Ya hemos conocido al nuevo Mercedes-Benz Clase G y su correspondiente versión firmada por la división deportiva de la casa, el AMG G 63 con sus ocho cilindros biturbo y 585 CV. Sin embargo, la versión saliente contaba con un modelo aún más prestacional y exclusivo, el G 65 AMG. El corazón de esta bestia era un V12 de 6.0 litros con doble turbo, el cual era capaz de desarrollar 630 CV y 1.000 Nm de par motor a un precio que superaba los 300.000 euros.

El G 65 de 2017 es tan rápido que la compañía ha retirado 20 copias vendidas en los Estados Unidos para limitarlo electrónicamente. Curioso, ¿verdad? La realidad es que su excesiva velocidad no tiene importancia si vamos de frente, pero si al ir marcha atrás. El todoterreno germano es tan potente que la limitación de la macha atrás pude fallar y sobrepasar las 16 mph, o en nuestro caso, los 25 km/h.

Según la NHTSA (National Highway Traffic Safety Administration), el organismo encargado por velar por la seguridad de los vehículos comercializados al otro lado del charco, si se realizan cambios abruptos durante la conducción, “el vehículo podría volverse inestable, lo que podría provocar el volcado del vehículo, aumentando el riesgo de lesiones a los ocupantes del mismo”. Los 230 km/h de velocidad punta (limitada) parece que no son, de momento, un problema.

Los propietarios de los 20 ejemplares producidos entre el 6 de septiembre y el 10 de octubre de 2016 recibirán información sobre la campaña de servicio este mes

¿Solución al problema? Es más fácil y rápido de lo que parece. Mercedes actualizará el software de la ECU y notificará a los propietarios de los vehículos afectados, producidos entre el 6 de septiembre y el 10 de octubre de 2016. Los dueños recibirán información sobre la campaña de servicio a lo largo de este mes, y apenas tendrán que dejar el coche una hora en el taller para solucionar este problema. El virtuoso de Vigo del Astra de “propulsión” ya está intentando hacerse con una de estas unidades antes de ser reparadas.