En el mundo de la automoción no hay límites, pero también es más que evidente que, según el tipo de coche, se pone complicado triunfar en según qué segmentos o áreas. Esto es lo que sucede con los muscle cars americanos, que no suelen estar relacionados con el mundo de la competición más allá de su tierra natal. Eso sí, desde el equipo Stratagraph decidieron romper con esas viejas creencias y apostaron por el Chevrolet Camaro para participar en las 24 horas de Le Mans en 1982 y lo hicieron con un resultado realmente sorprendente, llegando a subir al segundo cajón del podio en su categoría.
Normalmente, este tipo de modelos se caracterizaban por no tener una la misma capacidad que otros modelos para gestionar curvas, pero este coche evidenció que no todo lo que se dice es verdad. El Camaro terminó en la 17ª posición de la general y se coronó como subcampeón en la clase GTO, en una edición que pasó a la historia al tratarse del 50º aniversario de la conocida prueba de La Sarthe y en la que 38 participantes no lograron terminar la prueba, mientras Jacky Ickx y Derek Bell se alzaron con la victoria. Sí, el equipo Stratagraph y su Camaro terminaron los últimos, pero eso no es lo importante, lograron sobrevivir a una campaña extrema donde la fiabilidad de los coches era la protagonista.
Todo esto fue posible gracias a Billy Hagan, que fundó Stratagraph en 1961 y disfrutó de su éxito como piloto tanto en esa estructura como en Hagan Racing, llegando a acumular varias victorias y poles en su trayectoria deportiva y dio la oportunidad a jóvenes pilotos para debutar en la competición. Con su visión empresarial americana, no se lo pensó dos veces hasta llevar el Chevrolet Camaro a las 24h de Le Mans, donde consiguieron hacer historia.
Una historia en dos actos
La primera toma de contacto del Stratagraph Camaro en las 24 horas de Le Mans fue en 1981, y lo hicieron con un motor V8 de aluminio de 6.400 cc, que ofrecía unos 620 CV y alcanzaba casi los 320 km/h. Sin embargo, un problema en los frenos en las primeras dos horas les obligaron a retirarse. Pero eso no les impidió volver a presentarse y un año más tarde fueron a lo grande con dos Camaro construidos por Tex Racing Enterprises de Tex Powell, que venían con unos motores de bloque V8 más pequeños de 5.700 cc.
Los buenos resultados de esa edición se debían especialmente a que equipaba un chasis diseñado por Dennis Frings, un especialista de Wisconsin que supo entender que era lo que necesitaba este modelo. Durante años, la empresa fue pasando por distintos propietarios, pero todos recurrían a Powell para que lo pusiera a punto.
Ahora este modelo puede ser tuyo de la mano de Andreas Wüest. La empresa suiza tiene a la venta este modelo que se ha ido restaurando en los últimos años, realizando un cuidadoso trabajo artesanal. En ese sentido, han optado por emplear piezas del taller de competición de Hagan, mientras que el motor ha sido reconstruido por Petty Enterprises y ahora es de 5.800 cc. Su carrocería ha sido pintada a mano e incorpora una estructura antivuelco tubular muy completa, junto a un interior completamente de competición, como cabría esperar, y que da la sensación de estar preparado para competir de nuevo.
Alejandro Delgado
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