Las emisiones de gases de efecto invernadero derivadas de la fabricación de un nuevo vehículo, pese a que se han reducido de manera muy importante en los últimos años, aún suponen una proporción significativa de las emisiones contaminantes generadas hasta su desguace. Se estima que de su fabricación derivan entre un 23 % —en el caso de vehículos a gasolina— y un 46 % —en el caso de vehículos eléctricos— del total de contaminación emitida a lo largo de su vida útil. Desde BMW, y más concretamente la directora de su departamento de sostenibilidad, Monika Dernai, han puesto sobre la mesa la posibilidad de que extendamos la vida útil de nuestros vehículos como medida para reducir la huella de carbono de la industria automovilística, así como la generación de residuos.
Ha sido la directora de este departamento en BMW, Monika Dernai, quien se ha manifestado en este sentido en el marco de una conferencia en la capital británica. Para ella, esta es la manera más sencilla de reducir el impacto sobre el medio ambiente relacionado con la industria del automóvil. Cabe mencionar que, atendiendo a los datos aportados por Volvo, el acero involucrado en la fabricación de un nuevo vehículo es responsable de un 33 % de su huella de carbono —la industria mundial del acero, de hecho, genera el 7 % del total de gases de efecto invernadero emitidos a la atmósfera en nuestro planeta—.
Realmente necesitamos pensar acerca de prolongar la vida útil de nuestros coches. […] la idea sería que pudieras actualizar el interior», ha declarado Monika Dernai, directora del departamento de sostenibilidad de BMW
La directiva de BMW considera que no es todavía posible que muchos de los ciudadanos que utilizan el automóvil personal como solución de movilidad diaria realicen la transición al coche compartido o al transporte público o colectivo. Si bien las grandes ciudades ofrecen por norma general densas redes de transporte público, las cuales permitirían prescindir del vehículo privado como medio de transporte, existe una elevada cifra de personas que dependen por completo de él para su día a día. Por tanto, no parece posible que el amplio mercado existente hoy día para vehículo privado se vaya a reducir rápidamente.
En dicha conferencia, Monika Dernai ha comentado que, para llevar a cabo un cambio de este tipo, es necesario el surgimiento de un mercado de repuestos amplio que posibilite el retrofitting o actualización de los componentes del vehículo, especialmente en su interior, donde quizá es más notable el paso del tiempo por nuestros coches. Por otro lado, también es importante tener en cuenta el contexto derivado de las actualizaciones de software remotas (OTA) en nuestros vehículos, presente aquí en su vertiente más positiva, la que permite a un automóvil mantenerse vigente en términos de equipamiento e, incuso, rendimiento, independientemente del tiempo que haya pasado desde su salida del concesionario.
Necesitamos un nuevo enfoque para el mercado repuestos y una manera diferente de diseñar los coches, que permita que un asiento sea retirado con facilidad para instalar uno nuevo. Así obtendríamos un coche usado que realmente aparenta ser completamente actual. […] toda la sociedad se beneficiaría de ello», ha añadido Monika Dernai
Un planteamiento que habrá provocado, probablemente, algún fruncimiento de ceño en las instancias más altas del fabricante bávaro. No obstante, se puede entender que una propuesta así —que no va más allá de unas declaraciones en una conferencia, al menos por ahora— parta de un fabricante como BMW. Este, en su condición de premium, basa su negocio más en la optimización de los beneficios por cada unidad vendida que en el gran volumen. De hecho, es una de las marcas más buscadas en el mercado del vehículo de ocasión, y parece que su adaptación a un paradigma como el propuesto por Monika Dernai encaja mejor con la forma de hacer las cosas en BMW.
Por otro lado, parece ser que, por una vez, los consumidores están siendo capaces de anticiparse al cambio. Si lo que viene es la tendencia a extender la vida útil de nuestros vehículos, estamos claramente preparados en nuestro país —aunque más bien por necesidad—, habida cuenta de la media de 13,5 años de antigüedad de nuestro parque móvil actual.
David García
No conozco sensación mejor que la de un volante en las manos. Disfruto también con ellas sobre el teclado, escribiendo ahora para vosotros algo parecido a aquello que yo buscaba en los quioscos cuando era un guaje.COMENTARIOS