Desde luego que la electrificación en la industria del automóvil significa un antes y un después para la mayor parte de los fabricantes. Ahora bien, en algunos casos no solo se trata de un cambio en cuanto a la forma de obtener potencia y trasladarla al suelo a través de las ruedas. También sirve como excusa para traicionar, por así decir, la tradición de una marca. Es el caso de Lotus, un fabricante históricamente ligado a los deportivos ligeros, sencillos y orientados al disfrute del conductor, que sorprendió a propios y extraños cuando anunció la futura llegada de un SUV eléctrico, el Lotus Eletre.
Casi ningún actor de esta industria automovilística ha podido resistirse a la tentación de fabricar modelos con una carrocería tan demandada en los tiempos actuales como esta. Empezando por el Porsche Cayenne, otros tradicionales fabricantes de máquinas muy diferentes a los omnipresentes SUV se han adentrado en este segmento. Lamborghini en su momento, Bentley, Rolls Royce, Ferrari más recientemente… todos ellos ya cuentan con este tipo de vehículos en su catálogo, y no ha sucedido nada en realidad, no se ha acabado el mundo.
La cuestión es si era necesario que Lotus emprendiera este camino también. Bien es cierto que, en la actualidad, el fabricante británico poco tiene que ver con la Lotus Engineering Company fundada por Anthony Colin Bruce Chapman en 1952. Después del fallecimiento del ingeniero británico como consecuencia de un ataque al corazón en 1982, fue primero General Motors quien se hizo con el control de la compañía, prácticamente en quiebra en aquel momento, y en 1993 pasó a manos de Romano Artioli, quien ya dirigía los designios de Bugatti.
Los vaivenes de Lotus como empresa, que la han llevado a ser dependiente de diferentes compañías desde el fallecimiento de Colin Chapman en 1982, no quebraron la tradición de la marca como fabricante de vehículos deportivos ligeros… hasta ahora
Dos Elise no hacen un Eletre
En 1996, Proton, fabricante de automóviles y bicicletas malayo, se convirtió en su principal accionista y bajo su control fue lanzado al mercado el Lotus Elise, que significó una suerte de renacimiento para la empresa, después de años de zozobra financiera, originada en parte por su relación con el escándalo DeLorean. Actualmente, el 51 % de su capital está en manos de Geely, quien comparte propiedad con una empresa subsidiaria de la mencionada Proton.
La base principal de los productos de Lotus, incluso después del fallecimiento de su fundador, se había mantenido más o menos invariada a lo largo de estos años. Se trataba de mantener vigente esa receta de automóviles sencillos, ligeros y muy divertidos de conducir, lo cual había ido separando cada vez más su forma de hacer las cosas de las tendencias del conjunto de la industria. Desde luego, en todos los casos, han construido modelos deportivos, y la posibilidad de un SUV con el logo de la marca inscrito en su frontal era, hasta hace poco, una pura y simple imposibilidad.
Para ponernos en situación, el Lotus Elise fue un modelo que no llegó a superar en ninguna de sus iteraciones la tonelada de peso. Entonces, ¿qué pinta ahora este Lotus Eletre, un SUV que rondará las dos toneladas, en su catálogo? Precisamente este dato del peso ha sido uno de los puntos acerca de los cuales los responsables de la marca se han mostrado más esquivos en las ocasiones en las que han desvelado datos del modelo, sabedores de la respuesta negativa que generaría entre sus seguidores. ¿Están avergonzados? Seguramente. Y esto dando por hecho que, gracias a la nueva plataforma EPA, plagada de materiales ligeros como fibra de carbono, aluminio y diferentes polímeros, logren poner en circulación finalmente un Lotus Eletre que cumpla con dicho objetivo. Tengamos en cuenta que el Tesla Model X, un modelo comparable, declara unos 2.400 kilogramos de peso total en vacío.
Pese a que desde el fabricante británico se afirma que el peso del Lotus Eletre no superará las dos toneladas, los datos ofrecidos por modelos de algunas marcas rivales —y no solo eléctricos— hacen dudar de que finalmente se pueda cumplir con dicho objetivo
Pues que lo conduzca el chófer
Ahora bien, el rango de precios en el que se moverá el modelo seguramente les facilitará convivir con dicho sonrojo. Y es que, si bien los vehículos de la marca no se han caracterizado por ser baratos, sí que han ofrecido, en algunos casos, precios relativamente contenidos para todo lo que podían ofrecer. Un Lotus Elise, sin ir más lejos, costaba unos 50.000 euros en nuestro país. No será así en el caso de su futuro SUV eléctrico, que en su día se anunció que rondaría los 80.000 euros por su versión más barata, aunque actualmente podemos comprobar en su página web cómo el precio de partida está por encima de dicha cifra, puesto que se sitúa ya en las 89.000 libras esterlinas —102.000 euros, con el tipo de cambio actual—.
Otro detalle llamativo es el anuncio de que contará con capacidades de conducción autónoma. ¿No era esta una de las marcas fetiches para los amantes del arte de la conducción, del manejo del cambio manual, de la sagrada conexión entre hombre y máquina que tan lejos ha llevado al automóvil como casi una religión hasta la actualidad? Un Lotus que no está destinado a ser conducido, ¡menudo sacrilegio! Y es que, sin llegar a esta no tan futurista circunstancia, el anuncio de una versión “ejecutiva”, con cuatro plazas y destinada a ser disfrutada en su banqueta trasera mientras un chófer ocupa el asiento del conductor, tampoco es del todo respetuosa con ese espíritu propio de los automóviles de Lotus.
Así pues, con el Lotus Eletre, el mítico fabricante se aparta de sus raíces. Eso sí, no es menos cierto que significa una modernización que trasladará a esta marca definitivamente a este tiempo presente, y sitúa a Lotus en posición de plantear una lucha comercial más o menos “de tú a tú” con otros fabricantes también muy exclusivos. Una transformación a la que contribuirá también su sedán, el Lotus Type 133. Con sus precios, además, hay otra característica que seguro no abandonará, y es su condición de fabricante de nicho. Por suerte, su gama estará por ahora complementada por otros modelos como el Lotus Emira, verdadero heredero de automóviles recientes de la marca británica, como el Lotus Elise, y que además aún está movido por un motor a combustión.
David García
No conozco sensación mejor que la de un volante en las manos. Disfruto también con ellas sobre el teclado, escribiendo ahora para vosotros algo parecido a aquello que yo buscaba en los quioscos cuando era un guaje.COMENTARIOS