Un año ha pasado desde que se lo vio por primera vez como se debe. No mediante imágenes digitales, sino con su presencia en el Salón del Automóvil de París. Por aquellos días, la revelación del Renault 4 E-Tech había bajado la vara, pero en simultáneo y como contracara, el tributo a otro clásico de la firma del rombo parecía que pondría las cosas en su lugar. Y no decepcionó una vez que se descubrió al público.
Perdón si soy reiterativo, pero la aparición de este concepto en cuestión se dio en el contexto de un Renault 4 eléctrico que empezaba a recibir sus primeras críticas. Si algo no hizo Renault, fue revivir al clásico libre de los condicionantes de producción actuales. Eso sí sucedió para el R17 Restomod, un diseño ejemplificador, esa contracara. No sé si llamarlo restomod. En principio, basta con catalogarlo como reinterpretación eléctrica que, vale recordar, no fue creación de la firma francesa, sino de un diseñador que, en conjunto con Renault, logró homenajear al clásico coupé con maestría.
Un objetivo central fue no distorsionar el diseño del modelo original y creo que se ha cumplido con creces. El R17 Restomod muestra un perfil sutilmente evolucionado y sin alterar las líneas de carrocería del de serie. Lo hecho por el francés Ora Ïto es tan sólido como aquel dos puertas lanzado en 1971. ¿Marcó el coche la infancia del diseñador? Quisiera preguntárselo, poder ratificar. Apuesto a que lo ha acompañado desde temprana edad, haciendo de sí mismo una fuente de inspiración en su formación y todo lo que vino después. ¿Fue tal la interpelación del Renault 17 en Ora Ïto que acabó dando como resultado un concepto eléctrico claramente espontáneo?
Una carrocería de fibra de carbono en un acertado acabado exterior Galactic Brown, dentro del cual se esconde, en lugar de aquel cuatro cilindros 1.6, un motor eléctrico de 270 CV y autonomía de 400 km. En lugar de aquellos icónicos faros redondos de iodo, unos LED rectangulares. En lugar de aquel volante circular, uno con geometrías futuristas que, debo decir, sigue sin convencerme pasado el primer año.
Lo elemental del R17 Restomod
Dicho esto, se entiende como parte de un concepto interior hacia formas neorectangulares. Un lenguaje que se expresa tanto en la dirección como en los cuatro instrumentos en sustitución de aquellos relojes igual de independientes, en el cromado que enmarca el acabado en madera del salpicadero y en la pantalla insertada sobre una consola flotante, y hasta se sale del habitáculo para recalar en los guardabarros, una zona en la que se evidencia en ensanchamiento de 17 centímetros al que ha sido sometido este concepto en relación al R17 de producción. A propósito de los laterales, se mantiene la ausencia del pilar medio, una característica que, sin lugar a dudas, supo embellecer los modelos del pasado.
Si bien no comulgo con que presente un interior en exceso de salón –tal vez con un menor grado de refinamiento y los ajustes necesarios en el equipamiento, hasta podría considerarse su potencia de coupé de producción, ¿verdad?–, el R17 Restomod logra honrar a aquel que cubriera casi de punta a punta la década de los ‘70 con aproximadamente 95.000 ejemplares en las calles.
Verlo fuera de su dimensión digital es todavía más satisfactorio. El R17 de Ora Ïto cumplió con las expectativas y pagó la entrada en aquel Salón de París 2024. Las puertas carentes de marcos, el concepto de sector trasero que logra congeniar elementos contemporáneos como la tira LED con especificaciones de época como la amplia luneta. Atractivos suficientes para recordarlo, sí, al menos una vez por año.


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Mauro Blanco
Veo arte en los coches y en sus diseños una potencia que va más allá de las cifras. Ex conductor de Renault 12 rojo modelo 1995 de épicos e imprevisibles episodios, al que recuerdo por la hostilidad de su volante, pero, sobre todo, por nunca haberme dejado en el camino.COMENTARIOS