Si echamos la vista atrás y nos fijamos en los coches eléctricos que había en el mercado hace, por ejemplo, 10 años, podríamos pensar que no hemos evolucionado nada o que ha sido muy poco. Pero realmente no es así, ha cambiado mucho el mercado del coche eléctrico y no solo por el aumento de la oferta, que también, sino por la mejora de la tecnología. Sí, hay que dar las gracias a marcas como Tesla, que sin su presencia seguramente las cosas habrían ido más lentas.
Pero Tesla solo es el detonante de algo que acabaría por llegar tarde o temprano, la búsqueda de las cero emisiones lleva a un camino claro e inequívoco, aunque haya mucha gente que no esté conforme con ello. Al menos sabemos que el potencial de desarrollo de la tecnología eléctrica es muy elevado y se podrá contar con automóviles de prestaciones destacables. Incluso existe la posibilidad de que existan coches eléctricos con cambio manual, como deja intuir el Jeep Wrangler Magneto.
No obstante, mientras los motores eléctricos parecen estar controlados y dominados, las baterías parecen ocupar el bando contrario. Como ha dicho el CEO de Porsche, la celda de las baterías es la cámara de combustión del mañana y hace falta trabajar en este aspecto para que se puedan lograr mejores resultados en cuanto a capacidad de almacenamiento, velocidad de descarga y potencia de carga. Las baterías son, actualmente, el campo de batalla más duro que están afrontando los fabricantes en lo referente a la tecnología eléctrica.

Los caminos para la evolución de las baterías son varios y mientras unos estudian las baterías de estado sólido, otros experimentan con sistemas de refrigeración y algunos prueban con nuevos materiales. Este último caso, por ejemplo, es el de Porsche, que quiere desarrollar baterías con ánodos de silicio para sus modelos de alto rendimiento y para los coches de competición. Según parece, al emplear un ánodo de silicio se obtiene más densidad de energía, una temperatura más estable y una carga más rápida.
Estas baterías con ánodos de silicio se fabricarán en Europa y se emplearán, en un primer momento, en modelos de corta tirada y en los carreras-cliente. Además, junto a estos nuevos ánodos de silicio también se está investigando con nuevos electrolitos y aditivos que permitirían temperaturas de trabajo superiores a los 75º Celsius sin que hubiera problemas en las baterías. Actualmente el límite está en 55º Celsius en competición con ciertos impactos negativos en el rendimiento.
Por otro lado, Volkswagen anunció que para el año 2023 el precio de las baterías para coches eléctricos habrá bajado un 50 % en coches pequeños y hasta un 30 % en coches de segmentos superiores o de gran volumen. Esto se debe a un nuevo tipo de celdas unificadas y que se usarán en el 80 % de los vehículos eléctricos de VAG. Otra forma de bajar el precio será el reciclaje intensivo y en las materias primas para los ánodos y los cátodos, lo que ayudaría a bajar un 20 % el coste total de las baterías, por ejemplo.

Además, Volkswagen también afirma que no solo bajará el precio, también se mejorará el rendimiento de las baterías, logrando mayor densidad energética, más potencia y menor peso.
Mientras tanto, Volkswagen ha realizado una inversión de 100 millones de dólares (unos 85 millones de euros) en la compañía californiana Quantumspace, para que continúe con el desarrollo de las baterías de estado sólido. Con esta nueva inversión, Volkswagen ha completado una inversión de 300 millones de dólares (casi 254 millones de euros) en la compañía yankee con el objetivo de completar el desarrollo de estas baterías que prometen ser una revolución.
Según se dice, las baterías de estado sólido permitirán, aproximadamente, una densidad energética el doble de alta que unas baterías de iones de litio convencionales. Además, los tiempos de carga se reducen notablemente. Como ejemplo ilustrativo, el Volkswagen ID.4 puede cargar en el mejor de los casos una autonomía de 450 kilómetros en 25 minutos, pero de montar baterías de estado sólido ese tiempo bajaría hasta unos 12 minutos. El problema es que no se pondrán en marcha hasta 2025 como pronto.
Javi Martín
Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba', algo digno de que me cortaran los dedos. Pero hoy me gano un sueldo como redactor, ¡las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores la charla sería de órdago y si hace unos años me dicen que terminaría así, las carcajadas se habrían escuchado hasta en Australia.COMENTARIOS