Sonderklasse. Esto es lo que significa la S de los Mercedes Clase S. Una palabra alemana que traducida al castellano viene a decir “clase especial”. Apareció por primera vez en la gama del fabricante alemán en 1926 (con el Mercedes Nürburg) y desde entonces ha representado lo más exclusivo, lujoso y tecnológico que puede llegar a ser un Mercedes. Es la máxima expresión de la compañía, el buque insignia y el responsable, con cada renovación, de estrenar nuevos sistemas y nuevas soluciones, en ocasiones muy vanguardistas.

Realmente, la primera vez que aparece la denominación de “S-Klasse” es en 1972, cuando se pone en circulación la generación W116, por ejemplo el 450 SEL 6.9. Aquela generación sorprendió a todos por las innovaciones incorporadas, tales como una suspensión independiente en todas las ruedas, un habitáculo acolchado para mayor comodidad y protección en caso de accidente, tenía una célula de seguridad más rígida que protegía a los ocupantes, un depósito de combustible de seguridad y como máxima novedad, el ABS.

En aquellos años, Mercedes solo trabajaba “con lo mejor o nada” y se pueden ver todavía unidades un estado espectacular de aquel Mercedes W116. Ahora Mercedes poco se parece a la de antes y el Mercedes Clase S es el mejor ejemplo de ello. Su diseño es más dinámico, menos formal y serio, también se podría considerar una nave espacial comparado con cualquier de los anteriores Clase S, y en cuestiones de seguridad es mejor no entrar. Sobre todo con la última generación recién presentada.

Un diseño nunca visto en la Clase S

Si eres fanático del motor como nosotros, seguro que tenías esta fecha señalada en el calendario. La presentación de una nueva generación del Mercedes Clase S es todo un acontecimiento y la red de redes arde con comentarios, opiniones y también con fotos supuestamente filtradas. Así que muy seguramente, su diseño exterior no sea tan novedoso porque poco antes del evento de presentación, que se ha podido ver vía streaming, se han podido ver las primeras imágenes del exterior.

Ahora, con las fotos oficiales en la mano (o mejor dicho, en la pantalla) y con mucha mayor calidad, podemos afirmar que el nuevo Mercedes Clase S ha dado el paso hacia una deportividad mucho más acusada que en la generación saliente, con ciertos rasgos que recuerdan al Mercedes Clase A sedán y la Mercedes CLS. Y no hace falta tener los dos coches uno al lado del otro, se aprecia claramente que el nuevo Mercedes Clase S es nuevo “de verdad”; frontal, vista lateral, zaga, llantas, pilotos, faros… todo es específico para esta nueva generación del buque alemán.

Desde la generación W220, el Mercedes Clase S lanzada en 1998, el diseño del sedán germano ha ido perfilándose, afilándose y aligerando visualmente su silueta con cada renovación. Sigue siendo un coche enorme (5.179 mm de longitud o 5.289 mm en su versión de batalla larga), pero ahora no lo parece tanto ni parece ser una “barcaza” torpe y pesada.

También se ha ido reduciendo la cantidad de cromados y se ha mantenido la clase y el estilo propio de un coche como este, pero se ha combinado con una línea más dinámica y una aerodinámica con un C_x de nada menos que 0,22 (es uno de los coches más aerodinámicos del mundo). La generación saliente, el Mercedes W222, ya ahondaba en esta línea, aunque todavía conservaba cierta pesadez.

Pero su exterior no es lo único que cambia, porque la auténtica ruptura con las generaciones anteriores se encuentra en su habitáculo, al menos a nivel visual y de usuario. Los diseñadores de Mercedes han continuado con la tendencia vista en otros modelos y han elevado la apuesta un poco más aprovechando el escaparate tecnológico que significa el Clase S.

Todo es nuevo en este interior, que ya conocíamos de publicaciones anteriores de la marca, pero que no deja de sorprender por su aspecto y por la tecnología aplicada. Su diseño es muy limpio, casi espartano, pero tiene clase y la combinación de colores es bastante acertada. No en balde, es un Mercedes Clase S, todo está calculado al milímetro.

Apabullante demostración de capacidades tecnológicas

Si por algo ha destacado cada generación del Mercedes Clase S, ha sido por su gigantesco despliegue tecnológico. Es realmente apabullante la cantidad de sistemas y gadgets que puede llegar a equipar un automóvil y sobre todo ahora, que estamos en un momento en el que la realidad virtual, los hologramas y el control por gestos están empezando a ser totalmente funcionales.

La base de todo el sistema del Mercedes Clase S es el ya conocido MBUX en su segunda generación, que se puede gestionar desde las cinco pantallas que hay en el habitáculo. Sí, en total hay cinco pantallas repartidas por el interior, dos delante para instrumentación y multimedia, más otras dos detrás de cada asiento para los ocupantes traseros y otra extraíble en el apoyabrazos (opcionales).

Todas son configurables y prometen una experiencia 3D auténtica. Sorprende la pantalla más grande de todas, la destinada al equipo multimedia, que con 12,8 pulgadas no es la más grande pero sus forma cuadrada ofrece una sensación diferente a lo habitual.

Una de las mayores novedades que incorpora el nuevo Mercedes Clase S, aunque no se ve a simple vista hasta que se pone en marcha el coche, es una “pantalla virtual” para conductor, un espectacular head-up display (HUD) frente al conductor que equivale a una pantalla de 77 pulgadas y esconde funciones de realidad aumentada. Es una innovación que se irá extendiendo en los modelos de mayor categoría y que también emplea el recién presentado Rolls-Royce Ghost. Este head-up display ofrece señales e indicaciones animadas, aunque se trata de un sistema que se tiene que pagar aparte.

Sensacional es el equipo de sonido, con un total de 30 altavoces (incluye ocho de graves) que se ha bautizado como 4D Burmester y que se acompaña por una serie de cámaras escondidas en el interior para monitorizar al conductor. Por ejemplo si el conductor echa la vista hacia atrás, el sistema reconoce el movimiento y retira automáticamente la cortinilla trasera en caso de llevarla extendida.

De hecho, también se monitoriza lo que hacemos con las manos e incluso lo que decimos y el volante, con tecnología capacitiva, es capaz de reconocer la intensidad con la que se sujeta o si se hace únicamente con los dedos. El coche nos “espía” a cada instante, con el objetivo de agasajarnos con todo tipo de gadgets y comodidades, como hasta 10 tipos de masaje en cualquier asiento del coche.

Otro apartado que parece sacado de películas futuristas y que ya empieza a ser hasta cierto punto, algo común, es la posibilidad de controlar algunos sistemas de nuestra casa desde el coche. En este caso, se puede gestionar la calefacción, se pueden encender las luces o incluso podemos subir o bajar persianas y comprobar que nadie haya entrado en casa.

El problema es que para esto necesitamos una casa que sea, como el coche, un dispositivo conectado a internet y con toda clase de sistemas motorizados y automáticos. Muy, pero que muy lejos de un hogar común, donde lo más conectado que hay es la televisión y el teléfono móvil (si tienes robot de cocina, también estará conectado con toda seguridad). Es cierto que estamos ante un coche fuera de lo normal y quizá sus propietarios sí tengan una casa así.

Nuevos avances en seguridad, hibridación suave e hibridación enchufable

La nueva generación del Mercedes Clase S, cuyo código interno es W223, vuelve a suponer un auténtico despliegue tecnológico sin igual. Cada renovación es más espectacular que la anterior y llegará un momento en que ni siquiera montará un volante o unos pedales (en ese momento dejaremos de hablar de novedades y nos centraremos en clásicos, si es que todavía estamos presentes).

Pero mientras ese momento llega, será una persona quien se encargue de dominar semejante buque, aunque a partir de la segunda mitad de 2021 empezará a ofrecer un sistema de conducción autónoma de nivel 3, allí donde sea legal su uso.

El bastidor sigue la misma senda del resto del coche y adopta algunas innovaciones. Por ejemplo, la suspensión Air Matic será de serie pero incorpora un nuevo sistema llamado E-Active Body Control, una función que levanta el coche 8 centímetros cuando se detecta una posible colisión con otro vehículo.

La marca afirma que de esta forma se minimiza el riesgo de lesiones a los pasajeros, una función similar a la que emplea el Audi A8 en caso de impacto lateral. Si a esto le sumamos los primeros airbags frontales para las plazas traseras del mercado, podemos pensar en un avance en seguridad muy interesante (solo disponible para las versiones de chasis largo).

Novedad en el Mercedes Sonderklasse es el eje trasero direccional, un sistema que a un coche tan grande le debe sentar muy bien. Mercedes afirma que ha permitido reducir 1,9 metros el espacio necesario para dar un giro de 180 grados entre bordillos.

Bajo el capó de esta nave espacial habrá cuatro opciones entre las que escoger, todas ellas de seis cilindros y cambio automático de nueve relaciones. El acceso a la gama gasolina será el Mercedes S450 4MATIC, con 367 CV y 500 Nm de par y un consumo máximo de 9,5 litros WLTP. El siguiente escalón lo forma el Mercedes S500 4MATIC, que ya ofrece 435 CV y 520 Nm de par con unos consumos casi a la par.

En diésel se comienza con el Mercedes-Benz S350d, que con 286 CV y 600 Nm de par, es el motor menos potente del catálogo, aunque también es el que menos consume, con un máximo de 7,7 litros cada 100 kilómetros de media. También se podrá optar al Mercedes-Benz S400d 4MATIC, con 330 CV y 700 Nm de par, cuyo consumo se queda en un máximo de 8 litros de media por cada 100 kilómetros.

Cuando hayamos recorrido cierto trecho de 2021, llegará el Mercedes Clase S con motor V8, que tendrá hibridación suave de 48 voltios. Después llegará el híbrido enchufable, el S580e, cuyo grupo propulsor está compuesto por un seis cilindros asistido por un eléctrico de 142 CV, que serán capaces de rendir 500 CV y podrá recorrer hasta 96 kilómetros únicamente con el motor eléctrico.

Será a finales de este mismo año cuando el nuevo Mercedes Clase S llegue a los concesionarios europeos. Estados Unidos, China y resto de mercados tendrán que esperar hasta inicios de 2021.

Galería de fotos