Durante el año y medio que ha pasado, Carlos Ghosn se ha defendido de las acusaciones repitiendo por activa y por pasiva que todo era parte de una conspiración del fabricante japonés por su gestión integradora de la alianza Nissan-Renault-Mitsubishi. Alegó que incluso a ciertos cargos del gobierno le incomodaba la idea de que Renault tuviese poder sobre Nissan, y no al revés.
Pero Ghosn fue capturado y detenido el 19 de Noviembre de 2018 por cargos de mala conducta financiera y abuso de confianza. Junto a él, también fue detenido Greg Kelly, miembro de la junta de Nissan que colaboró con Ghosn y que formó parte de la supuesta conspiración.
Después de la información que se ha publicado no se pueden desmentir sus palabras. Se trata de cadenas de correos electrónicos pertenecientes a altos cargos de Nissan que en su día formaban parte de la cúpula empresarial, junto a Ghosn. Las personas que han desclasificado los emails han corroborado la veracidad de lo que señalan: precisamente esa confabulación, con el objetivo de acabar con la reputación del líder más mediático del sector y su gestión de la alianza.
Nissan no ha dejado pasar mucho tiempo y ha respondido con rotundidad a estos documentos, declarando que “cualquier argumento de que el descubrimiento de la mala conducta de Carlos Ghosn formara parte de una conspiración para debilitar o terminar la alianza de Nissan con Renault es completamente falso. […] Nos han informado de numerosos documentos que circulan repetidamente a los medios de comunicación. Sospechamos que fueron falsificados para sugerir que fueron enviados por individuos de Nissan.”
Todo esto ha salido a la luz cuando hace unos meses Nissan tuvo que pagar 20 millones de euros por no reflejar los pagos de la jubilación pactada con Carlos Ghosn. Recientemente ha dado un giro completo a su estrategia geopolítica abandonando la fábrica de Nissan en Barcelona y desatendiendo el mercado europeo. Actuaciones que, indirectamente, se han derivado de la salida del ex mandatario y de una crisis tanto interna como externa (con la justicia). De momento nada indica que los emails sean falsos, pero tampoco puede decirse que sean verdaderos.
Al parecer, muchos meses antes de la detención de Ghosn ya se barajaba actuar en contra de él. Los protagonistas de estos hechos son Hari Nada, que dirigía la oficina del ejecutivo de Nissan y que posteriormente declaró en su contra, junto a Hitoshi Kawaguchi, el gerente de relaciones gubernamentales de la empresa. El primero se dirigió al segundo con la intención literal de “neutralizar sus iniciativas antes de que sea demasiado tarde”.
Hari Nada es abogado y llevaba colaborando con Nissan desde los años 90. Actuó para la fiscalía recopilando información y supervisando los movimientos y usos del dinero de Carlos Ghosn
Un día antes de la detención de Ghosn también envió un informe pidiendo que la Alianza tal y como se conocía entre Nissan y Renault terminase. En él se pedía explícitamente que Nissan volviese a tener el derecho a hacerse con capital de Renault y a dirigirla si se daba el caso, quitando todo derecho de la compañía francesa a promocionar gerentes a los puestos más altos de la alianza. La intención era que, tras la detención de Ghosn, el contrato de la asociación (llamado RAMA) y su gobernabilidad (supervisada por la entidad Renault-Nissan BV, en los Países Bajos) se abolieran.
También se presionaba para que se acusara a Carlos de más delitos, sumando a las malas conductas financieras el de abuso de confianza. Según Nada a Hiroto Saikawa, director ejecutivo tras el supuesto despido improcedente del empresario brasileño, Ghosn era el objetivo a batir para que esto se llevase a cabo, y Nissan debía posicionarse con la mayor rapidez. Tanto Nada como Saikawa negaron que los argumentos de Ghosn y su conspiración fueran verdad. Declararon que “hay una gran diferencia entre eso [el intento de neutralizar las iniciativas de Ghosn y el poder de Renault] y sus crímenes”.
Nada, Saikawa y varios ejecutivos dimitieron de sus puestos en septiembre de 2019 tras saber que habían sido pagados irregularmente. La fallida fusión entre Renault y Fiat Chrysler (FCA) en ese mismo año también tuvo gran parte de culpa Nissan y esta crisis. En el Consejo de Administración que tuvo Renault para tratar el tema, dos de los enviados por Nissan (que tiene un 15 % de las acciones de la francesa) se abstuvieron en la votación, un claro síntoma de que Nissan no veía con buenos ojos ese movimiento de su socio francés, que en palabras de un ex directivo a La Vanguardia, se consideró como una “traición”:
“FCA no había informado a los japoneses. El consejero delegado Hiroto Saikawa aparentemente se enteró unos días antes del anuncio. Así que debió sentirse como una esposa traicionada justo cuando su matrimonio con Renault estaba en crisis.”
Todo empezó en 1999, con el rescate de Renault a Nissan, que había caído en bancarrota. Entonces Carlos Ghosn se trasladó a Nissan para levantar una empresa en decadencia. Finalmente lo consiguió, pero años después llegó una crisis social que precedió la económica. Lo que restaba de 2019 terminó con pérdidas en Nissan de hasta 671.000 millones de yenes (6.300 millones de dólares) y la huida de su CEO de la justicia nipona, a la que llamó “una farsa” tras estar en libertad condicional.
Realizó su fuga hacia el Líbano a través de un avión privado, pasando por Turquía, y embarcando en otro hacia El Líbano, con la aparente inmunidad de una de sus tres nacionalidades. Le ayudaron un ex oficial de los Boinas Verdes de nombre Michael Taylor y su hijo Peter Taylor, que han sido arrestados fuera de Boston a petición de la justicia japonesa, que ya está procesando su extradición.
Tras años de “Caso Ghosn” y unas cuantas detenciones, dimisiones y juicios, la relación de Nissan con Renault cambió, pero eso no significa que ya no esté tocada. Los japoneses lograron tener algo más de voz en la Alianza eliminando el cargo de Ghosn, pero Renault sigue teniendo más poder que ellos, con un 43,4 % de Nissan en su poder (y de forma directa el estado francés, que tiene un 14 % de control sobre Nissan -el 33 % de votos en Renault corresponden al estado francés-, al igual que Nissan posee un 15 % de Renault) gracias a que la estructura accionarial sigue intacta.
Enrique Delgado
Terminando la carrera de audiovisuales y empezando en el mundo del periodismo con el espíritu de aprender sobre motor. Siempre tengo un ojo para lo que ocurre en el mundo y otro en absorber todo el conocimiento que pueda sobre él para escribir literatura, mi hobby personal.La relacion de fuerzas es muy diferente a la que comentas. Segun se afirma en la prensa, Renault tiene el 43,4% de Nissan, y Nissan solo tiene el 15% de Renault, pero ademas con acciones sin derecho a voto.
Hola Josemi. Lo que comentaba Enrique es cierto: el estado francés, al tener el 33 % de votos en Renault, posee el 14 % en Nissan (el 33 % del 43,4 % de Renault es el 14 %). Lo hemos cambiado para que no resulte confuso.
Y para añadir, la participación de Francia en Renault se remonta a 1945, cuando se acusó a Louis Renault de haber sido colaboracionista con los nazis, le robaron la empresa a la familia, el hombre fue detenido y murió en un agujero de mierda después de haber sufrido torturas. Orgullo nacional de la tierra de la libertad, la igualdad y la fraternidad. Posteriormente la fueron privatizando, pero nunca del todo.