El Ferrari Enzo, o mejor dicho, el Enzo Ferrari, supuso la puesta en escena del que debería haberse llamado Ferrari F60, si se hubiera seguido con la nomenclatura que impuso el Ferrari F40 y se continuó con el Ferrari F50. Sin embargo, se prefirió rendir un homenaje al fundador de la compañía con un coche que, en realidad, nunca habría sido el preferido del señor Enzo. No debemos olvidar que Il commendatore, decía que el motor siempre debía ir delante, aunque luego acabara por ceder al motor central por motivos obvios –reparto de pesos, aerodinámica, comportamiento… –, al igual que tampoco debemos olvidar, que el buque insignia de la marca, que hasta ahora ha sido el Ferrari 812 Superfast, siempre tiene un motor V12 en posición delantera.
Al Enzo le salió un hermano cuasi gemelo, el Maserati MC12, que básicamente era un Enzo con una carrocería diferente y un planteamiento más radical, más de carreras. El MC12 era lo que nunca sería el Enzo, un coche para correr, la base de Maserati para competición y con la que logró algunos éxitos en diferentes campeonatos. El coche del tridente se convirtió en un modelo más exclusivo que en Enzo, pues se fabricaron menos unidades, y también más eficaz en circuito gracias a una aerodinámica más elaborada. Es posible que hayan existido, y que existan ahora mismo, modelos más bonitos que el Maserati MC12 y por supuesto, también más accesibles, pero este coche no buscaba ser bonito ni barato, su objetivo era ser muy rápido y finalmente, lo consiguió.
Dos formas de entender el mismo coche, dos diseñadores diferentes –Ken Okuyama para el Enzo, Frank Stephenson para el MC12– y dos historias bien diferentes, que ahora, de la mano del especialista Romans International, se unen para salir a subasta y forman un dúo espectacular y tremendamente exclusivo, tanto, que según afirman, podrían superar los 12 millones de libras, casi 13,9 millones de euros. No son pocos los que pagarían encantados esa mareante cantidad de dinero, por poder tener los dos ejemplares en su garaje, sobre todo las dos unidades que tienen en Romans International, ya que proceden de colecciones privadas y como buen coche de colección, han sido simples adornos en un garaje. Es decir, apenas se han usado y su estado es, como cabe esperar, “de revista”. El Enzo solo marca en su odómetro 142 millas, cerca de 230 kilómetros, mientras que el MC12 tiene un poco más, pero poco, solo 207 millas, 333 kilómetros.
Nunca entenderemos la compra de un coche como estos, para luego dejarlo en el garaje sin usar. Pero claro, no somos coleccionistas ni tenemos el dinero para serlo. Quizá, si contáramos con la posibilidad de comprar un coche como cualquiera de estos, también lo dejaríamos en el garaje como objeto de adoración, no sea que se rompa –mentira cochina, pero por especular que no sea… –.
El Enzo Ferrari –que no Ferrari Enzo– es una unidad de 2004, mientras que el Maserati MC12 está fechado en 2005. Tienen casi 20 años, aunque no lo parezca a simple vista, y es evidente que por estos coches no pasarán los años, ni siquiera por prestaciones, pues, ¿acaso contar con un V12 de más de 600 CV se quedará corto algún día? El Enzo, presumía de 660 CV, el MC12 de 630 CV, cifras que, con los actuales coches eléctricos, los cuales, han hecho que hablar de miles de caballos sea de lo más normal del mundo, parece poca cosa, pero son capaces de superar los 300 km/h con bastante holgura y de ofrecer algo que nunca ofrecerá un eléctrico: el mágico sonido de un V12 atmosférico.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS