No hay muchas opciones en el mercado si se trata de encontrar un SUV convertible con las características de un todoterreno. Desde Estados Unidos puede acercarse a ese concepto el nuevo Ford Bronco, competidor directo del Jeep Wrangler (Bronco y Wrangler necesitan desmontar muchas piezas). Siendo más SUV están el Volkswagen T-Roc Cabrio, el Range Rover Evoque Cabrio y el extinto Nissan Murano CrossCabriolet. Otra opción es adentrarse en el mercado de segunda mano y sus ofertas, como en el caso del Intruder Heuliez de 1996 basado en Mercedes-Benz G 320.
Uno de los únicos tres coches que se transformaron se vende actualmente por DK Engineering, empresa que se dedica a la comercialización y restauración de coches Premium. Está basado en el Mercedes-Benz Clase G y su motor de seis cilindros y 3,2 litros, con 210 caballos de fuerza, su tracción total y la caja de cambios de seis velocidades. Si bien su calandra lleva el sello de Mercedes-Benz, podría ser un diseño de Lambirghini perfectamente gracias al estilo de Marc Deschamps, que colaboró en varios proyectos de Heuliez.
Años después de que se presentase el Mercedes, en el 96, el fabricante francés Heuliez se había dedicado a modificar la carrocería de su prototipo a una más curvilínea, con capota tipo Targa que se debía quitar a mano y parachoques de fibra de carbono. Más tarde, cuando Mercedes presentó ese mismo año su modelo SLK con techo duro retráctil, incorporó la tecnología a su Intruder ya en el año 1998.
En ese aspecto, fue uno de los primeros coches del mundo con un techo duro eléctrico plegable y funcional. El Heuliez Intruder ya era una realidad comercial en los planes del fabricante, y aunque sus influencias llegasen directamente de los Mercedes de la época, tenía elementos propios.
El Mercedes-Benz Clase G 320 Cabriolet cambió ese motor de seis cilindros en línea que tenía el Heuliez y su anterior modelo por un V6, también de 3,2 litros
Las ruedas se cambiaron por unas de 17 pulgadas de la marca Works y los neumáticos 285/60/17 de Michelin fueron creados específicamente para el modelo, que tenía hasta 300 mm de altura respecto al suelo para soportar terrenos accidentados.
Aunque Heuliez quisiera reafirmar su coche dentro de una gama alta pionera en la tracción a las cuatro ruedas, se quedó en un coche, en palabras de ellos, “basado más en la emoción que en la lógica”. El coche es un biplaza, con cuero plateado en el salpicadero, tapicería azul con algunos detalles en madera.
Heuliez se fundó en 1920 como una empresa carrocera de subcontratación para la fabricación de coches de firmas europeas como Renault o marcas de PSA como Citroën o Peugeot, además de Opel (General Motors). Participó en la concepción del Citroën BX, el Opel Tigra de segunda generación y el Renault Modus por el éxito que tuvo en desarrollar concept cars y prototipos, lo que hizo que fundara una filial en Italia. También trabajó con Renault para la fabricación de sus automóviles para carreras R5 Turbo y el 205 T16 de Peugeot, cuando pasó a ser propietario de productos y tecnologías propias que comercializar, con un total de 200 patentes.
Por otra parte, fabricó su propio vehículo en 2009 y lo presentó en el Salón Internacional del Automóvil de París: el Heuliez Will, basado en la plataforma y chasis del Opel Agila del 2007. Fue el primer vehículo en el que Michelin, colaborador, presentó su tecnología Active Wheel (sistema de tracción y suspensión eléctrica). Al igual que otras empresas como Pininfarina o Bertone, que desaparecieron porque los grandes fabricantes dieron de lado a los que fabricaban series especiales o pequeñas, Heuliez también lo hizo en 2013.
Volviendo a nuestro protagonista, el coche está a la venta con menos de 1.700 kilómetros y una restauración tasada en los 280.000 euros. El precio final de tan especial unidad es de 193.995 euros. Previamente, en 2012, se subastaron varios concept cars de Heuliez, como el Intruder. En aquel entonces el comprador pagó 42.889 por el coche con solo 141 kilómetros pero no tenía módulo eléctrico del techo plegable.
Enrique Delgado
Terminando la carrera de audiovisuales y empezando en el mundo del periodismo con el espíritu de aprender sobre motor. Siempre tengo un ojo para lo que ocurre en el mundo y otro en absorber todo el conocimiento que pueda sobre él para escribir literatura, mi hobby personal.COMENTARIOS