz de desarrollar una potencia final de 250 CV a 6.200 RPM y 300 Nm de par a 4.800 RPM. Su potencia se trasladaba al eje delantero mediante un cambio manual de serie o uno automático secuencial de tipo manual robotizado denominado Selespeed, ambos de seis velocidades.
Prácticamente una década había transcurrido desde la última berlina deportiva del segmento medio en la marca turinesa, el 75 3.0 V6 América, hasta la llegada del 156 GTA
Con estos datos respecto a las excelencias de su V6, el Alfa Romeo 156 GTA era capaz de alcanzar una velocidad máxima de 241 km/h, acelerando de 0 a 100 km/h en apenas 6,5 segundos y necesitando 26,5 segundos para recorrer un kilómetro desde parado. Si la distancia era un cuarto de milla (400 metros), entonces precisaría de 14,7 segundos. Todas estas mediciones harían referencia a unidades con cambio manual, siempre alguna décima más si hablamos del Selespeed.
Esta configuración mecánica era idéntica en ambas versiones, berlina o SW, y también en las dos se había instalado un kit exterior de carrocería específico, con un diseño derivado directamente de los coches que competían en el campeonato de Superturismo, siendo distintivas sus aletas delanteras ensanchadas en 20 mm. A ello hay que sumarle una suspensión rebajada y un equipo de llantas y neumáticos en medidas 225/45 ZR17.
Evidentemente se trabajó a fondo en la parte dinámica, así como una dirección de nueva factura totalmente precisa y directa, con apenas dos vueltas de volante entre topes. En cuanto a la frenada, Brembo dotó a esta berlina de cuore sportivo de discos delante y detrás, con medidas de 305 mm en el frontal y pinzas de cuatro pistones y 276 mm en la zaga, garantizando un buen mordiente en cualquier situación.
A partir del año 2003, las unidades que fueron ensambladas dispusieron de un cambio en la frenada delantera, contando a partir de ese momento con discos de 330 mm y pinzas de anclaje radial que, aunque parezca extraño, provenían del tren trasero del Ferrari 360 Modena, que se comercializaba en ese momento.
Además del sempiterno V6 firmado por Giuseppe Busso, el 156 GTA disponía de componentes de primer nivel, así como un chasis afinado al máximo para esta versión tope de gama
Por otro lado, para las suspensiones se recurría a unas de tipo McPherson en la parte posterior y de paralelogramo deformable en el eje delantero, ayudado de una barra estabilizadora y muelles helicoidales, siendo la amortiguación lo bastante rígida como para poder juguetear con él en cualquier situación, sin olvidarnos nunca de que era tracción delantera y un poco morrón.
De igual forma el interior se cuidó al detalle, como buen italiano que se precie y en él, además de una asientos tipo baquets en cuero regulables eléctricamente o inserciones de aluminio en diferentes partes del salpicadero, se logró una posición de conducción de primera clase donde poder disfrutar al 100 % de las cualidades del GTA y su melódico Busso.
Cabe destacar además la extensión del cuero a paneles de puerta o un nuevo volante muy similar al de los 147 de un tamaño ideal y tres palos, donde encontrábamos los mandos integrados y en caso de ser una versión automática, las levas justo tras de él.
También formaban parte del equipamiento de serie el ABS, ASR, climatizador automático bizona, retrovisores eléctricos, faros antiniebla, airbags frontales, laterales y de cortina, ordenador de a bordo, elevalunas eléctricos, cierre centralizado con mando a distancia y un completo cuadro de instrumentos con la escala del velocímetro graduada hasta los 300 km/h. Entre los opcionales podíamos seleccionar el kit de faros de xenón, el sistema de navegación o un equipo de audio específico firmado por Bose con ocho altavoces y subwoofer, además del ya mencionado cambio automático Selespeed.
El completo equipamiento del italiano acompañaba al conjunto final que Alfa Romeo había elaborado para sus clientes más exigentes
En cuanto a la habitabilidad y al igual que el resto de gama, era un coche ideal para cuatro personas, con casi 380 litros de maletero, tanto en la berlina como en el SW, si bien es cierto que el acceso en este último era mucho más cómodo y además contaba con una gran capacidad de carga si abatimos los asientos traseros. El peso final quedaba en 1.410 kilogramos declarados para la berlina y 50 kilos más si nos referimos a la versión familiar.
Pero como todo en la vida, este coche también tenía sus pegas y pequeños problemas, que aunque no eran deseables, no eran causa justificada alguna para renunciar a un coche de este tipo. Entre ellos y primordialmente cabía destacar su alto consumo, aunque eso se podía extrapolar a casi cualquier versión gasolina de la gama.
Con medias superiores a 12 l/100 km en la mayoría de los casos, el Alfa Romeo 156 GTA no era precisamente un coche para usar a diario, por lo que queda aún más claro que su misión era la de hacer disfrutar a su propietario, cuando dispusiera de tiempo para únicamente conducir, sin preocuparse de nada más que exprimir las cualidades del italiano.
Por otro lado, había mantenimientos que debían ser puntuales y correctos, como el cambio de la distribución a los 60.000 km o un cuidado extremo con el cambio automático, respetando al máximo las revisiones pertinentes en lo que se refiere a cambio de aceite y filtro. Otro de los males de estos coches era su diferencial delantero, que la mayoría de gente terminaba por cambiar por el denominado Q2 de la propia marca, con mejor aguante a la potencia del propulsor de 3,2 litros.
Desde aquel 2001 en el que se presentó en el Salón de Frankfurt y donde unos días después se subastó la primera unidad con fines benéficos, hasta finales del año 2005 se estima que se comercializaron unas 3.651 unidades, de las cuales 1.973 fueron en carrocería berlina y el resto hacen referencia a la versión SW.
Un mantenimiento estricto y puntual, era la clave para mantener en las mejores condiciones a nuestro 156 GTA, de lo contrario podría darnos más de un disgusto
Además y a lo largo de su trayectoria se crearon varias versiones especiales mediante varios preparadores, en las que destacan el Alfa Romeo 156 GTAm, donde se incrementó la cilindrada hasta los 3,5 litros y la potencia hasta los 300 CV, aunque esta versión no pasó de ser un mero proyecto y no se llevó a la producción.
También Autodelta creó en versión SW una preparación especial, que elevaba también la cilindrada a los 3,5 litros y la potencia hasta los 300 CV, además de modificaciones en suspensiones, frenada y una rebaja sustancial del peso final, gracias a partes de su carrocería en fibra de carbono.
La misma Autodelta más tarde incrementó la cilindrada en el GTA hasta los 3,7 litros y consiguió llegar a los 328 CV a 7.300 RPM, anunciando una velocidad máxima de 282 km/h. No fue eso todo, ya que superó dicha marca cuando decidió integrar a la preparación un turbocompresor y lograr así alcanzar una potencia de nada menos que 400 CV, aunque en ninguno de los casos pasó de ser más allá que un prototipo que mostrar en show y eventos deportivos del motor.
En la actualidad, el Alfa Romeo 156 GTA es un codiciado objeto de deseo de todo aquel que ame la conducción pura y todo aquello que engloba estar tras los mandos de un automóvil de este tipo. Porque este fantástico italiano es mucho más que un automóvil prestacional. En él se mezcla la pasión de una marca y una filosofía que sigue intentando mantener con coches tan especiales como el Giulia Quadrifoglio Verde, algo prácticamente extinto en el mercado actual.
Así que si una mañana te levantas y deseas hacerte con uno de estos, deberás preparar al menos 10.000 euros, que es lo que cuesta una unidad de las más baratas a la venta actualmente, independientemente de que sea SW o berlina, pero de lo que estamos seguros es que con casi total seguridad quedarás prendado para siempre de los encantos del legendario Busso.
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J. Rubio
Soy un enamorado del motor en general y de los vehículos clásicos y motocicletas en particular. Dedicado al mundo de la automoción desde hace unos años, disfruto probando toda clase de vehículos y escribiendo mis impresiones y experiencias sobre ellos.COMENTARIOS