Los coches únicos resultan muy interesantes. Sí, pueden resultar extremadamente costosos y difíciles de mantener, dependiendo de cuán únicos sean, pero siempre son buenos temas de conversación. Por eso hoy traemos el Briggs & Stratton Gasloine/Electric Hybrid de 1980, un prototipo híbrido de seis ruedas tan acorde como adelantado a su tiempo, y si quieres conocer su historia, continúa leyendo.
La mayoría de la gente no tiene ni idea de que Briggs & Stratton Corporation, conocida por sus motores de gasolina, construyó un coche en algún momento de la historia. Eso hace que este curioso vehículo sea cuanto menos destacado. Además, obviamente notable sobre este coche es el hecho de que es un híbrido que usa gasolina y electricidad. Si bien muchos creen en estos días que el primer híbrido fue el Toyota Prius, lo cierto es que esta tecnología se remonta al período victoriano de Ferdinand Porsche y el Lohner-Porsche Mixte-Wagen.
Haciendo su debut en el Salón del Automóvil de San Francisco de 1979, el Briggs & Stratton Gasloine/Electric Hybrid se presentó al público como un vehículo híbrido de bajo consumo gracias a un pequeño motor de gasolina, haciendo un uso inteligente de los componentes y la tecnología disponibles en ese entonces. Y llegó en un momento “perfecto”, pues durante los 70 se vivió tal escasez de combustible (Crisis del Petróleo 1973/1979) que la población comenzó a plantearse hacer con vehículos más eficientes, sobre todo en Estados Unidos.
Si bien Briggs & Stratton es conocida por sus motores de cortacésped, la empresa con sede en Wisconsin quiso ofrecer una alternativa de movilidad diferente tras las crisis del petróleo
Para la entrada de la nueva década, hubo un interés renovado, aunque breve, en motores y sistemas de propulsión alternativos. De hecho, el Briggs & Stratton Gasoline/Electric Hybrid no tenía como destino entrar en producción. Más bien, su misión era crear una herramienta promocional y demostrar el potencial de los motores más pequeños a grandes fabricantes y otros posibles clientes. Y el resultado ciertamente logró su objetivo promocional, recibiendo múltiples elogios por de los medios especializados como en Car and Driver y AutoWeek.
La carrocería de proporciones inusuales estaba compuesta por un parabrisas y las puertas de un Volkswagen Scirocco, mientras que el chasis provenía de una camioneta Marathon Model C360 (Marathon of Montreal, Quebec, construyó vehículos eléctricos, incluida una pick-up de seis ruedas y un SUV de cuatro ruedas de 1976 a 1981). El diseño hatchback fue obra del renombrado diseñador industrial Brooks Stevens, del estado de Milwaukee, y de su hijo Kip. Con una longitud de 4.420 mm, había espacio para dos adultos y dos niños.
El paquete de baterías aportaba por sí solo 453,6 kilogramos al un conjunto total de 1.451 kg, un coche muy pesado para la época, pero no tanto viendo a los actuales híbridos
Mecánicamente, el Briggs & Stratton era un híbrido paralelo, con un motor de gasolina y un motor eléctrico acoplados en tándem a través de un embrague industrial Borg-Warner Duo Cam para que el vehículo pudiera funcionar con cualquier fuente de energía (por separado o con ambas combinadas). El bloque de gasolina era una unidad B&S Modelo 42 bicilíndrica bóxer de 694 cm3 y 18 CV de potencia, mientras que el motor de corriente continua de 72 V (8 CV continuos, 20 CV pico) era alimentado por un banco de 12 baterías alojado detrás.
Una transmisión manual de cuatro velocidades proveniente de un Ford Pinto, al igual que la suspensión delantera, los frenos y la dirección, lo unían todo en un paquete muy inteligente. Según Briggs & Stratton, el híbrido podía navegar a 68 mph (110 km/h) con ambos motores; el límite de velocidad en EE. UU. era de 55 mph (88,5 km/h). Y a 40 mph (64,5 km/h) podía disfrutar de una autonomía eléctrica de 64 kilómetros. No son números impresionantes hoy en día, pero hay que dar crédito a quienes lo crearon teniendo en cuenta que era 1979.
Briggs & Stratton todavía tiene el prototipo en buenas condiciones, y en 2020 apareció en un episodio de Jay Leno’s Garage, el cual puedes ver justo encima de estas líneas
Teniendo en cuenta que se trataban de baterías de plomo-ácido en lugar de iones de litio, el Briggs & Stratton Gasloine/Electric Hybrid prometía un consumo por debajo de los 8 l/100 km. Y podrás pensar: “¿Es necesario tener dos ejes motrices más un tercero directriz?”. Bien, la respuesta es que solo hay un eje motriz y uno directriz. Dado que las baterías no se podían integrar en el suelo, como vemos en los vehículos eléctricos e híbridos modernos, tenían que colocarse en el maletero, lo que ejercía una tensión considerable en el eje posterior.
Por eso, los ingenieros agregaron un segundo eje para soportar el enorme peso del paquete de baterías, por lo que el prototipo se convirtió en un vehículo de seis ruedas. En esencia, se trataba de un coche de tracción trasera relativamente práctico que ofrecía unos consumos moderados (repetimos, para la época) junto con unas prestaciones enfocadas puramente a la circulación en ciudad. Y a pesar de que nunca tuvo la intención de ser producido en masa, el Briggs & Stratton sigue siendo uno de los híbridos más intrigantes de los años 80.
Luis Blázquez
Aficionado al mundo del motor desde que fui concebido. Aprendí a leer con revistas de coches y, desde entonces, soy un completo enamorado de la gasolina. Como no se nace sabiendo todo, cada día es importante aprender algo nuevo y así ampliar los conocimientos. Este mundillo tiene mucho que ofrecer, al igual que un servidor a vosotros los lectores.COMENTARIOS